Caravanas de amor por el fin del embargo: no hay muros que se nos resistan

Hoy desfilan Tampa, Miami, La Habana y el mundo, como si una magia real y tangible reavivara la esperanza.

Grupo de cubanas y cubanos solicitando el fin del Bloqueo en Tampa. Foto: Cortesía Carlos Lazo

¡Tampa! El lugar donde José Martí, rodeado de emigrados cubanos, abonó los “pinos nuevos” y vislumbró una nueva alborada para Cuba. Aquí, donde entre humildes tabaqueros y cubanos buenos, el Apóstol concibió aquella visión anhelada y hasta hoy esquiva de construir una nación “con todos y para el bien de todos”.

¡Tampa!

Hoy, a 130 años de la visita de José Martí a esta ciudad, los emigrados cubanos, los cubanoamericanos y sus hijos, los que han echado raíces en esta segunda Patria, vuelven a soñar que —para nuestra gente— un mundo mejor es posible.

Personas de diferentes credos e ideologías unidas por el amor a sus familias, se reúnen y desfilan en caravana para pedir que se levanten las sanciones que pesan sobre el pueblo cubano como parte del embargo económico. 

Monumento a José Martí localizado en Ybor City, Tampa. Foto: cortesía de Carlos Lazo.

Pero no es solo Tampa donde esto sucede; también se suman Miami, Nueva York, Las Vegas y otras localidades de Estados Unidos. En cada rincón de la unión americana, como flores imparables a las que les ha llegado la justa hora, germinan esas caravanas de gente generosa que aboga por el fin del embargo a Cuba.

Además de los Estados Unidos, este tsunami de amor se ha hecho viral y se desborda por el mundo. En decenas de ciudades y pueblos del planeta, cientos —miles— se suman a este clamor, y es como si hoy Tampa volviera a encender la luz de la esperanza. ¡Que cese el bloqueo! ¡Que se construyan puentes de amor!

¡Seamos hijos agradecidos! ¡Seamos puentes de amor!

Por eso vinimos a Tampa, para que el espíritu de Martí nos reconforte. Vinimos para transitar la misma ruta que recorrió el Apóstol y, con suerte, encontrar su luz en estas viejas calles. Por eso estamos hoy en Tampa; para respirar aquel ejemplo fecundo. Por eso llegamos hoy aquí, para invocar el espíritu de Martí y decirle: “Padre, estos hijos tuyos desperdigados por el mundo llevamos en lo profundo el retoño de luz que tú plantaste. ¡Enciéndenos!”.

El maestro cubanoamericano Carlos Lazo ante el monumento a José Martí localizado en Ybor City, Tampa.

Hoy desfilan Tampa, Miami, La Habana y el mundo, como si una magia real y tangible reavivara la esperanza. No hay marcha atrás, no hay muros que se nos resistan. Conquistaremos el dulce premio, como lo hizo nuestro Martí; abrazando al que sabe amar y enseñando a amar al que lo ha olvidado. Así levantaremos las sanciones a nuestro pueblo: a golpe de ternura. Así salvaremos a nuestras familias: con el esfuerzo ecuménico de todos los cubanos. Demoliendo barreras y construyendo puentes.

¡Puentes de amor!

 

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