Cuba prevé la vuelta a las aulas a más tardar en septiembre

No obstante, en caso de que la situación sanitaria no permita retomar las actividades docentes presenciales en los territorios más críticos, se pospondría el cronograma previsto y se continuaría apelando a las clases televisivas y otras acciones puestas en práctica durante la pandemia.

Una educadora aplica un desinfectante en las manos de una niña a la entrada de su escuela en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

Una educadora aplica un desinfectante en las manos de una niña a la entrada de su escuela en La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

El Ministerio de Educación de Cuba (MINED) prevé la vuelta a las aulas a más tardar en septiembre, tras más de un año de adecuaciones al curso escolar debido a la pandemia de la COVID-19.

Las autoridades educativas cubanas contemplan tres posibles escenarios para la reanudación de las clases presenciales, en correspondencia con la situación epidemiológica de las distintas provincias y municipios del país, según confirmaron este viernes directivos del MINED en conferencia de prensa. 

El primero de ellos se aplicará en solo algunos territorios e instituciones con una situación favorable, los que no han detenido el actual período lectivo y están en condiciones de culminarlo en julio de este año, para iniciar el próximo curso en septiembre, como es normal en la Isla. Es el caso de la provincia de Las Tunas, algunos municipios de Cienfuegos y Holguín, así como escuelas de otras provincias, fundamentalmente rurales.

Un segundo escenario, menos favorable, incluye a territorios con afectaciones en las clases por la pandemia, los que pudieran volver a las aulas entre los meses de junio y julio. En este caso, en el que estarían provincias como Guantánamo, Villa Clara, Ciego de Ávila y el municipio especial Isla de la Juventud, los estudiantes retomarían este propio curso en septiembre, tras las vacaciones de verano, con el objetivo de terminarlo el 22 de enero del próximo año. El día 31 de ese propio enero comenzaría entonces el nuevo curso escolar. 

Finalmente, el tercer escenario sería el de los territorios con la situación epidemiológica más compleja. Este no contempla un retorno a las aulas hasta septiembre, aunque también supone finalizar el actual período lectivo el 22 de enero de 2022, e iniciar el siguiente el 31 de enero. Estas provincias, entre las que se cuentan La Habana, Pinar del Río, Mayabeque, Matanzas, Granma y Santiago de Cuba, entre otras, dispondrán de 19 semanas para consolidar en los estudiantes los “contenidos esenciales” de cada grado. 

No obstante, en caso de que la situación sanitaria no permita retomar las actividades docentes presenciales en septiembre en los territorios más críticos, se pospondría el cronograma previsto y se continuaría apelando a las clases televisivas y otras acciones puestas en práctica durante la pandemia, explicaron los directivos.

“Lo más importante es la salud de los estudiantes y de los trabajadores”, aseveró Marlén Triana, directora General de la Enseñanza Básica del MINED, quien recalcó que la estrategia prevista tiene como uno de sus principios fundamentales “defender la calidad del proceso docente educativo, aún en los escenarios más complejos”.

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“No se trata de repetir el curso escolar, sino de terminarlo”, señaló Triana, quien destacó igualmente que trabajan en las adaptaciones curriculares necesarias para cumplir con este proceso “con la calidad requerida”, y que las evaluaciones “se realizarán siempre después de haber trabajado de forma presencial los contenidos”.

Los directivos del MINED también apuntaron que, una vez que se produzca la vuelta a las aulas, se potenciará la atención a las diferencias individuales entre los estudiantes, y también se insistirá en las acciones metodológicas y de preparación de los maestros para enfrentar el desafío que supone la reanudación de las clases presenciales tras el parón forzoso por la pandemia. 

Además, afirmaron que en los territorios ya se trabaja en el diagnóstico de la situación particular de los alumnos y las afectaciones sufridas por estos como consecuencia de la COVID-19 con la intención de que ello no atente contra su reinserción escolar y su aprovechamiento académico. 

Cuba debió interrumpir el anterior curso escolar tras la llegada de la enfermedad infecciosa a la Isla, y luego aplicar una estrategia diferenciada, de acuerdo a la situación de cada territorio, para culminar ese período lectivo e iniciar el actualmente en marcha. Además, una parte de sus instituciones escolares han sido empleadas durante este tiempo como centros de aislamiento para sospechosos y, más recientemente, como vacunatorios. 

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