Líder del exilio cubano no será deportado

Ramón Saúl Sánchez, dirigente del Movimiento Democracia, agradeció primero a Dios y luego al juez, al fiscal y a sus abogados por el "fin de la pesadilla".

Foto: Ana Rosa Mengotti/EFE/Archivo

Ramón Saúl Sánchez, que enfrentaba una orden de deportación a Cuba tras 56 años viviendo en Estados Unidos, podrá permanecer en ese país, dictaminó este jueves un juez de inmigración de la ciudad de Miami.

Según un reporte de la agencia Efe, el magistrado también le habría brindado protección contra posibles futuras acciones en ese sentido.

Sánchez, dirigente del Movimiento Democracia, agradeció primero a Dios y luego al juez, al fiscal y a sus abogados por el “fin de la pesadilla”. Estuvo más de dos horas dentro del tribunal de inmigración, en cuyos alrededores se concentró un grupo de exiliados cubanos y periodistas que lo recibieron con gritos y aplausos cuando salió, agrega el medio español.

Sánchez dijo que lo sucedido en el tribunal fue “un acto de justicia”, y no porque lo haya beneficiado a él. A partir de la decisión del juez, podrá continuar el proceso para obtener la residencia en Estados Unidos, que le ha sido negada en dos ocasiones. “Espero ser residente algún día”, dijo.

El movimiento que encabeza se ha caracterizado entre los grupos del exilio cubano del sur de la Florida por sus “flotillas de la libertad”, caravanas de botes que en varias ocasiones han llegado hasta el límite de las aguas internacionales con las jurisdiccionales de Cuba.

De 64 años, Sánchez llegó a Estados Unidos en 1967, dijo que no fue interpelado por las acusaciones del Gobierno cubano de que participó en actividades terroristas, algo que niega tajantemente.

Su asociación en el pasado con Alpha 66, un grupo paramilitar de cubanos, resurgió cuando solicitó la residencia permanente el 10 de septiembre de 2002.

A su vez, confirmó que sí fue interrogado por su comparecencia hace años ante un gran jurado en Nueva York, cuando se negó a declarar por “razones de conciencia”, según explicó.

En 1982 Sánchez fue acusado de desacato a la corte por negarse a testificar ante un gran jurado en un caso relacionado con Omega 7, un grupo paramilitar de exiliados cubanos fundado en 1975 al que el FBI responsabilizó de atentados con bomba en la década de los 80 en Miami, Nueva York, Puerto Rico, Chicago y Nueva Jersey.

Willy Allen, jefe de su equipo legal, dijo que “todo salió como  esperaba” y que hubo “un buen juez y un buen fiscal” y “además Ramón testificó como él siempre lo hace: muy claro”.

El juez decidió que “no es deportable”, subrayó el abogado.

Según ha trascendido, Sánchez podrá permanecer en territorio estadounidense amparado por la Convención de Ginebra contra la tortura, a la que, según sus abogados, sería sometido en caso de ser enviado a la isla.

 

Efe/OnCuba

 

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