El presidente de los Estados Unidos Barack Obama ofreció una entrevista al programa televisivo “State of the Union with Candy Crowley”, de CNN, grabada el pasado viernes y transmitida este domingo 21 de diciembre.
Entre otros temas de la actualidad estadounidense, Obama se refirió a la repercusión del reciente acercamiento entre Washington y La Habana y sus posibles implicaciones para el futuro inmediato.
El mandatario norteamericano reconoció que la política de aislamiento internacional aplicada por su país a la Isla durante más de 50 años “para tratar de derrocar al régimen, no ha funcionado”.
El acercamiento entre ambos países daría la oportunidad de influir en los acontecimientos de Cuba en un momento de cambio generacional, afirmó Obama en el conocido programa televisivo del domingo y añadió que este este es el momento de probar “algo diferente”.
Obama dijo que sus críticos lo acusan de apoyar a dictadores, pero él los acusó de querer disparar primero y pensar después, con la simple intención de proyectar fuerza, reseñaron varias agencias de prensa.
El presidente se refirió a la firmeza con que trata a los gobiernos que violan el derecho internacional o atetan contra Estados Unidos, mientras mencionó a Rusia como ejemplo. Sin embargo, enfatizó en la necesidad de solucionar los problemas diplomáticamente siempre que exista la posibilidad.
Con respecto a la polémica cárcel militar ubicada en la Bahía de Guantánamo, en Cuba, aseguró que “hará todo lo posible” para cerrarla. Recientemente cuatro prisioneros de esa instalación fueron enviados a Afganistán, mientras otros fueron autorizados a residir en Uruguay, con el favor el presidente uruguayo José Mujica.
El Congreso de los Estados Unidos interpone fuertes obstáculos a Obama para concretar el cierre de una prisión a la que calificó desde el comienzo de su mandato en 2008 como “perjudicial para la imagen de los Estados Unidos”.
Obama aseguró en la entrevista que de efectuarse la clausura de la prisión, quitarían “un motivo que sigue inspirando a los yihadistas y extremistas del mundo”, para continuar acciones terroristas, además de lo caro que resulta para los contribuyentes, pues por cada persona detenida gastan millones de dólares.