Los trámites y el gasto reiterado de dinero para obtener visado estadounidense desde Cuba podrán disminuir radicalmente según la última medida del Servicio de Inmigración norteamericano. El documento consigna la posibilidad de otorgar visas de entradas múltiples válidas por cinco años a los cubanos que visiten esa nación en carácter de visitantes no emigrantes.
Esto permite que los cubanos a los que les sean otorgadas este tipo de visas solo deberán hacer una sola vez el trámite de visado, al igual que el correspondiente pago de 160 CUC, que aun hoy debe realizarse cada vez que se solicite este permiso de viaje.
Con vigencia desde este 1ro de agosto, la normativa posibilitará a los cubanos viajar ilimitadamente a los Estados Unidos por espacio de cinco años, aunque por los períodos máximos que establecen las visas B-1 (Visa de Negocios: 1 año) y B-2 (Visa de Turista: seis meses).
El investigador especializado en relaciones Cuba-Estados Unidos y exdiplomático cubano, Carlos Alzugaray, valora esta medida como “un paso positivo que acerca la situación de los ciudadanos de nuestro país a la de ciudadanos de otros países. Elimina una discriminación que ha existido hasta el momento. Ojalá sea un paso más, aunque sea pequeño, para avanzar por el camino de la normalización de las relaciones.”
Con la llegada a la Casa Blanca de Obama, el gobierno estadounidense se ha encargado de eliminar muchas de las restricciones impuestas por Bush a los cubanoamericanos para viajar a la Isla, además de incrementar los permisos por motivos educativos, culturales y religiosos.
El 17 de julio pasado, Washington y La Habana reanudaron las negociaciones sobre temas migratorios en la propia capital norteamericana, tras la entrada en vigor, en enero de este 2013, de las reformas migratorias cubanas. Estas incluían la abolición del permiso de salida y produjeron un incremento del número de cubanos con expectativas de viajar a Estados Unidos.
A pocos días de iniciadas estas conversaciones, que se habían interrumpido tras la detención en Cuba del contratista estadounidense Alan Gross en 2011, parece que ambas partes encuentran cauces comunes de normalización y esta medida podrá repercutir favorablemente en el acercamiento de cubanos residentes dentro y fuera del país.
Al respecto, Alzugaray destaca que “favorece los vínculos entre Cuba y Estados Unidos y es positiva para los centenares de miles de familias cubanas que están separadas por el fenómeno de la emigración. Por supuesto, queda mucho terreno por recorrer, incluso en el plano de las visas, pero sólo puede interpretarse como un paso en la dirección correcta.”