10 diferencias entre universidades cubanas y norteamericanas

Foto: Abraham Wallin/Flickr

Foto: Abraham Wallin/Flickr

Este semestre que a acaba de concluir he cambiado mi Universidad de Georgetown en Washington D.C. por la Universidad de La Habana, y ha sido imposible no notar las grandes diferencias que existen entre las dos.

Las diferencias que distinguen a las sociedades y las costumbres de los países donde se encuentran ambas universidades han moldeado de forma singular la cultura de cada una de esas instituciones, a pesar de compartir un mismo objetivo: formar a quienes van a construir el futuro.

A continuación les dejo la relación de las principales diferencias que he encontrado en mis experiencias en Cuba y Estados Unidos.

Privacidad/Confidencialidad

En EE.UU. se da por sentado que las notas de cada alumno son privadas, y que solo el profesor y el estudiante tendrán acceso a ellas, a menos que el estudiante decida compartir su nota con un amigo o compañero de clase.

Aquí en Cuba esa política no existe. Las notas, como la mayoría de los recursos del país, se comparten entre todos. En los cursos de la Universidad de La Habana las notas son leídas en alta voz delante del grupo, o publicadas en una lista en un mural para que todo el mundo pueda verlas.

Parcialidad

En mi experiencia, no hay mucho énfasis desde lo administrativo en garantizar la objetividad académica en la Universidad de La Habana, y no se percibe como un problema que los profesores se expresen ni enseñen desde el sesgo de sus visiones personales.

Si bien sería ilógico decir que ningún profesor en ninguna universidad norteamericana muestra parcialización a sus estudiantes a través de lo que enseña, sí es norma y sí se espera, tanto de parte de la administración como de los estudiantes, que el profesor mantenga la objetividad en el aula.

Laptops

Si uno entra a cualquier clase en una universidad en Estados Unidos en estos tiempos modernos, la gran mayoría de los estudiantes estarán ensimismados con los teclados de sus laptops, que en su mayoría serán MacBooks. En La Habana, sin embargo, pocos estudiantes tienen laptops; de ellos, pocos las traen a las clases; y son menos todavía quienes tienen una en la que se pueda reconocer la manzanita brillante identificativa de MacBook.

Grupos y compañeros de grupo

Cuando los cubanos empiezan la universidad, eligen una carrera, que de cierto modo es similar a lo que conocemos como carrera en Estados Unidos. La diferencia es que en EE.UU. nosotros elegimos las clases que queremos tomar para satisfacer los requisitos establecidos para el programa que matriculamos, mientras que en Cuba todo el programa viene predeterminado. Esto significa que los estudiantes apenas tienen oportunidad de elegir entre opciones de asignaturas que se ajusten mejor a sus intereses, metas académicas, etc.

Por lo tanto, los grupos del mismo año de cada carrera pasan las mismas asignaturas, y en todas las clases tienes los mismos compañeros de grupo, y es así todos los semestres, todos los años, durante 5 años.

En EE.UU. los estudiantes eligen las asignaturas que quieren cursar, y/o el profesor, lo cual determina que generalmente los grupos en cada clase sean diferentes, aunque esto puede variar en dependencia de la facultad o del programa de estudios.

Abanicos

Si uno entra a cualquier clase de la Universidad de La Habana en uno de los meses más calurosos del año, va a encontrar a la mayoría de los estudiantes echándose fresco con abanicos. El aire acondicionado es un lujo en Cuba, y los estudiantes, tanto muchachas como muchachos, se auxilian de sus abanicos de mano para mantenerse frescos en el calor sofocante del Caribe, mientras que en EE.UU. las aulas climatizadas son bastante comunes.

Recesos

Cada turno de clase está organizado en dos sesiones de 45 minutos, separadas por un receso de 5 minutos, en el que los profesores y los alumnos pueden ir al baño, comer algo, etc. Sin embargo, la gran mayoría aprovecha el tiempo de receso para fumar y el por ciento de población universitaria que fuma cigarros es mucho más grande que el de las universidades de EE.UU., donde hay una tendencia general de distanciamiento del hábito de fumar.

Oportunidad

A pesar de la actual crisis con los préstamos estudiantiles, tener un título universitario en EE.UU. es un factor importantísimo que determina si vas a encontrar empleo, qué tipo de carrera profesional vas a tener, qué salario vas a ganar anualmente, y los tipos de oportunidades económicas que tendrás en general.

En Cuba, sin embargo, un título no abre los mismos tipos de puerta. No hay oportunidad de usar el título como una palanca para acceder a un puesto que pague más. La mayoría de los cubanos no tienen otra opción que no sea trabajar en un empleo estatal donde ganan el salario mensual promedio equivalente a $30 dólares aproximadamente.

 

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Foto: Scott Loftesness/Flickr

Código de vestimenta

En la Universidad de La Habana hay un reglamento sobre la forma de vestir que prohíbe que los estudiantes vayan a clase en camisetas, chancletas y shorts cortos.

Aunque en EE.UU. hay ciertas expectativas con respecto al tipo de vestimenta que se considera adecuada para ir a clases, la gente generalmente es libre de ponerse lo que quiera. Muchos estudiantes van a clase en pantalones de hacer ejercicio, sudaderas, y a veces hasta se ponen los disfraces más locos. Esa es una costumbre estereotípica de la universidad norteamericana que sería muy mal vista aquí, y probablemente termine con un llamado de atención por parte de un profesor o del personal administrativo.

Diversidad

Las universidades de EE.UU. son al mismo tiempo más y menos diversas que sus homólogas cubanas. En lo que respecta a la distribución geográfica de los estudiantes, ganan las universidades norteamericanas, donde la población estudiantil incluye gente de todas partes del país y del mundo.

Por el contrario, en Cuba los estudiantes deben asistir a la universidad que les corresponde por la provincia/región donde viven, y quienes se trasladan a estudiar en universidades distantes suelen hacerlo cuando van a cursar una carrera que solo se oferta en los principales centros de educación superior. Los pocos estudiantes que asisten a la universidad en lugares alejados de sus casas viven en becas y reciben un pequeño estipendio para vivir mientras no tienen el apoyo directo de sus familias.

Pero en lo que respecta a la diversidad racial y socioeconómica, las universidades cubanas llevan la delantera. En la Isla, el compromiso de la Revolución de ofrecer acceso universal y gratuito a la educación determina que no existan las limitaciones que imponen los altos costos de la educación en EE.UU., no solo de la universidad en sí, sino también del procesos de ingreso, que incluye costos de exámenes estandarizados, preparación privada para los exámenes de ingreso (SAT), el costo de la solicitud, etc.

Libros de texto

En cualquier semestre dado, un estudiante en una universidad norteamericana gastará cientos de dólares en varios libros de texto que necesitan para las clases del semestre.

En la Universidad de La Habana han simplificado el sistema, dadas las dificultades económicas que enfrentan la mayoría de los estudiantes. En lugar de insistir en que cada estudiante compre uno o más libros de texto costosos, los profesores escanean las lecturas que quieren indicar y las transfieren a una memoria flash, que entonces se distribuye entre la clase para que cada estudiante tenga los materiales que hay que leer en el semestre, sin tener que pagar un centavo.

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