Jeffrey DeLaurentis: “Queremos crear una embajada acogedora”

Jeffrey DeLaurentis, Chargé d’Affaires de la Embajada de EE.UU en Cuba. Foto: Roberto Ruiz

Jeffrey DeLaurentis, Chargé d’Affaires de la Embajada de EE.UU en Cuba. Foto: Roberto Ruiz

Lo único que falta es izar la bandera de las barras y las estrellas en el edificio que antes fuera sede de la Sección de Intereses y que desde el 20 de julio es embajada de Estados Unidos en La Habana. Se completará así un acto simbólico en dos partes que comenzó ese mismo día en Washington, cuando la bandera cubana fue desplegada en el mástil de la también nueva embajada de Cuba en Estados Unidos.

El viaje del Secretario de Estado John Kerry a Cuba a la ceremonia inaugural del próximo viernes 14 de agosto en La Habana, la avalancha de cámaras y prensa, y la probable multitud de espectadores en todos los balcones circundantes, servirán de confirmación pública de que está sellado el cambio en las relaciones entre los dos países.

En medio de la agitación y la intensidad de trabajo que se respira en los pasillos de la sede diplomática de EE.UU. en La Habana por estos días con los preparativos, Jeffrey DeLaurentis, actual jefe de misión como Chargé d’Affaires, dedicó unos minutos a responder en exclusiva algunas preguntas de OnCuba sobre el futuro funcionamiento de la nueva embajada.

¿Cuáles son los principales cambios que implica la transformación de sección de intereses a embajada?

Como embajada podremos hacer contacto con muchos más cubanos en toda la isla. Nuestras negociaciones [con Cuba] estuvieron centradas en el acceso [del público] a la embajada y en nuestra libertad de movimiento. Ahora vamos a poder proporcionar más información a Estados Unidos sobre lo que está pasando en la isla, porque vamos a poder viajar por el país y eso nos hará más útiles. Vamos a poder informar mejor a los ciudadanos norteamericanos sobre lo que podrían encontrarse si viajan al país.

Pero lo más importante es poder interactuar con un grupo amplio y representativo de cubanos: funcionarios del gobierno, miembros de la sociedad civil y cubanos comunes y corrientes, con quienes no teníamos contacto anteriormente porque teníamos que estar solicitando autorización para viajar más allá de los límites de La Habana. Ahora podemos desplazarnos libremente.

También queremos crear una embajada acogedora, donde puedan visitarnos tanto cubanos como norteamericanos, para poder interactuar más con ellos aquí. Obviamente, queremos atender las necesidades de los norteamericanos que en cantidades cada vez mayores están viajando a Cuba, pero también buscamos propiciar un ambiente acogedor para los cubanos que deseen visitarnos. Quizás recuerdas que antes había muchos guardias de seguridad rodeando el edificio. Eso ha cambiado también. Ahora hay más acceso al edificio.

¿O sea que esos guardias que solían estar ahí no eran parte de un cuerpo de seguridad solicitado por la misión?

No, eran personal de SEPSA. Tendrías que preguntarles a ellos qué era lo que hacían aquí, pero sin dudas nosotros no necesitábamos tantos para satisfacer nuestras necesidades de seguridad. Ahora hay muchos menos.

Hasta ahora el contacto de la misión diplomática de EE.UU. se ha limitado a un sector muy reducido del pueblo cubano. ¿En esa expansión que usted mencionaba, cuáles serían otros grupos e instituciones de interés?

Mi meta personal es de los 11 millones de cubanos, llegar a conocer a tantos como sea posible. Eso es algo que no habíamos podido hacer hasta ahora. En las ciudades y demás lugares del país que esperamos visitar, vamos a estar interactuando con una amplia representación del pueblo cubano, incluyendo por supuesto a funcionarios del gobierno.

¿Además de los viajes, esta nueva libertad de movimiento favorecería algún plan de establecer en el futuro una dependencia u oficina consular en otro punto del país?

Es un poco pronto para pensar en eso, pero en el pasado hubo un consulado en Santiago de Cuba. Sin dudas es algo que consideraríamos más adelante para poder dar servicios a los cubanos que deseen viajar a Estados Unidos y, por supuesto, a los norteamericanos que vienen y se desplazan por todo el país.

¿Este nuevo estatus de embajada, y de relaciones entre los dos países, tendrá algún impacto en la cantidad de visas que se conceden anualmente?

Hasta ahora lo que hemos visto es el inverso de eso: muchos más norteamericanos viajando a la isla. Evidentemente esperamos contribuir a la reconciliación de los pueblos de Cuba y Estados Unidos, y por supuesto eso incluye muchos familiares a ambos lados del Estrecho de la Florida. Así que prevemos que se incremente la demanda de visas, pero acabamos de convertirnos en embajada hace apenas unos días y habría que esperar para ver qué pasa.

En los primeros meses de 2015 se concedieron unas 10 000 visas menos que en igual período del año anterior a cubanos interesados en viajar a EE.UU. ¿Responde esto a una nueva política de concesión de visas? ¿Se mantendrá la tendencia a la reducción?

Yo supongo que tiene que ver con el hecho de que ahora se están dando visas de entradas múltiples a algunos solicitantes, y por lo tanto hay menos necesidad de volver a solicitarla cada vez que alguien quiere viajar, porque ya tienen su visa de cinco años.

¿Y los criterios que se han empleado hasta ahora para conceder o negar visas a los cubanos, van a variar?

No. No prevemos ningún cambio al respecto. Los criterios que usamos para conceder visas para viajes definitivos o de visita son los mismos que se usan en todo el mundo y no tenemos planes de modificarlos.

¿Se tendrá alguna consideración especial con los cuentapropistas interesados en viajar periódicamente a EE.UU. a comprar materias primas, sobre todo en el caso de personas jóvenes a quienes generalmente se les niega la visa por considerarlos posibles emigrantes?

Hace mucho tiempo que no hago trabajo consular, pero la decisión de concederle o no una visa de visitante a alguien depende de si la persona puede superar la suposición de que va a emigrar. No es cuestión solamente de que sean jóvenes o no, hay que demostrar que se tienen lazos fuertes a la comunidad aquí, y tener un negocio sería un ejemplo de vínculo fuerte. Puede que alguien con ese perfil sea un buen candidato, pero sinceramente cada caso es diferente, así que es difícil generalizar.

El gobierno de Cuba ha criticado algunas de las actividades que realiza la Embajada de EE.UU., específicamente los cursos de periodismo que ustedes ofrecen. ¿Hay alguna modificación prevista al respecto?

En el transcurso de nuestras negociaciones en los últimos meses nos centramos en restablecer relaciones diplomáticas. No entramos en los detalles de los programas ni actividades que realiza cada agencia más allá de acordar basarnos en lo que establece la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas. Así que a medida que avanzamos, nuestros programas para la democracia van a continuar; los estamos revisando constantemente. Se mantendrá el acceso a nuestro centro de computación, que es algo que ofrecen nuestras embajadas en más de cien países del mundo.

Se ha hablado de una posible visita del Presidente Obama a Cuba a principios de 2016. ¿Qué significaría para usted como embajador poder organizar algo así y qué rol tendría en ello?

Primero decir que para cualquier jefe de una misión en el extranjero sería un privilegio organizar una visita de su presidente al país donde está ejerciendo funciones. Ya con respecto a la visita del Presidente a Cuba, esa es una decisión que van a tomar él y sus asesores más cercanos. En algún punto yo, por supuesto, haría alguna recomendación, si llegara el momento, pero evidentemente la decisión sería suya.

Cuba estará recibiendo al Papa Francisco muy pronto. ¿Hay alguna expectativa de parte de la misión de EE.UU. en relación a esa visita?

Creo que es elocuente que [el Papa Francisco] vaya a estar unos días aquí y luego unos días más en Estados Unidos. El Vaticano sin lugar a dudas tuvo un papel importante en ayudar a que Cuba y Estados Unidos llegaran al acuerdo que anunciaron ambos presidentes el 17 de diciembre. Para nosotros va a ser todavía más importante la visita a EE.UU., donde va a visitar Naciones Unidas, y otros sitios de interés. Va a ser memorable.

¿Qué mensaje le enviaría al pueblo de Cuba en estos momentos?

Estamos empezando en un nuevo curso y esperamos establecer relaciones respetuosas y de cooperación con Cuba, con su gobierno y con su pueblo. Va a haber cuestiones en las que no vamos a estar de acuerdo, pero también sentimos que hay otras en las que vamos a poder cooperar. A medida que avanzamos, creemos que esto va a ser beneficioso no solo para los dos países, sino para la región.

También creemos que nuestro enfoque de relacionarnos con Cuba de esta nueva forma será muy beneficioso para el pueblo cubano; va a darles más oportunidades. Y también será una oportunidad para nosotros para defender los valores universales que en nuestro sentir son muy importantes.

¿Puede darnos algunos detalles sobre la ceremonia del 14 de agosto? ¿Qué cubanos asistirían?

Todavía estamos en los preparativos. La ceremonia de izamiento de la bandera será presidida por el Secretario de Estado. Las listas de invitados todavía están conformándose, pero prevemos que [el Secretario Kerry] verá una amplia variedad de cubanos a lo largo del día.

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Foto: Roberto Ruiz
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