Perderse por Casablanca

Desandar las callecitas de Casablanca, uno de los barrios del municipio Regla, en La Habana, es una experiencia inusitada. Mi consejo es caminarla sin rumbo certero.

El tren eléctrico de Hershey, que parte de Casa Blanca y llega hasta Matanzas.

Casablanca está ubicada del otro lado de la ciudad, cruzando la bahía de La Habana, en la falda meridional de la loma en donde está construida la fortaleza de San Carlos de la Cabaña (1774). Así que desde la Habana Vieja se puede acceder a ella por dos vías: cruzando la bahía en una lancha o pasando el túnel de La Habana. Para quienes deseen visitarla mi consejo es que tomen la famosa lanchita de Casablanca y crucen por mar la bahía.

La entrada de la bahía de La Habana, vista del recorrido en la lanchita de Casablanca

El caserío fue arrasado por un incendio en 1785. Allí, desde hacía años, se habían establecido almacenes para depositar objetos que no cabían en los de La Habana. El caserío estaba compuesto principalmente por navegantes de cabotaje y carpinteros de ribera que reparaban los buques mercantes, por lo que además de viviendas se establecieron algunos talleres.

La vida en las calles de Casablanca

Monumento a José Martí, Casablanca

Unos años más tarde, ya recuperado el caserío, el maestro de ribera José Tiscornia edificó un muelle y un carenero para buques menores; fue seguido por otros maestros, dando como resultado que toda la parte oeste de su litoral marítimo se cubriera de arrimos entablonados de madera dura sobre horcones.

El barrio de Casablanca visto desde la bahía de La Habana

Vista desde la bahía de La Habana, en la colina se puede ver el Cristo y el edificio del Instituto de Meteorología

Actualmente en Casablanca, además de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña y el Castillo de los Tres Reyes del Morro, se encuentra la sede del Instituto de Meteorología de Cuba y la escultura más alta del país: el Cristo. Diseñado por Jilma Madera, con 15 metros de altura y tres metros de pedestal, esta obra de mármol blanco develada el 25 de diciembre de 1958, es uno de los símbolos de la ciudad.

El Cristo de Jilma Madera.

Además de recorrer las tranquilas y peculiares calles de Casablanca, visitar este lugar le brindará otro privilegio: la mejor vista de La Habana.

Vista de La Habana desde Casablanca. Se distingue el edificio del Capitolio.

Vista de la bahía de La Habana desde Casablanca

Vista de la ciudad de La Habana desde Casablanca

Salir de la versión móvil