James Williams: “La esperanza es que el cambio venga desde el gobierno cubano”

James Williams, presidente de Engage Cuba. Foto: Marita Pérez Díaz.

James Williams, presidente de Engage Cuba. Foto: Marita Pérez Díaz.

Durante la reciente visita de Díaz-Canel a Nueva York, el presidente cubano ofreció un desayuno a un grupo de empresarios y líderes de negocios estadounidenses y cubano-americanos. El activista estadounidense James Williams fue uno de los invitados al encuentro.

Williams es el presidente de Engage Cuba, la coalición nacional bipartidista más grande de Estados Unidos que trabaja para eliminar el bloqueo a Cuba y normalizar las relaciones entre ambos países.

La organización publicó recientemente un comunicado firmado por más de 60 asociaciones de agricultura, negocios y políticos de 17 estados que apoyaron una enmienda al proyecto de ley agrícola de 2018. La provisión ahorraría al presupuesto del Congreso unos 690 millones de dólares y permitiría el intercambio agrícola con Cuba con menos restricciones.

Williams dijo entonces: “Nuestros agricultores no quieren folletos. Saben que si pueden competir con el resto del mundo, pueden ganar. No hay razón para que el pueblo cubano no coma arroz y productos lácteos estadounidenses en lugar de importarlo desde Vietnam y Nueva Zelanda”.

Ideas como estas nacen de los más de tres años de trabajo con la organización que fundó en 2015 y que ya cuenta con 18 Consejos Estatales, aun en medio del retroceso en las relaciones bilaterales.

“Cuando viajamos a Cuba tuvimos que lidiar con la realidad y ver el impacto de las políticas [de la administración Trump] en el pueblo, más allá de lo que los políticos digan”, explica Williams a OnCuba.

“Seguimos trabajando con el Congreso y con la administración Trump. Es obvio que Cuba no es una prioridad para ellos; pero una de las cosas principales en las que estamos trabajando es en abrir oportunidades para la comunidad de agricultores estadounidenses allí”, dijo.

¿En qué otros proyectos trabaja la coalición Engage Cuba últimamente?

Engage Cuba es una coalición nacional de compañías del sector privado, asociaciones de comercio, grupos de derechos humanos y de la sociedad civil, incluyendo organizaciones cubano-americanas que trabajan juntas para involucrarse con los cubanos.

Mientras los gobiernos no están cooperando y trabajando tan bien como pudiéramos esperar, nuestro trabajo se vuelve más importante que nunca, porque es un hueco que debe ser llenado por la sociedad civil, por la comunidad de negocios, por el sector privado y por las relaciones cubano-americanas, para mantener el diálogo.

Hay diferentes asuntos que nosotros trabajamos a la vez. Uno es en el Congreso, donde continuamos promoviendo la legislación para remover la restricción de viajes a Cuba.

También aspiramos a expandir el comercio en un sentido amplio, como manufactura, energía y otras formas de inversión.

Estamos haciendo mucho. Nos reunimos con legisladores, expertos y líderes en los Estados para buscar más apoyo, y también con compañías interesadas en construir relaciones, vender o invertir en el mercado cubano que necesita esos productos.

Al mismo tiempo estamos tratando de cambiar las reglas y desregular desde la administración de Trump y el Congreso para crear más oportunidades.

Puede que no sea permitido hoy, pero queremos ayudar a que empiece el proceso, construir relaciones con personas en Cuba, entender el mercado…, para cuando las cosas sí cambien, los estadounidenses estén preparados y adelantados.

¿Cuáles han sido las principales diferencias para el trabajo de Engage Cuba durante la administración de Obama y la de Trump?

Obviamente, desde diciembre de 2014 hasta noviembre de 2016 todo se movió muy rápido y fue muy emocionante. Había retos, pero había más velocidad y una cierta euforia de que el cambio era posible.

El cambio y los Estados Unidos estaban yendo a Cuba, lo cual era bueno para todo el mundo. No quiere decir que iba a pasar de la noche a la mañana, pero se sentía de esa manera. Cada día era una nueva y fresca experiencia. Había titulares en la prensa todos los días acerca de Cuba.

Lo que más ha cambiado después de la elección de Trump, fue lo que pasó después de junio, cuando fue a Miami y dio su discurso político acerca de cómo serían las relaciones Cuba-Estados Unidos. Hubo mucho retroceso, comparado con lo que hicimos en el pasado.

La esperanza es que el cambio venga desde el gobierno cubano, que trate de ser el jugador magnánimo en esta disputa actual. Yo estoy optimista, pero es obvio que se han creado retos para las personas en Cuba y en Estados Unidos que quieren tener mejores relaciones.

¿Qué expectativas tiene luego del encuentro de empresarios estadounidenses y cubano-americanos con el presidente de Cuba?

Yo creo que es muy prometedor y es una buena señal que el presidente Díaz-Canel haya venido a Nueva York. Que Cuba tenga una presencia como ha tenido por muchos años, que explique su punto de vista. Creo que a pesar de que no estemos de acuerdo, las personas deben tener una posibilidad de debatir y expresarse. Eso es el beneficio de estar en Estados Unidos, donde tenemos una democracia. Ese es el punto principal del intercambio libre de ideas, no tenemos que estar de acuerdo.

Y creo que fue bueno para él como nuevo presidente hiciera una visita pública y que pusiera su impronta personal. Dijo muchas cosas acerca de la continuidad, pero al menos las personas pudieron conocerlo, ya que muchos estadounidenses no lo conocían más allá de una foto.

Tuvimos un desayuno con otros líderes empresarios en Nueva York, y yo creo que fue una buena conversación. No fue una discusión profunda sobre temas económicos complicados, pero fue una reiteración desde la comunidad de negocios y la comunidad cubano-americana para el gobierno cubano de la voluntad de seguir interactuando. Fue en el mejor interés de las dos partes: el pueblo cubano y el pueblo estadounidense.

Fue importante que el jefe de Estado de un país tomara tiempo de su agenda para reunirse con estos líderes y decir unas palabras. Él realmente quería oír a la gente, estaba complacido de conocer lo que las empresas estaban haciendo… Creo que fue prometedor.

¿Qué piensa sobre los sectores que rechazan la interacción con Cuba y la continuidad del diálogo?

Primero que todo les diría que comprendo su dolor y su sentimiento. En la forma en que Engage Cuba fue fundada y en lo que creemos es que todos queremos ver cambios en Cuba. Creo que todo el mundo coincide en eso, incluso políticos de los diferentes partidos.

La pregunta es, ¿qué hacemos como Estados Unidos y como gobierno para facilitar eso? Algunas personas piensan (yo creo que están equivocados) que continuando el embargo, que ya lleva casi 60 años, sin diálogo ni relaciones, ayudaría a traer el cambio. Si estudiamos la historia vemos que llevamos 60 años haciéndolo y no funciona.

No se trata de descartar esas opiniones ni de relegar las preocupaciones que muchos han planteado, sino de que por esas mismas preocupaciones tenemos que hacer algo diferente.

Hay asuntos terribles en Cuba que necesitan ser atendidos. Pero ¿cuál es tu solución como gobierno de Estados Unidos? ¿Qué propones que los Estados Unidos haga? Y la respuesta que recibes es que necesitamos más sanciones, más embargo. Eso lo que hemos hecho por 60 años sin resultados.

Muchos estadounidenses creen que están en el deber de llevar soluciones y libertades a otros países. Mientras tanto el gobierno cubano reclama su derecho a resolver sus problemas sin interferencias extranjeras…

El presidente Trump dio ese discurso ante la ONU donde decía: “No estamos aquí para decirles a todo el mundo qué hacer en sus países” e inmediatamente comenzó a enumerar lo que él pensaba que las personas debían hacer en sus propios países.

Yo personalmente creo que está bien. Estados Unidos cree que tiene una responsabilidad de defender determinados valores e ideales. Y eso no quiere decir que todo el mundo vaya a seguir lo que decimos. Obviamente no lo hacen. China no está siguiendo nuestro ejemplo. Cuba no está siguiendo nuestro ejemplo. Pero creo que es nuestro imperativo moral intentarlo. No quiere decir que siempre estemos en lo correcto, nosotros cometemos muchos errores aquí. Pero creo que es importante que mostremos liderazgo.

Lo que hacemos tiene repercusión para todos alrededor del mundo. Desde la crisis financiera, guerras, diplomacia… Y entiendo que el gobierno cubano está haciendo un buen trabajo en no tomar nuestros consejos. Los cubanos no se cohíben tampoco al decirle a los Estados Unidos qué deberían hacer.

La razón por la que quería fundar Engage Cuba en primer lugar es porque estaba muy frustrado con este debate en las relaciones Cuba-Estado Unidos, donde todo estaba dominado por la extrema izquierda o la extrema derecha. Debería existir una aproximación más moderada, bipartidista, enraizada en los valores americanos, pero también en los intereses nacionales de Estados Unidos y el interés del pueblo cubano.

En Engage Cuba lo que queremos lograr no está exento de controversia. No es siempre bien visto por el gobierno cubano, por la izquierda, o por la derecha. Pero siento que si no levantas vuelo, no vas a lograr nada. Nuestro trabajo no es ser el mejor amigo de nadie, sino hacer algo que creemos es en el mejor interés de todo el mundo.

Las cosas toman tiempo. Somos muy optimistas. Estamos viendo mucho apoyo, sobre todo ahora con las elecciones para la conformación del próximo Congreso estadounidense y creo que se han tomado pasos significativos para mejorar las relaciones con Cuba.

Salir de la versión móvil