Cojímar, partido por el huracán

Dos días después de Irma, en el pueblo de Cojímar se hablaba de un muchacho de 25 años, extraviado en el mal tiempo mientras buceaba y que quizá no cuente nunca entre las víctimas del huracán. En medio del estruendo de las maquinarias que limpian el destrozo en la costa, se sabe del televisor de Abel que quedó inutilizado; de todos los electrodomésticos destruidos en casa de Flora y de dos automóviles tragados por las olas Todo eso. Y del sonido del mar, aún furioso, que rompía contra el arrecife.