La otra Baracoa

A la par de la villa histórica y musical, la de sus ríos y paisajes como postales turísticas, hay otra ciudad, menos glamorosa y más cotidiana, de pescadores y obreros, de gente humilde y trabajadora que vive el presente sin olvidar su pasado. 

Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.

Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.

Fundada en 1511, Baracoa es la Ciudad Primada de Cuba, la villa primigenia de los colonizadores de España que pronto sería relegada por otras urbes, pero que ha mantenido un encanto único, acunada por las montañas y el mar, y ensalzada por una rica historia y las más genuinas tradiciones de la Isla.

La huella de los pobladores autóctonos de Cuba a la llegada de los españoles se mantiene latente en la villa bautizada como Nuestra Señora de la Asunción de Baracoa, en la hoy provincia de Guantánamo, y también las historias de los héroes –como el cacique aborigen Guamá y el general independentista Antonio Maceo– que en diferentes momentos de la historia cubana lucharon por la libertad de esta tierra.

En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.

Así ha permanecido por más de cinco siglos en el imaginario de los cubanos y en el de los miles de visitantes extranjeros que recibe cada año esta localidad del extremo oriental de Cuba. Su naturaleza, su cultura, su cocina –con el coco y el chocolate como emblemas– y su gente, son atractivos que muchos desean conocer de primera mano.

En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.

Pero a la par de esa Baracoa histórica y musical, la de sus ríos y paisajes como postales turísticas que atrapan las retinas de quienes la visitan, hay otra ciudad, menos glamorosa y más cotidiana, de pescadores y obreros, de gente humilde y trabajadora que vive el presente sin olvidar su pasado.

Es la Baracoa del día a día, la que muchas veces no queda en las cámaras de los turistas ni en los informes gubernamentales, y que, sin embargo, es tan real como el Yunque natural que domina su entorno. Por ella, también merece la pena caminar.

En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
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En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
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En Baracoa. Foto: Otmaro Rodríguez.
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