Votación contra el embargo en la ONU cambia para el jueves

El canciller cubano afirmó que se debe a que EE.UU. busca "alterar el proceso" y "poner obstáculos" a la votación.

Intervención del canciller cubano, Bruno Rodríguez, ante la Asamblea General de la ONU, en la presentación de la resolución cubana contra el embargo de EE.UU. Foto: Trabajadores / Archivo.

Intervención del canciller cubano, Bruno Rodríguez, ante la Asamblea General de la ONU, en la presentación de la resolución cubana contra el embargo de EE.UU. Foto: Trabajadores / Archivo.

La votación de la resolución cubana contra el embargo de EE.UU., prevista inicialmente para este miércoles en la Asamblea General de la ONU, fue trasladada para el jueves 1 de noviembre, según confirmó a la prensa el canciller de la Isla, Bruno Rodríguez.

El cambio de fecha, de acuerdo con el ministro cubano de Exteriores, se debe a los “obstáculos” que el gobierno estadounidense “en sus intentos de incrementar la hostilidad contra Cuba” pone a la votación, en referencia a las enmiendas que Washington pretende introducir en el proyecto de resolución de Cuba.

Rodríguez explicó que originalmente las enmiendas fueron presentadas en un único texto, pero luego  dividió “aviesamente” el documento en ocho enmiendas separadas las que serán sometidas a análisis este miércoles en la Asamblea General.

En su opinión, el cambio “persigue el propósito evidente de crear un pretexto para endurecer el bloqueo y tratar de presentar la ilusión de que hay apoyo internacional a esa política” y “busca disturbar, consumir tiempo, crear confusión y dificultar la adopción” de la resolución cubana.

Días atrás, tras la salida del texto inicial con las enmiendas, el canciller las calificó como “una nueva maniobra” de Washington con “fines propagandísticos”, y dijo que señalan “de una manera verdaderamente desvergonzada” presuntas restricciones a la implementación en Cuba de los objetivos de la Agenda 2030 de la ONU para el desarrollo sostenible y su relación con los derechos humanos, que descubren un “profundo desconocimiento” de la realidad cubana.

Las enmiendas de EEUU a la resolución cubana contra el embargo

Ahora, en declaraciones a la prensa cubana en Nueva York, Rodríguez afirmó que las enmiendas “tienen el objetivo de cambiar la naturaleza de la resolución” contra el embargo, para convertirla “en una resolución que contenga ataques contra Cuba”, lo cual, dijo, “es totalmente injustificado”.

Aseguró que la delegación estadounidense “obliga” a la Asamblea General de la ONU a pronunciarse sobre los ocho documentos, “todos agresivos contra Cuba, todos manipuladores de la causa de los derechos humanos y de los Objetivos de desarrollo sostenible”, cuando existen otros órganos e instancias de la ONU en que “sería apropiado” debatir sobre estos temas.

La discusión de las enmiendas estadounidenses supone entonces un cambio en el programa inicial, “a diferencia de años anteriores”: este miércoles se debatirá la resolución cubana en la Asamblea General y se escucharán los discursos de diferentes países, en tanto la votación final quedará para el jueves.

“Impotente, el gobierno de los Estados Unidos no ha encontrado otro camino este año que tratar de dificultar la adopción de la resolución, o de modificar de una manera oportunista, disimulada, el contenido”, afirmó Rodríguez, quien se mostró seguro de que la comunidad internacional volverá a condenar el embargo.

“Tenemos la seguridad de que las emiendas serán rechazadas y que la resolución recibirá un apoyo abrumadoramente mayoritario, como ha ocurrido en el pasado”, aseguró.

Por más de dos décadas, el gobierno cubano ha presentado en la ONU su proyecto de resolución contra el embargo –cuyos daños desde 1960 la Isla valora actualmente en 933,678 millones de dólares, en un cálculo basado en la depreciación actual del dólar frente al valor del oro– con el respaldo mayoritario de la Asamblea General.

En 2017, solo EE.UU. e Israel votaron en contra, luego de su histórica abstención en 2016, en consonancia con la política de acercamiento a la Isla promovida por el entonces presidente Barack Obama.

En las últimas semanas, Naciones Unidas ha sido escenario de la tensión actual entre Cuba y EE.UU. Washington impulsó en la sede de la organización un acto sobre la situación de los presos políticos en la Isla, que fue boicoteado con gritos y golpes sobre las mesas por diplomáticos cubanos y bolivianos.

Tras ese episodio, la todavía embajadora estadounidense, Nikki Haley, pidió a la ONU que tome medidas contra los implicados y que fuerce a sus países a pagar supuestos desperfectos causados, mientras Cuba solicitó una investigación por el desarrollo de un evento que considera que viola los principios y procedimientos de la organización internacional.

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