Estudian posibilidad de que la llamada ”energía de pulso” se relacione con el Síndrome de La Habana

Las conclusiones de un panel del Congreso no contradicen los estudios recientes de la CIA, pero sacan a flote las rivalidades entre las investigaciones.

Embajada de Estados Unidos en La Habana. Foto: AP / Archivo.

Embajada de Estados Unidos en La Habana. Foto: AP / Archivo.

Aunque recientemente la CIA concluyó que no ha podido identificar uno o varios países hostiles a Estados Unidos como responsables por el Síndrome de La Habana, esta semana un panel parlamentario de expertos de inteligencia concluyó que el estrés o las reacciones psicosomáticas, detectadas en diplomáticos y funcionarios de inteligencia estadounidenses desde 2016, no podían explicar algunos de los casos que habían revisado, y aseveró que las ondas de radio podrían haber causado algunas de las lesiones.

Convocado por la Casa Blanca y sometido al comité de inteligencia del Senado, el panel incluyó tanto a científicos del gobierno como especialistas y a expertos independientes. No trató de determinar quién fue, o es, el responsable de los incidentes. Los funcionarios dijeron que las conclusiones no contradecían los hallazgos provisionales de la CIA.

Pero lo cierto, dijo el diario The New York Times, es que hay tensiones entre el trabajo del panel y las conclusiones de la CIA. Los hallazgos del panel podrían reforzar los argumentos de las víctimas y de los legisladores que creen que una nación hostil podría haber causado, al menos, algunas de las lesiones asociadas con el Síndrome de La Habana, quizás mediante el uso de un dispositivo de escucha.

Las conclusiones del panel también restaron peso a los argumentos de algunos expertos independientes en el sentido de que la histeria colectiva, el estrés o las reacciones psicosomáticas fueron la causa de los incidentes. El panel descubrió que las reacciones de estrés podrían haber contribuido a los síntomas continuos, pero que ninguna enfermedad funcional o histeria colectiva podría explicar las lesiones iniciales en los casos que constituyeron el foco de su investigación.

Funcionarios de inteligencia informados sobre los hallazgos del panel no dijeron en cuántos casos se habían centrado, aunque admitieron que fueron entrevistadas entre 10 y 20 víctimas. Dijeron que el panel se centró en casos en los que las víctimas escucharon un sonido extraño o sintieron presión y luego experimentaron pérdida del equilibrio y dolor de oídos. Además, el panel se focalizó en ejemplos en los que las víctimas informaron que los sonidos provenían de una dirección específica.

El panel, compuesto por la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la CIA, tuvo acceso a más de 1 000 documentos clasificados, así como a registros médicos de algunas víctimas. La idea era, y sigue siendo, determinar qué mecanismos podrían haber causado las lesiones. En sus conclusiones los especialistas identificaron una causa potencial llamada “energía electromagnética pulsada”, particularmente en el rango de radiofrecuencia, también conocida como energía dirigida. Y se descartó la posibilidad de que agentes químicos y biológicos, radiación ionizante o sonidos audibles pudieran haber causado las lesiones.

El Síndrome de La Habana recibió su nombre de las lesiones reportadas por un grupo de agentes de la CIA, oficiales y diplomáticos que trabajaron en Cuba a fines de 2016. Desde entonces, se han reportado incidentes en 70 países diferentes, dijeron las autoridades. Si bien algunos altos funcionarios de la administración Trump vieron los incidentes con escepticismo, la administración Biden se comprometió a redoblar los esfuerzos para conocer su causa.

Por otro lado, el martes un funcionario de la Casa Blanca anunció que Maher Bitar, el director principal de inteligencia del Consejo de Seguridad Nacional, se desempeñaría como coordinador para supervisar la investigación de los incidentes de salud anómalos.

Si bien la “energía de pulso” o las microondas podrían, científicamente, causar lesiones cerebrales inexplicables y el tipo de síntomas asociados con el Síndrome de La Habana, esa posibilidad no prueba que un país hostil haya utilizado esos medios para dañar a los estadounidenses, dijo un funcionario de inteligencia.

Otro informe comenzó a circular por el Departamento de Estado el miércoles. Ese dosumento, completado a fines del año pasado para JASON por un grupo independiente de científicos, analizó alrededor de 200 casos y dijo que se habían encontrado explicaciones creíbles en todos menos en 20 0 30 de ellos. El grupo descubrió que los casos restantes eran más complejos y desafiaban las explicaciones fáciles.

El informe, encargado por la Oficina de Seguridad Diplomática del Departamento de Estado, dijo que no era posible concluir si los síntomas del síndrome de La Habana fueron causados ​​por un ataque intencional. Pero el grupo no descartó la posibilidad de “mecanismos que no causen ningún daño físico, pero que puedan constituir acoso y conducir a condiciones de salud y trastornos funcionales”.

El texto eliminó algunas formas de energía dirigidas como causas potenciales, pero dijo que otras eran posibilidades. Los funcionarios dijeron que el informe analizó un subconjunto de datos examinados por el panel de las agencias de inteligencia.

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