EEUU impide apelar negativa de residencia a activista anticastrista

A Ramón Saúl Sánchez, líder del llamado Movimiento Democracia, le quedan tres posibilidades: pedir asilo político, ser deportado a Cuba o irse a un tercer país.

Ramón Saúl Sánchez habla con medios de prensa frente al Cafè Versailles, en Miami, Estados Unidos. Foto: http://actualidadradio.com / Archivo.

Ramón Saúl Sánchez habla con medios de prensa frente al Cafè Versailles, en Miami, Estados Unidos. Foto: actualidadradio.com.

Un conocido activista anticastrista podría ser deportado a Cuba próximamente si no logra un asilo político o opta por viajar voluntariamente a otro país, luego de que los servicios de inmigración de EE.UU. rehusaron permitirle apelar una negativa de residencia permanente, por su pasado de actividades políticas violentas.

El jueves por la tarde al regresar de su trabajo, Ramón Saúl Sánchez, líder del llamado Movimiento Democracia, encontró en el buzón de correo de su casa una carta del Servicios de Inmigración y Control de Aduanas (USCIS, por sus siglas en inglés) en la que se le comunica que no tiene derecho a apelar, por segunda vez, una decisión de no otorgarle la residencia permanente en Estados Unidos.

Sánchez ha confirmado la negativa a través de su cuenta en Twitter.

“Amigos, les informo con tristeza que el departamento de inmigración me acaba de denegar el recurso de apelación para la reconsideración de la negativa de mi aplicación de residencia”, escribió.

Sin embargo, este viernes Saúl Sánchez afirmó a OnCuba que sus abogados están barajando la posibilidad de que se presente directamente ante un juez de inmigración para pedir asilo político.

“Hasta ahora todo esto fue un proceso administrativo que se ha agotado. Estamos viendo la forma de que me pueda presentar ante un juez de inmigración para que sea el quien decida si me deportan o no. Es una vía que estamos explorando. Pero aún no hay nada decidido”, explicó, sin precisar más detalles.

En julio pasado, el gobierno de confirmó a Saúl Sánchez que la residencia le había sido negada tras apelar una decisión tomada al respeto el año 2016. Tras cinco décadas de vivir en Estados Unidos, el activista decidió pedir la residencia permanente el año 2012 y cuatro años después le informaron que el pedido había sido rechazado.

Volvió a apelar de nuevo y recibió la misma respuesta. Este jueves le confirmaron que ya no tiene derecho a más apelaciones por lo cual pudiera recibir una orden de deportación próximamente. Y esa deportación implicaría ser devuelto a Cuba, su país natal, pese a su prontuario de actividades violentas en contra del gobierno de ese país.

Sánchez ha sido apuntado como militante de organizaciones que el gobierno de Cuba considera “contrarrevolucionarias” y terroristas como Alpha 66, Omega 7 y CORU. En 1982 se rehusó a testificar ante un tribunal federal de Nueva York sobre varios ataques violentos de exiliados tanto contra diplomáticos cubanos en territorio estadounidense como objetivos civiles en la isla. Por no obedecer al tribunal fue sentenciado a 4 años y medio de cárcel.

Tras salir de prisión, Sánchez ha dicho en varias ocasiones que se sintió un hombre “renovado”, rechazó la lucha violenta y se volcó hacia una nueva forma de combate, pacifica y abierta.

“Nunca he negado que fui parte de Alpha 66. Fueron 2 años apenas. Pero Alpha fue un grupo donde comenzaron todos cubanos en la lucha. Ahora todo el mundo cree en la no violencia, pero entonces no era así. Alpha 66 es un grupo legal en este país”, afirmó en julio a esta publicación.

También este viernes varios abogados especialistas en inmigración dijeron a OnCuba que, si bien todavía le queda la posibilidad de pedir una audiencia de asilo político, corre el peligro que de serle negado sería enviado de inmediato, o al menos rápidamente, a la isla. La única forma que vislumbran de que pueda escapar a una deportación a Cuba pudiera ser marcharse a un tercer país que lo reciba.

Tras salir de la cárcel a fines de los años 80, Sánchez decidió cambiar sus métodos y fundó el Movimiento Democracia que apela a huelgas de hambre y la realización de flotillas marítimas hacia las aguas costeras de Cuba.

El activista tuvo una activa participación en la saga del niño Elián González y por eso cree que la negativa de inmigración a darle la residencia permanente se debe a sus criticas públicas a las autoridades en ese entonces.

“Todavía existen viejos resquemores por lo de Elián González. Algunos empleados de inmigración en aquel entonces me contaron que tenían un foto mía en las oficinas y le tiraban dardos”, recordó en julio. “Yo sé que hay una animosidad contra mi por aquella situación. Ellos hacían su trabajo y yo lo que decía mi conciencia”, subraya.

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