Siguen faltando medicamentos en Cuba

Imagen de archivo de una farmacia en Cuba. Foto: Juventud Rebelde / Archivo.

Imagen de archivo de una farmacia en Cuba. Foto: Juventud Rebelde / Archivo.

Meses después de que las autoridades sanitarias de Cuba reconocieran la ausencia de importantes medicamentos en la Isla e implementaran una estrategia para paliar la situación, las carencias continúan aunque en menor medida.

El doctor Emilio Delgado, director de Medicamentos y Tecnologías médicas del Ministerio de Salud Pública (Minsap), aseguró al diario Juventud Rebelde que actualmente “las afectaciones con la disponibilidad de medicamentos oscilan en el orden de los 45, tanto de productos que van a la red de farmacia como los que van a la red de hospitales”, lo que representa una “recuperación paulatina”.

De acuerdo con la publicación, el pico máximo se reportó en agosto pasado con afectaciones en 150 fármacos, de ellos 18 de tarjeta de control, conocido por los cubanos como “tarjetón”.

En cuanto a los más complicados todavía, la ingeniera Cristina Lara, jefa del Departamento de Análisis y Planificación de medicamentos del Minsap, dijo que aún existen dificultades con productos “de primera prioridad”. Entre ellos citó el alopurinol y la colchicina, empleados para el tratamiento de la Gota, la pentoxifilina –para los problemas circulatorios–, y la amiodarona y el verapamilo, fármacos antiarrítmicos para el tratamiento de afecciones cardiovasculares.

La especialista afirmó que se espera para finales de junio la llegada de materia prima para la producción de los dos primeros, mientras que para el resto el Minsap “se encuentra en proceso de búsqueda de alternativas con otros proveedores”.

Lara dijo que también persiste baja cobertura de medicamentos como la levodopa y la carbidopa, para el tratamiento del Parkison, de los que se dispone “una pequeña cantidad” de la que se distribuirá una parte en La Habana y otra en el resto de la Isla porque “porque la cifra disponible solo alcanza para 13 días de consumo”.

También en falta, aunque “con posibilidades de recuperarse en breve tiempo”, se ecuentra el valproato de sodio, para la epilepsia, que “ya se encuentra en territorio nacional y debe comenzar a distribuirse este fin de semana”.

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Sobre el resto de los medicamentos afectados, Lara explicó que “se continúa trabajando para buscar las mejores soluciones y alternativas para satisfacer las necesidades de la población”.

Los funcionarios entrevistados insistieron en la importancia de no confundir los términos de «en falta» y «baja cobertura». Según apuntaron, hay productos que hoy tienen baja cobertura a nivel nacional y están en falta en las farmacias, porque se agotan antes del período de tiempo para el que la entidad solicitó la cobertura.

El doctor Emilio Delgado dijo que aunque la industria cumple al cien por ciento los planes productivos “según la disponibilidad de recursos” y entrega los medicamentos en las fechas acordadas para su distribución y venta, “no se ha logrado tener una cobertura de al menos 60 días para que el medicamento esté siempre accesible”. Por ello se agotan en las farmacias se agotan antes del período previsto para su reposición.

Los ciclos de distribución, explicó Delgado, son ocho días en La Habana y entre siete, diez y 15 días en el resto de las provincias y “hay pacientes cuyos ciclos del medicamento no coinciden con los de distribución y “cuando acuden a la farmacia donde están inscritos sus medicamentos controlados no los encuentra por este divorcio”.

No obstante, aseguró que “en todas las farmacias del país existe el servicio de localización de los fármacos dentro de la propia provincia” aunque fenómenos como estos afectan todo el proceso y causan las molestias que reporta la población”.

“Si se alcanzara un mayor nivel de cobertura no se dieran situaciones de este tipo”, afirmó.

Niveles de prioridad

Tras la crisis con la disponibilidad de medicamentos de los últimos dos años, el Minsap estableció tres niveles de prioridad entre los medicamentos “que responden a un problema financiero, coyuntural y de capacidad de la industria de producirlos”, explicó el doctor Delgado.

En primer lugar, están los fármacos que no pueden faltar –calculados en 450 y priorizados sobre el resto–, en un segundo nivel los que no deben faltar –fijados en unos 760, los que “responden al cuadro de salud de la población”–, y en un tercero “los que, ante situaciones de crisis podrían sufrir mayores afectaciones”.

Entre estos últimos, colocó muchas de las cremas, “excepto las destinadas a la atención de pacientes quemados”, las que han presentado problemas con la disponibilidad de sus envases, materias primas y de capacidad productiva.

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Como solución moméntanea, el especialista dijo que “hasta la fecha, aunque en baja cobertura, se trata de al menos producir un producto de cada familia a las que pertenecen” y citó también el uso de la medicina natural y tradicional.

Además, dijo que se ha logrado “cierta estabilidad en la producción y distribución” de fármacos como la hidroclorotiazida, la clortalidona y el captopril, entre los más afectados durante el pasado año, y que el Minsap trabaja en el control de “ilegalidades y hechos de corrupción asociados a la venta ilícita de medicamentos”.

Las medidas aplicadas hasta la fecha permitieron la reducción “de más de 200,000 inscripciones de medicamentos controlados que no se correspondían con las necesidades reales de los pacientes”, como parte del proceso de un perfeccionamiento, control y depuración “que aún no concluye”.

Además, el Minsap trabaja “en la preparación y superación del personal implicado en el servicio, la informatización de las farmacias, el ordenamiento de la estructura interna de estas instalaciones, y el mejoramiento de la infraestructura y la atención al hombre”, de acuerdo con Mailin Beltrán, jefa del Departamento de Servicios farmacéuticos.

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