“Presuntos ataques acústicos”, un documental

El hotel Capri, en La Habana, no ha recibido quejas de sus clientes sobre posibles ataques sónicos. Foto: Alejandro Ernesto / EFE.

El hotel Capri, en La Habana, no ha recibido quejas de sus clientes sobre posibles ataques sónicos. Foto: Alejandro Ernesto / EFE.

La investigación llevada a cabo por expertos de Cuba sobre los “ataques acústicos” a diplomáticos estadounidenses en La Habana no ha hallado evidencias que corroboren los hechos, de acuerdo con un documental transmitido este jueves en la televisión cubana.

Según las conclusiones preliminares de la investigación, que sigue en curso, no existe “ninguna hipótesis sobre el origen” de los supuestos incidentes, ni se han identificado “posibles autores ni personas con motivación, intención o medios para ejecutar ese tipo de acciones”.

Responsables de la investigación que aparecen en el documental, titulado Presuntos ataques acústicos, lamentan “la falta de voluntad” de las autoridades estadounidenses de cooperar en el esclarecimiento de los hechos. Los expertos de la Isla aseguran que el gobierno de Trump no ha facilitado toda la información necesaria, ni les ha permitido el acceso a los afectados, a los especialistas que los atendieron ni a sus informes médicos.

“Esta es una investigación en pleno desarrollo, pero para pueda llevarse a éxito es imprescindible la participación plena y responsable de las autoridades de los Estados Unidos”, declaró en el audiovisual el Teniente Coronel Francisco Estrada, jefe de la Sección de Investigación Criminal del Ministerio del Interior de Cuba (MININT).

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De acuerdo con el gobierno estadounidense, entre noviembre de 2016 y febrero de 2017 una veintena de sus diplomáticos en la Isla fueron afectados por “ataques acústicos” que les provocaron síntomas como pérdida auditiva, náuseas, mareos, dolor facial, dolor abdominal, problemas cognitivos y daños cerebrales.

Aunque no se ha determinado qué equipos pudieron emplearse en los supuestos ataques, las autoridades de Estados Unidos apuntan a que se trata de dispositivos pequeños que emiten sonidos casi imperceptibles y provocan daños de manera seleccionada.

Sin embargo, las conclusiones de la investigación de Cuba señalan que síntomas como la pérdida de audición solo pueden darse con sonidos audibles y que no existen armas “infrasónicas” capaces de provocar tales daños, como se ha demostrado en experimentos con animales.

“Tales daños solo podrían realizarse con el empleo de aparatos grandes dimensiones, que afectarían en un radio de acción determinado y no de forma selectiva como se alega”, indican los expertos cubanos en el documental.

Exámenes, pruebas y sospechas

Una de las pocas pruebas sobre los hechos a las que han tenido acceso los investigadores de la Isla son muestras auditivas de lo escuchado por las víctimas de los presuntos ataques, grabaciones en las que se oyen sonidos similares a los de grillos y cigarras.

Según los especialistas cubanos, esas grabaciones fueron examinadas rigurosamente y se probó que ese espectro de sonido “no causa daño a la salud de las personas”. En ellas se detectó una presión acústica de unos 74 decibelios, cuando para que se produzcan traumatismos las personas deben estar expuestas a niveles de más de 90 o 100 decibelios de señal.

El Teniente Coronel Estrada dijo que resulta “sospechoso” que ningún funcionario de la embajada de Estados Unidos acudiera a hospitales cubanos donde normalmente reciben tratamiento médico con los síntomas alegados, ni que haya acudido ningún otro paciente presentando patologías asociadas a los “ataques acústicos”.

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El documental enfatiza en que a pesar de las presuntas agresiones, que supondrían una restricción de movimientos en territorio cubano, después del primer reporte de los “ataques”, los diplomáticos estadounidenses notificaron a la Cancillería cubana 15 viajes fuera de la capital con fines recreativos, al tiempo que, entre febrero y junio, la embajada de Estados Unidos solicitó 293 visas, de ellas 158 para familiares y amigos de los funcionarios acreditados en la Isla, quienes “se movieron libremente por el país en viajes de esparcimiento”.

Además, el Teniente Coronel Estrada reveló que al denunciarse estos hechos por la administración Trump, el Jefe del Departamento de Seguridad Diplomática del MININT se entrevistó con el Jefe del Área de Seguridad de la embajada estadounidense, quien “desconocía la ocurrencia de esos hechos”.

En su opinión, el hecho “es muy significativo” porque posteriormente ese funcionario fue reportado como uno de los “atacados”; y porque su función en Cuba era, precisamente, “preservar a estos funcionarios y familiares”.

Como parte de la investigación, Cuba ha examinado a veinte vecinos de los diplomáticos presuntamente afectados y ninguno de ellos ha presentado daños en la salud, ni han percibido ningún sonido como el de las muestras entregadas por las autoridades estadounidenses.

“Reconocidos científicos del mundo, autores de numerosas investigaciones en diferentes campos del conocimiento como la medicina y la física, asociados a los fenómenos sónicos, han sostenido diversas hipótesis que ponen en duda la ocurrencia de los presuntos ataques acústicos”, se afirma en el audiovisual.

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El documental sostiene que el gobierno de los Estados Unidos politiza el tema, como demuestra su decisión de reducir al mínimo su personal diplomático en Cuba y solicitar la salida de 15 funcionarios de la Embajada cubana en Washington sin evidencias ni resultados concluyentes en la investigación.

La crisis diplomática generada por los “incidentes”, se afirma en el audiovisual, “solo beneficia a un reducido grupo de la extrema derecha anticubana, encabezada por el senador Marco Rubio, que persiste en mantener la política hostil contra la Isla, en detrimento de los genuinos intereses nacionales de Los Estados Unidos y de su pueblo, que han dado muestras de apoyo a la normalización de las relaciones entre ambos países”.

Presuntos ataques acústicos

EFE / OnCuba

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