Cuarto intento para encontrar reservas petroleras cubanas

La compañía estatal rusa Zarubezhneft protagoniza en estos momentos el cuarto intento para encontrar las reservas de petróleo en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Cuba, utilizando a la plataforma chipriota de perforación Songa Mercur, que ya se encuentra en el denominado Bloque L, a 330 kilómetros (200 millas) al este de La Habana.

Un reporte de la televisora Russia Today confirmó la llegada, e informó que la instalación semi-sumergible fue visitada el pasado jueves por el presidente de la Cámara de Auditoría de Rusia, Sergey Stepashin, el embajador de ese país en Cuba, Mikhail Kamyshin y Nikolay Brunich, Director Ejecutivo (CEO) de la empresa perforadora.

A bordo de Songa Mercur, situada al norte de Cayo Coco, los visitantes izaron las banderas nacionales de Cuba, Rusia y la de Zarubezhneft, y expresaron su deseo de ver los primeros resultados de perforación en mayo, con el hallazgo de “mucho petróleo”.

Los costos para la exploración se calculan en 126 millones de USD y la plataforma puede trabajar en un espejo de agua de hasta 365.76 metros (1,200 pies) y a una profundidad de 7,620 metros (25,000 pies) en el lecho marino.

Rusia tiene intención de incrementar su participación en el sector energético cubano, dijo el asesor de la Presidencia rusa, Yuri Ushakov, según Russia Today y amplió que solo la petrolera Zarubezhneft tiene planes de invertir en la isla 2,900 millones de USD hasta 2025, a lo que se suman los trabajos de explotación de Gazpromneft.

El año pasado, Zarubezhneft y CUPET firmaron cuatro acuerdos para la búsqueda y extracción de petróleo en los bloques L y III, los cuales se encuentran en el mar al norte de las provincias de Sancti Spíritus y Matanzas, respectivamente; mientras los otros dos, denominados 9 y 12, se encuentran en tierra en la zona norte de Villa Clara.

En 2010 las dos empresas firmaron tres contratos de asociación económica internacional para la exploración y explotación de petróleo en el litoral norte habanero, con la introducción de una novedosa tecnología.

La campaña exploratoria en aguas profundas en Cuba se inició este año, sin resultados, con la moderna plataforma autopropulsada Scarabeo 9 en el pozo Jagüey 1X, ubicado a 50 kilómetros (30 millas) al noroeste de La Habana, y fue ejecutado a riesgo por un consorcio integrado por las compañías Repsol de España, Statoil de Noruega y ONGC de la India.

Repsol había perforado en el 2004 un pozo en aguas profundas, en la que encontró petróleo, pero no en cantidades comercializables.
Posteriormente al primer fracaso, Scarabeo 9 cumplió sin éxito un contrato con PC Gulf, de Malasia y Gazpromneft, de Rusia, para barrenar el Catoche 1X, localizado al norte de la provincia de Pinar del Río.

Y más tarde se trasladó al cercano sitio de perforación San Antonio 1X, operado por Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA), donde encontraron hidrocarburo, pero en una cantidad insuficiente para su explotación comercial, pero permitió reorientar los trabajos en esa zona, según comunicado oficial divulgado por medios cubanos de prensa.

La ZEE de Cuba abarca un área de 112,000 kilómetros cuadrados en el Golfo de México, una de las principales cuencas productoras de petróleo a nivel mundial, con alta potencialidad para el descubrimiento de nuevas reservas de hidrocarburos en los 59 bloques en los cuales se ha divido la zona cubana, de acuerdo con estudios geológicos.

Estimados de la estatal Cubapetróleo (CUPET), basados en tales investigaciones, aseguran que podrían tener más de 20,000 millones de barriles de petróleo extraíbles en sus yacimientos marítimos.

La exploración en la isla igualmente determinó bloques en tierra, de ellos 15 en aguas poco profundas sobre la costa y otros 28 en tierra firme.
Cuba comparte la misma cuenca que está generando grandes yacimientos en México y en Estados Unidos.

Un posible hallazgo de petróleo podría garantizar la independencia energética y, posiblemente convertir al país de importador a exportador de crudo, lo que impulsaría sustancialmente la economía, sumida en una crisis desde 1990 y muy dependiente hoy de créditos foráneos para desarrollar el país.

 

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