Las urbes serán pieza clave del futuro, a pesar de la COVID-19

En el “Informe Mundial de Ciudades de 2020”, la agencia ONU-Habitat considera que “es muy pronto para saber si la pandemia llevará a cambios demográficos permanentes”.

Vista de la ciudad de Dhaka, en Bangladesh. Foto: Kibae Park/ONU

La pandemia no acabará con las ciudades, que acumulan más del 90 % de los casos de coronavirus, pero la sostenibilidad y las mejoras en los hacinamientos y las viviendas serán claves para la recuperación y la prevención de futuras catástrofes, según informó el Programa de la ONU para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), en el marco de las celebraciones por el Día Mundial de las Ciudades.

En la presentación virtual del “Informe Mundial de Ciudades de 2020”, la directora ejecutiva de ONU-Hábitat, Maimunah Mohd Sharif, precisó que “la urbanización puede ser un potenciador de la lucha contra la pobreza, la desigualdad, el desempleo, el cambio climático y otros retos globales”.

Desde la sede de la organización en Nairobi, Kenya, Sharif señaló que la situación actual creada por la COVID-19 obliga a cambiar las condiciones de vida en las ciudades para convertirlas en lugares resilientes, transformando las edificaciones, incrementando los servicios e impulsando los espacios verdes.

El reverdecimiento de las urbes será fundamental en el futuro, porque el diseño de las ciudades post-COVID va a ser barrial, donde las zonas verdes y de esparcimiento deben jugar un papel central, y el espacio público como creador de la noción de lo local, de identidad y de la vida colectiva.

Esas son las estrategias que deben desarrollar las ciudades para lograr la sostenibilidad, aseguró en una entrevista con la agencia EFE,  Eduardo Moreno, director del Área de Conocimiento e Innovación de ONU-Habitat y autor principal del “Informe Mundial de Ciudades de 2020”.

“Antes del coronavirus las zonas verdes se consideraban zonas de protección, mientras que ahora se contemplan como zonas protectoras, zonas de equilibrio para las personas”, precisó Moreno, también director de la oficina de México y Cuba de ONU-Hábitat.

Mejorar y ampliar las zonas verdes tendrá “beneficios a corto plazo para mejorar la calidad de vida y la salud de las personas”, pero también a largo plazo para luchar contra el cambio climático, que es “una amenaza como la pandemia, a la que no estamos dando las respuestas adecuadas”, sentenció Moreno.

El especialista explicó que la pandemia ha obligado a repensar las ciudades, donde actualmente vive más del 55 % de la población mundial, y replantear las necesidades y roles, toda vez que “solo se ha logrado superar la crisis sanitaria en las urbes que respondieron a una buena relación entre gobierno local y gubernamental”.

Los cambios están directamente relacionados con la gobernanza, con el liderazgo local, dice, porque “un alcalde tiene la capacidad de proyectar la ciudad pero también la sociedad que quiere, crear consensos y vender ese modelo de ciudad a otros sectores políticos y financieros”.

Se mantienen las proyecciones de crecimiento

En el “Informe Mundial de Ciudades de 2020”, la agencia ONU-Habitat considera que “es muy pronto para saber si la pandemia llevará a cambios demográficos permanentes”, y mantiene las proyecciones de crecimiento urbano que ya trazó hace más de media década en la “Agenda 2030”.

Se espera que del 56,2 % de población que hoy vive en ciudades se pase al 60,4 % en 2030, y el 96 % de este crecimiento tendrá lugar en las regiones menos desarrolladas (el este y sur de Asia y en África).

Tres países -India, China y Nigeria- acapararán el 35 % del crecimiento de toda la población mundial del 2018 a 2050.

Los miedos iniciales de la alta propagación del virus en núcleos densamente poblados como Seúl, Singapur o Tokio han sido mitigados por un buen control de la enfermedad, según este estudio.

Y los epidemiólogos parecen coincidir en que el problema está en el hacinamiento y no la densidad, ya que mantener unos niveles adecuados de higiene en lugares públicos y privados, a pesar de que una ciudad tenga mucha población, es crucial para superar la pandemia.

El problema está en que el 20 % de la población reside actualmente en viviendas inadecuadas, y de esta proporción, en torno a 1000 millones lo hacen en asentamientos informales (favelas, barriadas o barrios de chabolas).

Y los problemas de acceso a vivienda asequible económicamente se siguen multiplicando en todo el mundo: ONU-Hábitat calcula que, a nivel global, quienes quieran comprar una casa tienen que ahorrar más de cinco veces su salario anual para poder pagar el precio de una casa “estándar”.

“Estos altos niveles de inasequibilidad muestran que la vivienda inadecuada y los asentamientos informales siguen siendo la única alternativa para familias de bajos ingresos”, alerta el informe, en un momento en que la ONU estima que 71 millones de personas serán empujadas a la extrema pobreza este año, lo que significa la primera subida desde 1998.

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