Gobierno de EEUU impide colaboración científica con Cuba

La Habana. Foto: Desmond Boylan (Detalle).

La Habana. Foto: Desmond Boylan (Detalle).

Apenas un año después de que la Secretaria de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, asegurara en La Habana que era “optimista con los pasos que se [estaban] dando”, instituciones médicas vinculadas al nuevo gobierno de ese país prohíben a sus científicos viajar a Cuba.
Un artículo publicado por Science revela cómo un grupo de científicos estadounidenses han cancelado su participación en una conferencia organizada por el Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) para la semana próxima.
“Todos menos uno se han retirado”, dice la viróloga del IPK María Guadalupe Guzmán. Algunos, dice, estaban inquietos por las recientes afirmaciones de que los diplomáticos estadounidenses sufrieron en Cuba lo que el Departamento de Estado ha descrito como “ataques a la salud”. Dos investigadores de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés) dijeron al IPK que debieron suspender su viaje a Cuba porque los funcionarios de esta institución les prohibieron hacerlo.
La “nueva política hostil hacia Cuba socava la confianza” de Estados Unidos en la investigación conjunta, dice Luis Montero-Cabrera, químico de la Universidad de La Habana. La administración Trump, agrega John Van Horn, neurocientífico de la Universidad del Sur de California (USC) en Los Ángeles, “probablemente haya cerrado la puerta a muchas interacciones cubano-estadounidenses”.
Las nuevas regulaciones del gobierno de Estados Unidos no apuntan explícitamente a la ciencia y tienen excepciones para los académicos. Sin embargo, el CDC remitió a Science al Departamento de Estado, donde un vocero les explicó que “los viajes de corto plazo de funcionarios del gobierno de EE.UU. a Cuba se limitan actualmente a los involucrados en la investigación en curso” sobre los presuntos ataques. Por otro lado, el cierre del consulado estadounidense en La Habana en octubre pasado, supone que los ciudadanos cubanos deben viajar a un tercer país para solicitar visa a Estados Unidos, incluyendo, por supuesto, a los científicos.

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Suspense

La tensa atmósfera política provoca incertidumbre en varias iniciativas en ciernes. Una de ellas, menciona Science, se enfoca en los arbovirus, patógenos transmitidos por mosquitos que incluyen los virus Zika, chikungunya y dengue. Luego de una convocatoria sobre investigación de arbovirus con Cuba, los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los EE.UU. aprobaron en junio cuatro subvenciones de 1 año, cada una con un pago de hasta 50,000 dólares. Es un monto modesto para los estándares de EE.UU., sin embargo “una bonanza para los científicos cubanos, que tienen escasos recursos para la investigación”.
El IPK ganó las cuatro subvenciones, incluidos los estudios de inmunidad contra dengue y las pruebas de la capacidad de la bacteria Wolbachia para frenar la transmisión de arbovirus.
Según Guzmán, NIH informó al IPK que los fondos han sido “suspendidos”. Un vocero de NIH no pudo confirmar el estado de estos ante la consulta de Science. Las subvenciones son administradas por CRDF Global, una organización sin fines de lucro radicada en Arlington, Virginia. Un funcionario suyo ha dicho que la razón no es política, sino que se trata de las históricas dificultades para transferir fondos a Cuba.

Planes B

No es la única actividad entre los dos países que está en el limbo. La publicación científica menciona que en 2015, la Universidad de Tulane en Nueva Orleans, se convirtió en el primer adjudicatario de los NIH en recibir fondos para su uso en Cuba. Arachu Castro, directora del Grupo Colaborativo de Equidad en Salud de Tulane en América Latina, asegura que continúan ” planificando actividades conjuntas de investigación y enseñanza (…), pero a la luz de las nuevas regulaciones estadounidenses, somos conscientes de la necesidad de tener un plan B.”
La planificación de contingencia también está en curso en la USC, que el año pasado firmó un acuerdo con el Centro Cubano de Neurociencia. Y el Ministerio de Salud Pública de Cuba no está seguro de que el memorando de entendimiento firmado en junio de 2016 con el Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU. siga teniendo peso. “No sabemos qué va a pasar”, dice Ileana Morales, Directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del MINSAP. “Pero no estamos listos para renunciar a los intercambios con científicos de los EE.UU.”
Las noticias para la ciencia cubana no son del todo desalentadoras. En octubre, el programa insignia de investigación de la Unión Europea, Horizonte 2020, anunció que permitiría a los cubanos solicitar fondos junto con colegas europeos. Hay algunas colaboraciones con Estados Unidos que no dan señales preocupantes. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense patrocinó un crucero de investigación conjunto el verano pasado con el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Cuba (SNAP) que circunnavegó la isla, evaluando los arrecifes de coral. Este mes, SNAP recibirá en La Habana a varios científicos de EE.UU. para analizar los próximos pasos, incluidas publicaciones conjuntas.

Excepciones y no regla

Este taller de SNAP, apunta Science, es “una excepción”, en medio de la notable reducción de las visitas de estadounidenses a Cuba. “Alrededor del 80 por ciento de los químicos de Estados Unidos que se inscribieron para asistir a Hot Topics 2018 –taller a celebrarse en La Habana en enero sobre colaboraciones en química– se han retirado, dice Montero-Cabrera.
El IPK, por su parte, planeaba enviar a cinco jóvenes científicos a la Rama Médica de la Universidad de Texas (UTMB) en Galveston para una capacitación en estudios moleculares de arbovirus y organización de un banco de cepas virales. No está claro cuándo sucederá eso, dice Guzmán citada por Science.
A principios de esta semana, el IPK acogió un taller de dos científicos de UTMB, sobre cómo operar con seguridad su nuevo laboratorio de biocontención. Guzmán se pregunta cuándo tendrá otra oportunidad de trabajar con colegas de EE.UU. “Supongo que esta es la última actividad que hacemos juntos” en el futuro previsible, dice ella.

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El contraste

El presidente Donald Trump ha dedicado su gobierno a desmantelar todo lo que su predecesor, Barack Obama, había hecho. Cuba no solo no ha sido una excepción sino que es uno de los casos en que más fuerte es la diferencia y más violento el desmontaje.
El 20 de octubre de 2016 las máximas autoridades en salud de Cuba y EE.UU. firmaron un memorando de entendimiento en el área del cáncer, sobre el que Roberto Morales, Ministro de Salud cubano, expresó que hacía realidad una intención recogida en el memorando marco firmado en Washington en junio de ese mismo año.
“Estamos comprometidos”, dijo Sylvia M. Burwell, entonces Secretaria de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos. “Los movimientos han sido rápidos si se piensa que fue en junio cuando hicimos nuestro primer memorando de entendimiento y yo estoy aquí ahora”, dijo Burwell en octubre durante su primera visita ofcial al Cuba.
El Memorando de Entendimiento de junio rarificó el interés compartido en enfrentar enfermedades infecciosas como el Zika, el Dengue y el Chikungunya, y a enfermedades crónicas no trasmisibles como el cáncer, la diabetes, la hipertensión y sus factores de riesgo.

El memorando estableció, además, la coordinación en un amplio espectro de asuntos como seguridad médica global, búsqueda e investigación, así como en tecnología de la información. “Esta nueva colaboración es una oportunidad histórica para que las dos naciones construyan a partir del conocimiento y experiencia de cada una, y beneficien la investigación biomédica y la salud pública en general”, dijo entonces Sylvia Burwell.
El paquete de medidas del presidente Obama para una “apertura irreversible”, tuvo entre las enmiendas al Departamento del Tesoro facilitar transacciones relacionadas con salud:

Investigación médica conjunta. OFAC otorgó una nueva autorización que permitirá a las personas sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos a participar en proyectos conjuntos de investigación médica con ciudadanos cubanos. Esta autorización incluye tanto la investigación comercial como no comercial.
Productos farmacéuticos de origen cubano. OFAC otorgó una nueva autorización que permitirá que las transacciones de incidente obtengan la aprobación de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) de los Estados Unidos de productos farmacéuticos de origen cubano. Una autorización adicional permitirá la importación a los Estados Unidos, y la comercialización, la venta, u otro tipo de distribución en los Estados Unidos, de los productos farmacéuticos de origen cubano aprobados por FDA.
Cuentas bancarias. Las personas sujetas a la jurisdicción de los Estados Unidos que participan en las actividades relacionadas con la salud antes mencionadas, también estarán autorizadas a abrir y mantener cuentas bancarias en Cuba para su uso llevando a cabo la actividad comercial autorizada.

Los esfuerzos de la nueva administración colocan dos grandes signos de interrogación a esta condición de irreversibilidad. Los hechos comienzan a dar señales negativas.

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