Ley de viajes sin restricciones a Cuba: Construir el “momentum”

Una portavoz de la oficina del congresista McGovern conversó con OnCuba sobre la reciente propuesta bipartidista y bicameral para restaurar el derecho de los ciudadanos estadounidenses a viajar a Cuba.

El Capitolio es la sede de ambas cámaras del Congreso de los Estados Unidos. Foto: Marita Pérez Díaz.

El congresista Jim McGovern tocará la puerta de sus colegas en el Congreso de manera activa para conversar sobre la más reciente propuesta de ley sobre viajes sin restricciones de estadounidenses a Cuba.

McGovern espera que a través de esas conversaciones otros políticos estadounidenses se unan para respaldar el proyecto y aprobarlo.

La propuesta de ley, bipartidista y bicameral, fue presentada justo antes del receso de los congresistas. El Senador Leahy presentó una contraparte en el Senado con el apoyo de 45 sponsors.

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Ese es el primer paso para introducir cualquier ley en Estados Unidos.

Esta propuesta es muy similar a otras que se presentaron en el pasado, que buscan permitir a los ciudadanos estadounidenses y residentes legales viajar a Cuba sin restricciones.

Para indagar sobre por qué podría ser diferente en esta ocasión y cómo, OnCuba conversó con una portavoz de la oficina del congresista McGovern.

“No es un cambio radical, es una continuidad en nuestra historia del Congreso para nuestros propios constituyentes no sean castigados por la imposibilidad de los gobiernos cubano y estadounidense de avanzar en sus relaciones”, comentó la portavoz.

La funcionaria explicó además que el siguiente paso sería agrupar la mayor cantidad de co-sponsors posibles.

“Estaremos iniciando ese paso cuando los congresistas regresen en septiembre de su descanso. Creemos que antes del fin de año podemos conseguir al menos 100 padrinos para esta propuesta de ley”, dijo.

En medio de tantos temas de interés para Estados Unidos, desde la guerra económica con China, el terrorismo doméstico por tiroteos masivos y justo en una temporada previa a las elecciones presidenciales, conseguir ese número de patrocinadores “sería una forma de demostrar de que hay un deseo en el Congreso de que este tipo de legislación se mueva adelante”, explicó la portavoz.

“Les toca a los congresistas demostrar que están comprometidos con su liderazgo y con sus electores, y de que hay un momentum para discutir esta propuesta”, explicó.

De cualquier manera, tanto del lado cubano como en Estados Unidos, el escepticismo abunda con respecto a la viabilidad de esta propuesta de ley. Aún más en el contexto de que el presidente Trump activó el Título III de la Ley Helms-Burton por primera vez desde que aprobada en 1996, no hay una embajada estadounidense funcional en La Habana y las relaciones bilaterales retrocedieron, en tensión constante además por la crisis de Venezuela.

Sobre si pudiera aprobarse realmente, la oficina de McGovern respondió: “Ya veremos. Cuando tienes el chance de sentarte con los miembros del Congreso y conversar sobre el proyecto de ley y de cómo afecta a sus propios constituyentes, ellos comienzan a separar los temas del derecho de los estadounidenses a viajar y todas las otras diferencias en política y puntos de vista que todavía existen entre Cuba y Estados Unidos, sin importar quién esté en la Casa Blanca”.

Una propuesta de ley tiene solo un período de dos años para pasar por el Congreso, en varias etapas que culminan con su aprobación o simplemente se desecha. A veces ni siquiera llega a discutirse con los congresistas.
Los que deciden si se lleva a debate o no son los líderes de la Mayoría, que en el caso de la Cámara de Representantes son demócratas y en el Senado son republicanos. En este último lugar es donde menos probabilidades hay de que se lleve siquiera a debate en la agenda de los senadores.

“Veremos qué tan lejos podemos llegar en este proceso. Hay un número de diferentes posibilidades sobre cómo esta propuesta de ley puede seguir adelante en el proceso legislativo. La más obvia es presentar un proyecto independiente como este y que se mueva espontáneamente durante el proceso. Y es verdad que es menos probable que se apruebe cuando se presenta solo”, dijo la portavoz.

“Pero eso no significa que varias de estas provisiones incluidas en la propuesta de ley no puedan ser incorporadas en otras más amplias. Estaremos mirando a esa posibilidad en el próximo año y medio, cómo insertar esta propuesta dentro de otra más general”, explicó.

Esta última estrategia de incluir la esencia de la ley dentro de otra propuesta mayor que abarque otros temas consiguió que Trump firmara por primera vez también una Ley de Agricultura que incluyó la posibilidad de abrir las puertas al intercambio comercial mediante incentivos federales entre agricultores estadounidenses y Cuba.
Sin embargo, el entramado de leyes del bloqueo y las condiciones de utilizar solamente efectivo en las transacciones con Cuba dificultan todavía cualquier tipo de intercambio.

Además, el argumento más común utilizado en contra de una legalización de viajes sin restricciones a Cuba indica que es una forma de “ayudar y financiar al gobierno cubano”.

Esta lógica, usada por la mayoría de los políticos en la Florida contribuyó recientemente a la cancelación de los viajes en crucero a la isla y a una disminución sustancial de los viajes en general de estadounidenses a Cuba, algo que afecta directamente al naciente sector privado en la isla.

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“Desde nuestro punto de vista, estos argumentos no deberían relacionarse con esta propuesta de ley, porque esta ley no es sobre el gobierno cubano, muchísimo menos sobre el gobierno venezolano, es acerca de los derechos de los ciudadanos estadounidenses que deben ser restaurados. Nadie tiene un contraargumento sólido para limitar esos derechos”, dijo la portavoz de la oficina de McGovern.

En el hipotético caso de que se apruebe la ley en los próximos dos años, todavía quedarían muchas incógnitas por resolver. Una de ellas es la ausencia de una actividad diplomática estable en La Habana, que limitaría el servicio a sus propios ciudadanos en caso de necesitarlos en Cuba.

“Consideramos que la embajada de Estados Unidos en Cuba debe ser completamente reinstaurada y ser operacional de nuevo, con independencia a si la nueva propuesta de viajes sin restricciones a Cuba se aprueba o no. Ahora sí la ley pasa y se aprueba y fuimos los suficientemente afortunados para que eso suceda, será otro tema que podremos manejar en ese entonces.

“Esperamos que sea completamente funcional antes de ese momento”, concluyó la funcionaria.

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