Donald Trump planearía anunciar pronto en Miami una serie de cambios a la política hacia Cuba que podrían endurecer “significativamente” las condiciones para el comercio y los viajes de estadounidenses a la Isla, confirmaron hoy a la agencia Efe tres fuentes cercanas al proceso de revisión.
La administración Trump continúa revisando la política hacia Cuba, aseguró este martes el Secretario de Prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer.
En su encuentro diario con los medios, Spicer dijo que un tema esencial en la revisión es el de los derechos humanos. “La política de derechos humanos es muy importante para él [Trump]”, afirmó.
Sus declaraciones no respondieron a ninguna pregunta periodística, sino que fueron hechas por el portavoz gubernamental luego de comentar sobre una conversación telefónica entre el mandatario estadounidense y el filipino, Rodrigo Duterte, acerca de la lucha contra las drogas.
Spicer no ofreció detalles del momento actual de la revisión, anunciada poco después de la toma de posesión presidencial, aunque diversos medios aseguran que sus resultados serán presentados en las próximas semanas y que supondrán “una marcha atrás significativa”.
Esta afirmación coincide con lo comentado por Francisco Palmieri, subsecretario interino para el Hemisferio Occidental, quien a inicios de mayo dijo que como resultado de la revisión emergerían “diferencias importantes” con la política hacia Cuba vigente hasta ahora.
Una fuente del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) que pidió el anonimato, dijo a Efe que el equipo de Trump espera “presentar pronto al presidente una serie de opciones para que decida”.
De acuerdo con otras fuentes, también citadas por la agencia, los cambios serán anunciados por Trump en un discurso en la ciudad de Miami a mediados de junio, aunque precisaron que “los detalles todavía se están negociando”. La Casa Blanca no ha negado ni confirmado estas afirmaciones.
Por su parte, el sitio de noticias The Daily Caller (TDC) adelanta que “el presidente Donald Trump está listo para anunciar un retroceso de las políticas del expresidente Barack Obama hacia Cuba”.
TDC cita a John Kavulich, del Consejo de Comercio y Economía Estados Unidos-Cuba, quien afirmó que “la administración Trump ha estado ‘lista’ desde febrero de 2017 para anunciar cambios, pero han intervenido asuntos no relacionados con Cuba”.
Según TDC, “los esfuerzos de los senadores Marco Rubio y Bob Menéndez, así como del representante Mario Díaz-Balart, han influido en el presidente para que tome medidas y mantenga su promesa de deshacer las iniciativas del presidente Barack Obama hacia la nación isleña”.
La moneda de cambio parece haber sido su apoyo a Trump en el Congreso en temas como las nominaciones de miembros del gabinete presidencial y la ley de salud que impulsa la Casa Blanca.
El sitio digital cita a Díaz-Balart, quien dijo estar “1 000 por ciento seguro de que el presidente va a cumplir su promesa”, y a Rubio, que comentó al Miami Herald haber conversado “de todos estos asuntos con el presidente y su equipo, ideando las medidas correctas para tomarlas y cuándo hacerlo”.
No obstante, el medio informa que ni los congresistas ni sus equipos han confirmado a la prensa “nada en este momento”.
Los posibles cambios
De acuerdo con las fuentes consultadas, se prevén cambios como la prohibición a empresas de Estados Unidos de negociar con entidades vinculadas a las Fuerzas Armadas de la Isla, y nuevas restricciones a los viajes de estadounidenses a Cuba.
También se maneja la posibilidad de que Trump anule la directiva presidencial emitida por Obama en octubre de 2016. Esta, según lo anunciado entonces, adoptó “un enfoque integral y que abarca a todo el gobierno para promover el compromiso con el pueblo y el gobierno cubanos, y logra que nuestra apertura a Cuba sea irreversible”.
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Las fuentes coinciden en que la actual administración Trump no romperá las relaciones con Cuba ni cerrará la embajada en La Habana, aunque los posibles cambios “están lejos de ser meramente simbólicos”.
Una de las fuentes consultadas por Efe pronosticó que para el Departamento del Tesoro será difícil “certificar al 100 por ciento que una empresa estatal en Cuba no tiene vinculación alguna” con nadie el ejército cubano, lo que en su opinión provocará incertidumbre a las empresas estadounidenses, que “no querrán arriesgarse” a ser sancionadas.
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En cuanto a los viajes, John Kavulich explicó a Efe que la intención del equipo de Trump es, “como mínimo, reforzar los controles de inmigración” para que los estadounidenses que regresen de Cuba tengan que aportar pruebas de que viajaron a la Isla bajo alguna de las doce categorías autorizadas hasta el momento, y no por turismo.
Kavulich recordó que Obama suavizó las restricciones de viaje a sus ciudadanos al permitirles “autocertificarse” como participantes en una visita educativa, cultural, familiar o de otra de las categorías legales. En su criterio, la autocertificación podría eliminarse, lo que obligaría a los estadounidenses a solicitar una licencia específica para viajar a Cuba. Esto podría disuadir a los viajeros y dificultar el negocio a las compañías aéreas y de cruceros de Estados Unidos que realizan trayectos regulares a la Isla.
De concretarse, estos cambios tomarían una dirección opuesta a los llamados hechos al actual gobierno por diferentes grupos y figuras de la sociedad y la política estadounidense.
Hace unos días más de cuarenta compañías y asociaciones de viajes estadounidenses pidieron a Trump aumentar los viajes a Cuba, en lugar de revertirlos. Poco después, un grupo mayoritario de miembros del Senado presentó un proyecto de ley para terminar con las restricciones a los estadounidenses para hacer turismo en la Isla. Otra propuesta legislativa para liberar las exportaciones a Cuba también fue presentada recientemente en el Capitolio, con el apoyo de una coalición bipartidista.