Estados Unidos: sexto emisor de turistas hacia Cuba

No ha leído mal. Estados Unidos es el sexto emisor de turistas hacia Cuba. A pesar de las restricciones y dificultades a la hora de conseguir un permiso para viajar a la Isla, 98 mil 50 estadounidenses pisaron suelo cubano durante 2012.

La Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) publicó ese dato en el capítulo dedicado al Turismo, en su Anuario Estadístico de ese año. El número de vacacionistas procedentes de Estados Unidos se ha duplicado en un quinquenio: en 2007, 40 mil estadounidenses visitaron Cuba, una cantidad que se mantuvo casi estática durante 2008, pero que subió progresivamente a razón de diez mil por año, a partir de 2009.

El gran salto ocurrió en el año 2012, cuando la cifra aumentó en 25 mil, en comparación con el año anterior. Los vacacionistas de ese país superan entonces a los procedentes de Argentina, el principal emisor latinoamericano de visitantes a Cuba.

En el mercado del turismo cubano, los estadounidenses ocupan el sexto lugar solo por una pequeña diferencia -apenas unos cuantos miles- con los llegados desde Francia, Italia y Alemania que, en ese orden, ocupan de la quinta a la tercera posición en la lista de emisores hacia la Isla.

En el mismo tiempo en que creció el número de visitantes procedentes de Estados Unidos, se redujeron las cifras de los que llegan desde Europa. Entre 2007 y 2012 el turismo español en Cuba disminuyó en un 39,9%.

Los estadounidenses no pueden viajar libremente a Cuba. Requieren un permiso o licencia expedido por el Departamento del Tesoro de su país, que solo autoriza viajes como parte de intercambios culturales y religiosos, prohibiendo los viajes por motivos de turismo u ocio.

En 2012, legisladores republicanos de la Cámara de Representantes presentaron una modificación a la legislación vigente, al considerar que permitía aprovechar el marco legal existente para realizar visitas turísticas encubiertas como intercambios culturales.

En un informe entregado a las Naciones Unidas, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba afirma que las actividades turísticas en Cuba hubiesen ingresado casi 2 mil millones de dólares entre abril de 2012 y mayo de 2013 si los estadounidenses hubiesen podido venir a la Isla sin dificultades.

La ONEI no publicó nada respecto a la llegada de estadounidenses en su informe turístico de los primeros ocho meses del año 2013. En este documento se omite cualquier referencia a Estados Unidos, incluso cuando se mencionan los datos de años precedentes.

Un funcionario de la ONEI explicó a OnCuba que esa información se publica con carácter anual, en el mes de diciembre y dentro del Anuario de esa institución.

En una entrevista telefónica, el funcionario en cuestión se negó a confirmar si el número de visitantes estadounidenses registrados en el año 2013 estaba incluido en el apartado “Otros” del más reciente informe mensual sobre turismo, como sugirió una funcionaria de la Dirección de Industria y Medio Ambiente de la ONEI, también contactada por OnCuba.

La categoría “Otros” agrupan los casi 400 mil vacacionistas del resto de los países no mencionados explícitamente.

El informe estadístico sobre el número de visitantes llegados a Cuba y su procedencia, se elabora a partir de datos brindados por la Dirección de Inmigración y Extranjería, subordinada al Ministerio del Interior de La Habana.

Como se explicó anteriormente, viajar de Estados Unidos a Cuba tiene complicaciones sui generis. El sitio web del Departamento de Estado norteamericano explica que las Regulaciones de Control de Activos Cubanos (en inglés The Cuban Assets Control Regulations) del Departamento del Tesoro “exigen que las personas sujetas a la jurisdicción de Estados Unidos sean autorizados para realizar cualquier operación relacionada con viajes hacia, desde o dentro de Cuba, o que las operaciones en cuestión estén exentas de los requisitos de la licencia. Esta restricción incluye los viajes turísticos a Cuba desde o a través de un tercer país, como México y Canadá. (…) Los viajeros que no cumplan con las regulaciones del Departamento del Tesoro podrían enfrentarse a sanciones civiles y procesos penales a su regreso a Estados Unidos.”

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