Beber y fumar: dos lujos para los cubanos ordinarios

El insuficiente abastecimiento de cigarrillos, tabacos y rones en la red de mercados, causado por una baja en la producción, ha provocado un incremento de la demanda y, aparejado a ella, un aumento significativo en los precios en el mercado paralelo.

Foto: Kaloian.

Fumar cigarrillos o tabaco y beber ron se han convertido en actividades fuera del alcance de muchos cubanos debido a la actual escasez de esos productos, situación que ha disparado notablemente sus precios en el mercado negro. 

Un reportaje de Sputnik apunta que “el insuficiente abastecimiento de cigarrillos, tabacos y rones en la red de mercados, causado por una baja en la producción, ha provocado un incremento de la demanda y, aparejado a ella, un aumento significativo en los precios en el mercado paralelo, que deprime –y escandaliza– el bolsillo de los consumidores”. 

“Si quieres fumar, tienes que pagar hasta 10 veces el precio de una cajetilla de cigarrillos, no hay de otra si deseas satisfacer tu vicio, y aunque no hay en los mercados o tienes que hacer largas colas para conseguirlos, los negocios particulares y los revendedores acaparan lo poco que se produce”, comentó al citado medio Arnaldo Estévez, un veterano fumador residente en La Habana. 

Estévez añadió que ocurre lo mismo “si quieres disfrutar un buen ron entre amigos”.

El fenómeno se hace muy visible en un país en el que, según la Encuesta Nacional de Salud concluida en 2019, 2 014 460 personas tenían hábitos de fumar, lo que representa el 21,6 % de la población.

Tabaquismo deja más de 13 mil muertes al año en Cuba

En cuanto a los patrones de consumo de alcohol, la tendencia es muy parecida. Más del 45% de la población mayor de 15 años consume bebidas alcohólicas, fundamentalmente en los rangos de edades comprendidos entre 15 y 44 años de edad; mientras la mayoría de los dependientes alcohólicos tienen edades que oscilan entre 25 y 42 años, según los datos de investigaciones de la Unidad Nacional de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades en el año 2016.

Desde mediados de 2021 se resintió sensiblemente la distribución de cigarros en la red de ventas minoristas ante el déficit de las fábricas, afectadas por roturas imprevistas, problemas logísticos y de transportación, y falta de materiales que se emplean en los procesos de producción, entre otras causas, refiere Sputnik.

También afectaron la producción de cigarrillos la paralización de algunas líneas y los retrasos en las entregas como consecuencia de la pandemia de COVID-19, de acuerdo con información ofrecida a la prensa por el Ministerio de Comercio Interior.

Según Sputnik, esto provocó que desde octubre último se decidiera regular la venta de cigarrillos a través de la libreta de abastecimientos (racionamiento), en un frustrado intento por frenar la acción de acaparadores y especuladores que, hasta el momento, no han perdido protagonismo en la venta del cotizado producto. Su precio oficial es de 10 pesos (0,41 dólares) y se consigue por 100 (cuatro dólares).

Otros tipos de cigarrillos nacionales de superior calidad se ofertan exclusivamente en las tiendas que venden sus productos en monedas libremente convertibles (MLC), que también han sido reguladas en cuanto a las cantidades que pueden adquirirse.

Igual sucede con las producciones de ron, afectadas de manera considerable por las menguadas zafras azucareras, y aunque con cierto equilibrio en las ventas en divisas fuertes, con precios prohibitivos para el cubano de a pie.

Sin embargo, la inflación que afecta a la economía cubana, cuya crisis se ha agravado durante los últimos años por los impactos de la pandemia y el recrudecimiento del embargo impuesto por el gobierno estadounidense, ha torpedeado los propósitos de cualquier medida adoptada por el Estado para amortiguar los efectos en la población de esta crisis en el consumo de tabaco y bebidas alcohólicas. 

Tampoco han ayudado las circunstancias impuestas por la irrupción del nuevo coronavirus. Un estudio sobre el consumo de cigarrillos en Cuba durante 2020 expone que el confinamiento, una de las medidas tomadas para tratar de frenar la infección, condujo a un aumento de la ansiedad, la depresión, el estrés y el miedo, lo cual tuvo un impacto sobre el tabaquismo y otras adicciones. 

Esa investigación indica que el consumo per cápita en la población cubana de 15 años y más fue de 1 537 cigarrillos, un 4,98 % de incremento en relación con el 2019. Además, establece resultados en la valoración de otros indicadores: el precio promedio estimado de la cajetilla de cigarrillos fue 11,23 pesos cubanos, con crecimiento de 2,18 %; de cada 100 cigarrillos que se vendieron, 38 fueron adquiridos en pesos cubanos convertibles y 62 en pesos cubanos. Se mantuvo la inelasticidad precio-demanda de cigarrillos con un coeficiente de 0,43.

Por lo tanto, resume el estudio, la pandemia  y los factores sociales y económicos inherentes se presentan como causas fundamentales del incremento de la demanda en el periodo estudiado, que rompe la tendencia decreciente de los últimos tres años.

Puntualiza Sputnik que el viceprimer ministro cubano Alejandro Gil informó a la Asamblea Nacional de Poder Popular (Parlamento) que en 2021 las exportaciones de tabaco y ron, dos de los principales productos para colocar en el mercado internacional, estaban al 91% del plan previsto (tabaco) y el 86% 9 (ron).

Según el también titular de Economía y Planificación, estos incumplimientos se debieron a problemas vinculados con la pandemia, además de a la paralización de algunas fábricas. En el caso del ron, por la baja en la demanda internacional.
 
El panorama de la venta de cigarrillos pudiera variar durante el primer trimestre de 2022, de acuerdo con la información brindada a la prensa cubana por funcionarios del Grupo Empresarial de Tabaco de Cuba (Tabacuba), quienes prevén un crecimiento en los abastecimientos de cigarrillos al mercado interno en caso de que se logre estabilizar la producción en las cuatro fábricas más importantes del país.
 
Por su parte, el aumento de las ventas de ron dependería en buena medida de los resultados de la zafra azucarera, unidos a las capacidades de producción y a la disponibilidad de transportes, combustibles y envases, lo cual impide aventurarse a hacer pronósticos, asegura Sputnik.

 

 

 
 
 
 
Salir de la versión móvil