60 años

La Revolución, longeva, hace tiempo dejó de ser solo un suceso político.

Santiago de Cuba preparándose para el acto nacional por el aniversario 60 de la Revolución. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Santiago de Cuba preparándose para el acto nacional por el aniversario 60 de la Revolución. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Algún día también nosotros tendremos 60 años sobre nuestros hombros. Mis padres murieron con poco más de 70. Habían nacido unos 10 años antes de que la Revolución triunfara, y 10 años cumplirá mi hija este 2019. Ella completará su primera década el mismo año en que la Revolución se vuelve una “adulta mayor”.

La Revolución ha sido el molde de nuestras vidas. Estemos donde estemos los cubanos, soñemos con lo que soñemos. Los más dolidos o los más entusiastas, los más severos o los más indulgentes, los que no quieren ni un año más, y aquellos que aún morirían por defenderla… Todos –incluso quienes no estamos ubicados en ninguno de los dos extremos– sabemos, o sentimos, que la Revolución ha regido nuestros destinos.

Somos hijos de la Revolución: nobles, sátrapas, cultos, ignorantes, humanos o bestias. Somos todos hijos de estas seis décadas que han transcurrido entre ilusiones y desaires, entre triunfos celebrados y fracasos disimulados.

Somos hijos de esta circunstancia social que algunos construyen con mucha dedicación, mientras otros la objetan y otros la agreden.

Sabemos que la Revolución no ha sido solo un gobierno –ya estamos comprobando que caben varios mandatos bajo su nomenclatura y ya vemos qué tan distintas mentalidades han crecido bajo su influencia.

La Revolución, longeva, hace tiempo dejó de ser solo un suceso político para transformarse en la biografía de al menos cuatro generaciones que la hemos vivido.

Ante estos 60 años, edad en que se inicia la vejez, lo que sobreviene es una frontera desde la que es recomendable hurgar. ¿Qué (nos) ha ocurrido en todo este tiempo?

La vida suele ser corta e insuficiente para los cuerpos y los afectos, pero duradera y tenaz para la Historia.

Sabemos que no hay Historia sin estas vidas breves que somos: sucesión de días, dolores y alegrías que tejemos, a veces, muy a merced de nuestros contextos.

Estos 60 son tan nuestros, celularmente. Han cincelado nuestra memoria y no hay por qué evocarlos solo en los pasillos de los palacios, en las plazas o en las portadas de los periódicos.

La Revolución ha sido mucho más que escenografía o ambiente. Para millones fue el guion de sus acontecimientos vitales.

Estos son los 60 de todos los cubanos; bien nacidos todos en esta tierra. Aunque no sea esta tierra la que al cabo cubra sus cuerpos, y aunque este cumpleaños no sea su deleite.

Este 1ro de enero no es una Revolución exterior a nuestra existencia la que necesita ser salvada, rejuvenecida, recuperada: somos todos nosotros.

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