Tomás Regalado: Radio y TV Martí jamás serán un instrumento de reconciliación

“Aquí hay gente que quiere que esto se hunda", le dijo a OnCuba el ex alcalde de Miami.

Tomás Regalado, director de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB) del Gobierno de EEUU. (Foto: EFE/Archivo).

Tomás Regalado, director de la Oficina de Transmisiones a Cuba (OCB) del Gobierno de EEUU. (Foto: EFE/Archivo).

Tomás Pedro Regalado Valdés es conocido en Miami como un hombre ponderado pero directo. Dice lo que piensa. Ha sido periodista, concejal y alcalde. Ahora es el director de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB) y cuando se le pregunta si en Radio y TV Martí prima el pluralismo, necesita apenas una fracción de segundo para contestar: “¡No!”

Y amplía: “No, porque nuestra misión es limitada, nuestra misión se limita a informar. Si seguimos la ley al pie de la letra tenemos que informar lo que pasa en Cuba, le añadimos lo que pasa en el mundo con un balance porque seguimos los cánones de la Voz de América. Ahora, claro que hay alguien que mete libretazos, pero lo que pasará aquí cuando termine esta investigación va a ser un gran despertar para todos sus empleados. O somos profesionales o no tienes cabida aquí”.

Lo que Regalado refiere es el último escándalo que afecta los predios de OCB, donde suelen cocerse habas y no necesariamente las mejores. En estos momentos se encuentran suspendidos de sus labores dos empleados por haber puesto en el aire en TV Martí un programa donde el empresario y filántropo George Soros es referido como “un multimillonario judío de origen húngaro cuya fortuna se estima en 8,000 millones de dólares” y, además, lo caracteriza como “un judío no creyente” y “de moral flexible”.

Para la Agencia Estadounidense para los Medios Globales, que supervisa a OCB, el programa violó los estándares éticos porque, entre otras cosas, no sustentó con hechos las aseveraciones, y ha desencadenado una investigación interna.

Aunque el programa en cuestión salió al aire en abril, antes de asumir la dirección de OCB dos meses después, Regalado cree que la investigación se justifica porque hay muchas cosas por aclarar y comportamientos por resolver.

“Aquí hay gente que quiere que esto se hunda. Yo tengo una pensión de la ciudad de Miami: mañana cierran este edificio y no tengo problema ninguno”, precisa. Sin embargo, no quiso abordar más detalles porque, después de todo, OCB es una entidad federal con sus secretos. “La investigación debe terminar a inicio de la semana que viene”, anuncia.

Se rompió el muro

Regalado, que tiene muchas décadas de periodismo escrito y radial a sus espaldas, admite que si bien la entidad que dirige no es pluralista, rechaza que la tendencia de la programación noticiosa de las emisoras sea de extrema derecha, como se han quejado a OnCuba varios de sus empleados.

“Al contrario, lo que encontré al llegar fue una cierta izquierdización de las noticias. Aunque no sé si las noticias tienen derecha o izquierda”, dice. “Es más, no sé qué quieren decir con eso. Ahora, que yo dije a todos los presentadores que podían decirle dictador a Díaz-Canel, ¡p’alante! Que Raúl Castro es un dictador. Vamos, dos y dos son cuatro”.

“Mi opinión como un observador de fuera, interesado siempre en la cosa de Cuba, es que en muchos momentos esta agencia se desvió del espíritu y la letra de la ley. Incluso durante la administración de [Barack] Obama ese muro que debe haber entre la dirección política y la dirección profesional se quebró. Por ejemplo, aquí se prohibió dar la noticia de la victoria de Donald Trump, [Radio Martí ] fue el último medio en dar la noticia de la presidencia de Donald Trump”.

¿Y quién fue el responsable?: “María Malule González”. Su antecesora en el cargo. OnCuba intentó localizarla pero fue imposible. “[Ese día] mandaron a todo el mundo para la casa, creo que fue una cosa de rabia, pero se quebró ese muro. Y por ejemplo, se decía en otras administraciones, que había que llamar a la policía en Cuba cuando detenían a los opositores para poder confirmarlo. Cosas de ese estilo”, añade.

Una de las razones a que Regalado atribuye el matiz de izquierda que encontró en el noticiero es precisamente el silencio cubano. “A mí me llamaba mucho la atención de que el Gobierno cubano dejara de atacar a Radio y TV Martí durante muchos años. Parece como si no le interesara, estaba fuera del radar. Afortunadamente desde que estoy aquí ya han atacado varias veces. Eso quiere decir que cabalgamos”.

El nombramiento

El antiguo alcalde de Miami a sus 70 años nunca pensó dirigir OCB. De hecho siempre vio el proyecto de los Martí (como se llama popularmente a las dos estaciones) desde la distancia, como una entidad siempre marcada por la política. Pero al final se considera un hombre afortunado.

“No tenía la menor idea de que iba a poder tener esta posición porque siempre veía a Radio y TV Martí de forma distante, los nombramientos eran siempre muy políticos y yo no tenía ningún mérito con la administración Trump. Pero me nombraron y fue una bendición”, explica.

Es que “cuando estaba en la alcaldía sentía que yo tenía una deuda con Cuba pero que allí, aparte de que fui crítico en contra del régimen con la investidura de la alcaldía de Miami, pensé que no hice suficiente y por eso cuando me nombraron me sentí contento, porque tenía la posibilidad de hacer algo con Cuba”.

Entre sus primeros “arreglos de casa” estuvo la salida de algunos empleados, un gesto que no fue del agrado de muchos periodistas y técnicos. Para Regalado lo que sucedió fue que la “vieja guardia” había desaparecido de las ondas radiales orientadas hacia la Isla y llegó el momento de traerla de vuelta. Después de todo, el director de OCB es parte de esa “vieja guardia”. Llegó a Miami a inicio de los años 60 del siglo pasado en el marco de la Operación Peter Pan.

“Sabía que habían eliminado el exilio cubano. Eso se sabía, era público. Al llegar encontré que esa era la realidad. También encontré algo que me molestó absolutamente, totalmente, y fue que a los sábados y domingos no había un solo programa autóctono, un solo programa en vivo, todo era (repeticiones) de los programas de la semana”, asegura. Y comenzaron los cambios, lo que él llama la adecuación a estos tiempos. Por ejemplo, “le pedí a Rosa María Payá que hiciera un programa llamado Tú decides. A Oscar Elías Biscet que haga un programa semanal llamado Lawton libre. Pedí al Miami Medical Team que hiciera un programa sobre la medicina en Cuba”.

¿Qué hay en todo esto que pueda atraer a los jóvenes? “Hay 800,000 milenials en Cuba, que tiene una población envejeciendo. La oferta para los milenials es tecnología y la estamos incluyendo diariamente en los cuatro noticieros de radio, un segmento de tecnología diario, más en los noticieros de televisión, y también aumenté el programa deportivo más de media hora, y el número de horas de noticias”.

Regalado confirma de que ve ocasionalmente la televisión cubana, como novelas, películas y debate, (que “para mí son aburridísimos, es como ver una programa del canal 23 y 51 de la década de 60 y están siempre todos de acuerdo”), pero no parece estar muy al tanto de su contenido cuando afirma que “queremos hacer lo que la radio y televisión de Cuba no está haciendo: enseñando tecnología”.

Y tiene un orgullo especial en sus cambios: “La lucha libre, el único deporte que la televisión cubana no transmite. Hemos comprado los derechos de unos campeonatos aquí en Miami, son todos [atletas] cubanitos, acabados de llegar”, afirma mientras observa en una pantalla uno de esos programas y parece feliz con ello.

Todo esto porque no quiere “apostar solamente a los jóvenes”, sino “apostar a la población que todavía tiene memoria histórica de que una vez escuchó a Radio Martí”.

¿Se ve o no se ve?

Como no podía dejar de ser, llegamos a la vieja controversia, al viejo dilema de Macbeth: ¿TV Martí se ve o no se ve? Para Regalado no es un problema acuciante, lo esquiva repetidamente aunque admite que el Gobierno cubano ha logrado interferir las transmisiones. Pero él tiene en la mano lo que cree ser la solución. Cuando asumió el cargo, el director de OCB reveló que Estados Unidos dispone de nueva tecnología que pudiera evadir las interferencias. Muchos en Miami no le creyeron y algunos, incluso, se rieron.

Pero Regalado sigue en la suya, como si de una quimera se tratara. “Es tecnología que hemos enviado de aquí. Trabajan en ella personas que están comprometidas con nosotros pero no son empleados nuestros. [Sin embargo] tienen interés, deseos, son intrépidos. Por eso pregunto, esto que estamos haciendo poniendo esto [la lucha libre], ¿algún día llegará a un millón de hogares cubanos?”.

Todo esto porque Regalado tiene aspiraciones bien serias para Radio y TV Martí. En la radio va a abrir una nueva frecuencia en onda corta y va a colocar la banda sonora del noticiero de TV Martí en la radio, porque todo lo que aspira es ambas emisoras “sean la única opción de información para el pueblo de Cuba”.

“Quiero que si Nielsen y Arbitron –encuestadoras de audiencias– fueran a hacer una encuesta en Cuba, que Radio Martí quedara en primer lugar y televisión quedara en primer lugar. Yo quiero ganarle a Radio Rebelde, a Radio Progreso, a Radio Camagüey. Yo quiero que la gente en Cuba se sienta obligada a escuchar a Radio Martí a cierta hora”, afirma.

Lo que sí las dos entidades nunca serán, al menos bajo su dirección, es ser elementos de reconciliación.

“¿Instrumento de reconciliación? No para nada. Esto es un instrumento de información porque información es poder y poder es lo único que va a permitir el cambio en Cuba. No somos un instrumento de reconciliación”, enfatiza con un vigor especial.

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