Cuba adelanta sus relojes para adoptar el horario de verano

Comenzará a regir el horario de verano para aprovechar la luz natural y ahorrar energía.

Malecón habanero, domingo 4 de marzo de 2019. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Malecón habanero, domingo 4 de marzo de 2019. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE.

Cuba adelantará una hora sus relojes este sábado a partir de la medianoche, cuando comenzará a regir el horario de verano en la isla, que espera así aprovechar la luz natural y ahorrar energía.

Esta práctica permite utilizar la energía eléctrica de una forma más eficiente, aseguró un comunicado de la Oficina Nacional para el Control del Uso Racional de la Energía en el país.

“Al emplear racionalmente los recursos energéticos protegemos la economía y el entorno natural”, concluyó la breve nota.

Cuando se adelanten los relojes, Cuba pondrá fin al “horario normal”, vigente desde el pasado 4 de noviembre.

A partir de este domingo, la isla mantendrá una diferencia de cuatro horas con el horario internacional (GMT -4), en lugar de las cinco horas impuestas durante el también llamado “horario de invierno”.

Cuba adoptó por primera vez el horario de verano el 10 de junio de 1928, pero la práctica no tuvo mucha aceptación entonces, por lo que al año siguiente fue desechado el decreto que lo establecía y solo se implementó de manera sistemática en las últimas cinco décadas.

El mayor beneficio de esta medida para el sistema nacional de energía se produce durante el “horario pico de consumo eléctrico” – de las 17.00 a las 21.00 hora local- cuando usualmente aumenta la demanda en los hogares cubanos.

Esta necesidad se cubre con diesel, mucho más caro que el resto de los combustibles usados para generar electricidad.

El año pasado, el Gobierno cubano estimó que la adopción del horario de verano permitiría ahorrar unas 10.000 toneladas de combustible en concepto de generación eléctrica.

Esto significaría un alivio para la isla, que tras la reducción en los envíos de crudo subsidiado desde Venezuela ha tenido que buscar proveedores alternativos.

La Habana ha firmado convenios con Rusia y Argelia, pero a diferencia del combustible proveniente de su aliado suramericano, este debe pagarlo a precios de mercado.

Cuba, que en 2016 entró en recesión por primera vez en 23 años al decrecer su economía en 0,9 %, solo produce el 40 % del combustible que consume.

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