Funcionarios de Cuba que investigan las denuncias de Estados Unidos de “ataques sónicos” contra diplomáticos estadounidenses y canadienses en La Habana afirmaron que la teoría de un arma acústica es “ciencia ficción” y criticaron a Washington por “calumniar” a la Isla y negarse a cooperar plenamente con su investigación, según informó la agencia Reuters.
Tres funcionarios del Ministerio del Interior de Cuba y un médico que lidera la investigación dieron por primera vez una entrevista el pasado domingo y explicaron que Cuba destinó a unos 2000 expertos, desde criminólogos a audiólogos y matemáticos, para que investigaran los incidentes luego de que las autoridades tuvieron información sobre ellos en febrero pasado.
La investigación no ha concluido, explicaron los funcionarios integrantes del equipo liderado por el coronel Ramiro Ramírez del Ministerio del Interior.
Afirmaron que hasta el momento no se han descubierto evidencias que corroboren las acusaciones de los ataques que, según Estados Unidos sostiene, han provocado pérdida de audición, mareos, fatiga y problemas cognitivos a más de 20 personas.
“Nuestra principal preocupación en este momento son las acusaciones que nos está haciendo el Gobierno de los Estados Unidos y en eso estamos centrados, porque es una calumnia”, dijo el coronel Ramírez, responsable de la seguridad de los diplomáticos en Cuba.
Los investigadores cubanos dijeron que el país no posee armas sónicas y negó incluso que pudieran ser utilizadas por una tercera parte sin afectar la salud de terceros ni llamar la atención, reseñó Reuters.
“Es algo imposible. Estamos hablando de ciencia ficción”, afirmó el teniente coronel José Alazo, un experto de la unidad de investigaciones criminales del Ministerio del Interior. “Es algo que hace insostenible el argumento, estoy hablando desde el punto de vista técnico”, agregó.
Según la información suministrada Estados Unidos entregó a Cuba 14 grabaciones del sonido que alegan fueron escuchados por las víctimas y que estos grabaron, por ejemplo, con teléfonos celulares.
Los investigadores cubanos concluyeron que estas grabaciones no contenían algo que pudiera dañar la salud humana. Los ruidos incluían sonidos suburbanos habituales, como tráfico, pasos y voces.
También se caracterizaron por un pico de desviación de siete kilohercios (kHz) en la banda de frecuencia de tres kHz, similar al sonido que produce un grillo.
Según los especialistas cubanos un sonido audible necesitaría ser muy fuerte, más de 80 decibelios o similar al motor de un avión, para tener un impacto en la salud.
Pero, solo las víctimas escucharon el ruido, no sus familias que viven en las mismas casas, ni sus vecinos.
“Hemos entrevistado más de 300 personas, incluso se han evaluado más de 30 médicamente, no han sentido ninguna de estas cosas”, sostuvo Alazo.
Incluso si el reporte de los diplomáticos estadounidenses sobre sonidos fuertes es engañoso y el origen de los ataques es infra o ultrasónico -y por lo tanto, inaudible para los oídos humanos-, sería difícil explicar cómo pudo pasar desapercibido, dijeron los investigadores cubanos.
“Usted tendría que tener una fuente que se vería desde un satélite. Sería enorme”, dijo el doctor Manuel Villar, especialista en otorrinolaringología.
Finalmente, solo dos o tres de las supuestas víctimas tenían problemas de audición, según la información proporcionada por Washington, mientras que cualquier tipo de ataque sónico habría causado daños a todos los afectados, añadió Villar.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo la semana pasada que cree que La Habana es responsable de las lesiones que sufrieron 24 de sus diplomáticos. A continuación la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, debió aclarar que el presidente se refería a la responsabilidad sobre la protección en suelo cubano de sus funcionarios.
A comienzos de octubre, Washington expulsó a 15 funcionarios cubanos y redujo su personal en la isla.
A su vez el canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla afirmó que el gobierno cubano rechaza “categóricamente” cualquier responsabilidad en los hechos alegados y reafirmó que la Isla “jamás ha perpetrado ni perpetrará ataques de ninguna naturaleza contra funcionarios diplomáticos ni sus familiares, sin excepción”.
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