Terry Fox y la esperanza en Cuba

Terry Fox nunca pensó estar en Cuba tanto tiempo. Una presencia marcada por la lucha constante por la vida y la esperanza. Terry, aquel joven canadiense de corazón gigante, que devoró kilómetros y kilómetros para mostrarnos el camino al esfuerzo eterno contra el cáncer.

Este 14 de marzo, exactamente a la diez de la mañana, cuando se dé la arrancada en todo el país para el “Maratón de la Esperanza Terry Fox”, él estará en la habanera Sala Kid Chocolate (sede central), o en Matanzas, o en el Escambray, o en cientos de comunidades, como estuvo en 1980 por todo su Canadá, con su manera peculiar de decir “sí se puede”.

La carrera-caminata en su honor se realiza en varios países, pero la mayor de las Antillas es subcampeona mundial en cuanto a participantes e interés, solo por detrás de su patria natal.

Pronto celebraremos la decimoséptima edición por todo lo alto, gracias al apoyo del pueblo y de las autoridades cubanas, expresó Yves Gagnon, embajador de la nación norteña en La Habana.

“Terry se unió a la lucha de encontrar una cura para el cáncer, una enfermedad que daña a millones de familias”, manifestó en conferencia de prensa el diplomático, quien igualmente agradeció a Carlos Gattorno, organizador del recorrido, y a todos los que ponen de su parte para el éxito de la convocatoria.

El propio Gattorno, también director del proyecto Marabana-Maracuba, dijo que al iniciarse esta carrera en 1998 nunca pensaron llegar a este punto, con semejante nivel de participación y de trabajo de divulgación sobre la enfermedad. “Gracias a las labores educativas y el ejemplo de Terry, todos conocen las fórmulas para luchar”, sentenció.

Desde el año 2012, el cáncer es la primera causa de muerte en Cuba. Anualmente se presentan alrededor de 400 nuevos casos en menores de 19 años, mientras que entre adultos la cifra oscila entre 36 mil y 40 mil diagnosticados. La variante más presentada es la de pulmón. Entre los hombres el de colon y próstata presenta un alto índice, mientras que el de mama afecta a muchas mujeres.

“La Isla mantiene desde 1969 programas de estrategias y control del cáncer. Igualmente se trabaja desde el punto de vista educativo, con amplia participación de mujeres y niños”, indicó Teresa Romero, promotora de las investigaciones en el Instituto de Oncología y Radiobiología.

Fox sufrió la amputación de su pierna derecha a los 18 años por esta afección. Ello hizo que comenzara el 12 de abril de 1980 una carrera en St. John’s, Terranova, en el extremo este de su país, con el objetivo de recaudar fondos para ayudar a financiar estudios sobre este padecimiento.

El joven canadiense recorrió en total cinco mil 373 kilómetros durante 143 días, en férrea batalla contra la enfermedad que no lo dejó terminar su itinerario.

Lamentablemente, el primero de septiembre tuvo que abandonar su ruta en Thunder Bay, Ontario. El cáncer había inundado sus pulmones. Falleció meses después, el 28 de junio de 1981, sin saber, tal vez, el inmenso legado que dejaba con su partida.

A la par del homenaje deportivo, se realiza una recaudación, cuyos beneficios en años anteriores le han permitido al Instituto de Oncológica y Radiobiología de Cuba realizar la caracterización cito-histológica del Anticuerpo Monoclonal ior-HPV 1 y estudiar casos de familias con miembros afectados, entre otros.

Esta constituye una carrera-caminata sui generis, pues no solo no tiene un carácter competitivo, sino que se suman personas a lo largo del camino, por lo que llegan más a la meta. Asimismo, el evento cuenta con dos circuitos: uno para aquellos que puedan recorrer los tres kilómetros y otro para quienes simplemente quieren transitar unos metros o tan solo dar un paso. Eso sería suficiente para Terry.

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