“El pueblo de Cuba merece que se reviertan medidas tomadas sobre la base de pretextos falsos”, expresó funcionaria del Minrex.

Voces como las de Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos en el Minrex, se pronuncian desde Cuba luego que un reporte del Departamento de Estado desclasificado ayer indicara que el cierre de operaciones de la sede estadounidense en 2018 se basó en premisas falsas.

Vista de la embajada de EEUU en La Habana. Foto: Ramon Espinosa/Ap/Archivo.

Luego que documentos de la administración del expresidente Donald Trump desclasificados este jueves revelaran deficiencias en el manejo de los incidentes de salud reportados por diplomáticos estadounidenses en La Habana, funcionarios y científicos de la Isla esperan que Joe Biden revierta las medidas hostiles contra Cuba dado que habrían sido impuestas con base en lo que ellos califican de falsedades.

“Cada día se confirma más que no hubo ataque contra personal diplomático en La Habana”, dijo el jueves  Johana Tablada, subdirectora para Estados Unidos de la Cancillería, a la periodista Andrea Rodríguez de The Associated Press.

¿Ataques sónicos o histeria colectiva?

Reportes de empleados de la Embajada de Estados Unidos afectados de jaquecas, náuseas, sordera y vómitos, entre otros síntomas entre 2016 y 2017 fueron atribuidos por funcionarios de Trump a supuestos ataques sónicos o de fuentes desconocidas, y significaron a partir de 2018 la aplicación de una política dramática de medidas contra Cuba.

“El pueblo de Cuba merece que se reviertan medidas que fueron tomadas sobre la base de pretextos falsos”, señaló Tablada. “Si no hubo ataque no se debió cerrar el consulado de Estados Unidos en La Habana, no se debió impedir a las familias cubanas a que asistieran a seres querido en La Florida y viceversa, no se debieron afectar los acuerdos bilaterales”.

La subdirectora para Estados Unidos de la Cancillería cubana, Johana Tablada, habla con periodistas en La Habana, Cuba, el jueves 11 de febrero de 2021. Foto: Ramon Espinosa/Ap.

El impacto y la publicidad de los supuestos atentados fue el argumento para recortar el 60% del personal de la sede diplomática en la isla. Mientras se expulsó a representantes cubanos ante Washington, se cerraron servicios consulares, se emitieron alertas de viajes, se cancelaron visitas educativas y se paralizó el diálogo bilateral, iniciado por la administración del expresidente Barack Obama.

Cuba rechazó la hipótesis de los ataques o síndromes –aunque no negó que los síntomas de los diplomáticos–, ofreció colaboración y armó grupos de trabajo con expertos.

Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencias y coordinador del grupo cubano de estudios de los incidentes de salud fue uno de los más activos en apoyar trabajos conjuntos.

“Todos los elementos de la historia se van deshilachando”, dijo Valdés el jueves a la AP al comentar sobre las revelaciones del informe desclasificado la víspera.

Mitchell Valdés, director del Centro de Neurociencias y coordinador del grupo cubano de estudios de los incidentes de salud en la embajada estadounidense, habla durante una entrevista en La Habana, Cuba, el jueves 11 de febrero de 2021.Foto: Ramon Espinosa/Ap.

Además de los nuevos documentos y la capacidad de la ciencia para encontrar las causas cuando no se la politizan, Valdés se mostró optimista de un avance durante la era Biden.

“Lo que me da esperanza es que el gobierno de Estados Unidos ha expresado, la administración de Biden, (su interés) de escuchar a la ciencia y lo ha hecho ya con el COVID-19 y el cambio climático; y pienso que si aplica la misma filosofía a los incidente de salud de los diplomáticos en La Habana vamos a avanzar en el esclarecimiento”, manifestó Valdés.

Biden –quien fue vicepresidente de Obama– prometió durante su campaña revisar la política de sanciones de Trump contra Cuba.

Andrea Rodríguez/Ap/OnCuba

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