Bruno Rodríguez en Rusia: alianza estratégica y apoyo para el diálogo sobre Venezuela

El canciller cubano ratificó que Cuba está preparada "para enfrentar las consecuencia económicas" de las restricciones de la administración Trump y la Ley Helms-Burton.

El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, en Moscú. Foto: Sergei Ilnitsky/EFE/Archivo.

El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, reafirmó hoy el apoyo de Rusia a Cuba, su aliado estratégico, al comienzo de su reunión con su homólogo cubano, Bruno Rodríguez.

“En 2019, cuando se cumple el 60 aniversario de la victoria de la Revolución cubana, les aseguramos que continuaremos apoyando a nuestro aliado estratégico, Cuba”, dijo el jefe de la diplomacia rusa.

Agregó que Rusia sigue con “gran atención y simpatía los profundos cambios” que tienen lugar en la isla y destacó los avances logrados por Cuba en diversos ámbitos como el socioeconómico y cultural pese a los muchos años del bloqueo impuesto por Estados Unidos.

Lavrov adelantó que en el curso de estas conversaciones se firmará un “plan de consultas políticas” para el trienio 2020-2022, que permitirá imprimir más dinamismo a los contactos bilaterales y a la marcha de los proyectos conjuntos.

El canciller cubano, a su vez, calificó el diálogo con Moscú de “siempre deseado y productivo”, y el estado de las relaciones bilaterales de “excelentes”, incluidos los proyectos conjuntos y el “potencial prometedor” para desarrollar los lazos aún más.

Recordó que ambos países disfrutan de un diálogo político “de muy alto nivel”, con crecientes proyectos económicos y de interés mutuo “que marchan bien”.

Rodríguez indicó que la reunión con Lavrov se produce “en medio de una situación internacional convulsa, de crecientes amenazas a la paz y la seguridad regional, que también alcanza la región de América Latina y el Caribe”.

“Tenemos grandes coincidencias en nuestras posiciones de la agenda internacional y multilateral, y admiramos el papel de Rusia en la defensa y la preservación de la paz y la seguridad internacional”, recalcó el canciller.

Un diálogo para Venezuela

El canciller de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó en Rusia que La Habana alentará todo proceso de diálogo entre el Gobierno de Nicolás Maduro y la oposición que promueva unos “acuerdos absolutamente soberanos” entre venezolanos para solucionar la crisis en el país andino, en referencia al incipiente proceso en Oslo.

“Cuba apoyará cualquier iniciativa dirigida a promover el diálogo respetuoso basado en la igualdad soberana, con estricto apego a los principios del derecho internacional, en particular el no uso, ni la amenaza del uso de la fuerza, la no injerencia y la no intervención en los asuntos internos de los Estados”, señaló Rodríguez en una rueda de prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

El canciller cubano agregó que, en este sentido, La Habana alentará “todo proceso de diálogo que tome en cuenta los intereses del pueblo de Venezuela con participación del Gobierno bolivariano y chavista en la dirección de alcanzar soluciones y acuerdos absolutamente soberanos y entre los venezolanos”.

“De manera, que puedo decir que cualquier iniciativa de esta naturaleza será seguida con esperanza por nuestra parte”, enfatizó Rodríguez.

Este sábado el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega informó de que los representantes del Gobierno de Nicolás Maduro y de la oposición regresarán a Oslo esta semana, después de los encuentros preliminares que tuvieron lugar en días previos para entablar un diálogo político entre ambas partes.

“Nosotros expresamos toda nuestra solidaridad con el presidente Nicolás Maduro Moros, legítimamente electo, con el Gobierno constitucional de ese país y con la unión cívico-militar de su pueblo”, insistió el canciller cubano, quien criticó duramente la postura de EEUU hacia Venezuela.

“Hay que rechazar tajantemente el intento de declarar vigente la Doctrina Monroe por el Gobierno de EEUU en un acto de dominación imperialista que pertenece a otra época”, sostuvo.

“Habría que tener cuidado, porque la invocación de la Doctrina Monroe en nuestra región generalmente ha estado acompañado por el uso de la fuerza militar y la llamada diplomacia de las cañoneras”, añadió el canciller cubano.

La Doctrina Monroe de 1904 atribuía derechos unilaterales a EEUU sobre América Latina, y se asocia en el continente con la historia imperialista estadounidense en la región.

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“Soluciones mutuamente aceptables”

Lavrov sostuvo en la misma línea que la Administración del presidente Doland Trump ignora completamente la voluntad de los caribeños y latinoamericanos, que en una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en 2014 decidió “ser para siempre una zona de paz”.

“La Administración Trump está haciendo esfuerzos para asegurar que las diferencias ideológicas entre la oposición y el Gobierno conduzcan a una confrontación militar. Es una señal de la falta de respeto completa hacia los países latinoamericanos que quieren resolver ellos mismos sus diferencias, tal y como decidieron hace cinco años”, dijo.

El ministro consideró que Guaidó ha actuado hasta ahora “siguiendo la narrativa impuesta por EEUU, que cree que solo cabe dialogar sobre los términos y las fechas de la renuncia de Maduro”.

Lavrov opinó además que, en caso de que Guaidó envíe representantes a Oslo, éstos habrán “sido designados previamente por la Administración Trump” y la agenda del diálogo “preseleccionada” por Washington.

No obstante, Lavrov expresó su esperanza de que el diálogo conlleve “soluciones mutuamente aceptables”.

Cuba frente a la ley Helms-Burton

El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, afirmó hoy que su país está preparado para hacer frente a la activación de los Títulos III y IV de la Ley Helms-Burton, medida que calificó de un “nuevo instrumento” de Estados Unidos para endurecer el bloqueo contra la isla.

“Estas medidas serán inaplicables, dado el ordenamiento legal cubano”, dijo el canciller cubano una rueda prensa conjunta con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.

Rodríguez se refería a la reciente decisión del Gobierno de Donald Trump de activar los Títulos III y IV de la Ley Helms-Burton que permiten a los estadounidenses y a los cubanos nacionalizados en EEUU demandar en sus tribunales a compañías que se beneficien de terrenos o inmuebles que les fueron expropiados en la isla tras la revolución de 1959.

“Estamos preparados para enfrentar las consecuencia económicas que se deriven de ellas, sabiendo que siempre tendrán costos económicos y también humanitarios, pero que no conseguirán nunca doblegar la voluntad de nuestro pueblo”, afirmó.

El ministro recordó que Cuba ya en 1996 se dotó la Ley de Reafirmación de la Dignidad y Soberanía Cubanas (Ley 80), que defenderá los intereses de la economía nacional, de sus empresas, de sus ciudadanos y también de las contrapartes de comercio e inversión de terceros países.

“Ha habido una fuerte y amplia reacción internacional contra este nuevo instrumento, que endurece el bloqueo contra Cuba”, dijo el canciller, y recalcó que las contrapartes de La Habana en comercio, inversiones, turismo y otros ámbitos “han expresado que persistirán en sus negocios legítimos” en la isla.

“Y nuestro Gobierno ha dado todas las garantías de seguridad jurídica respecto a una ley que es totalmente inaplicable en nuestro país, tal como una ley cubana antídoto lo establece”, agregó.

Además, destacó que la economía cubana “hoy es mucho más diversificada” y citó como ejemplo la exportación de servicios médicos, la industria farmacéutica y de biotecnologías y un “turismo fuerte y seguro”.

Rodríguez denunció la decisión de Washington de activar los Títulos III y IV de la Ley Hemls-Burton como “un paso más en la agresiva aplicación de las leyes norteamericanas contra terceros países, lo cual constituye una gruesa violación del derecho internacional y de la soberanía de todos los Estados”.

Agregó que afecta también seriamente a los cubanos residentes en el exterior y, en particular, en Estados Unidos, y también conculca libertades civiles de los estadounidenses, como su libertad de viajar, por ejemplo.

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