Cuba reconoce dificultades con el gas licuado; anuncia recortes

Una nota de la empresa estatal Cubapetróleo y el Ministerio de Energía y Minas asegura que los problemas se deben a las sanciones aplicadas por los Estados Unidos, y refiere que por el momento solo se podrá garantizar el suministro a "los centros que prestan servicios básicos a la población".

Foto: Vicente Brito / Escambray / Archivo.

Foto: Vicente Brito / Escambray / Archivo.

Las autoridades de Cuba reconocieron este lunes que la Isla sufre dificultades para importar gas licuado de petróleo (GLP) debido a las sanciones aplicadas por los Estados Unidos y anunciaron que solo podrán garantizar el suministro a «los centros que prestan servicios básicos a la población».

Una nota suscrita por la empresa estatal Cubapetróleo (CUPET) y el Ministerio de Energía y Minas (MIEN), y reproducida en la prensa cubana, refiere que los inventarios existentes actualmente «no cubren el consumo, por lo que han existido afectaciones» en la venta de GLP.

En ese sentido, indica que se informará a través de los puntos de venta de gas licuado de «las medidas de reducción del consumo que se aplicarán hasta tanto exista un suministro estable» al país y exhorta a la población a adoptar medidas de «ahorro y el uso eficiente» de ese producto.

La nota explica que la compañía cubana Corporación Panamericana S.A. tenía contratado el suministro de gas licuado del petróleo, pero los proveedores se negaron a realizar las entregas planificadas para finales de diciembre de 2019 e inicios de enero.

Recuerda que durante el pasado año el Gobierno de EE.UU. impuso nuevas y sucesivas sanciones a compañías, armadores, buques y empresas de seguros, con el objetivo de impedir la llegada de combustibles a la Isla, entre ellas a la Corporación Panamericana S.A, creada en la década de 1990.

Asimismo, asevera que tras la sanción a la Corporación Panamericana en noviembre pasado, se han realizado gestiones para lograr el suministro de gas licuado desde otros mercados, pero «no se ha logrado concretar», por lo que continúan «las acciones para lograr la importación» de ese producto.

EEUU sanciona a empresa cubana por operar con Venezuela

El pasado 11 de septiembre el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, anunció que el país se enfrentaba a una complicada situación energética «coyuntural» porque había dejado de recibir petróleo temporalmente debido a las presiones de EE.UU. a las navieras para evitar la llegada de combustible a Cuba en represalia por su apoyo a Venezuela, su principal proveedor.

Esa situación afectó particularmente al combustible diésel y ante esa circunstancia el Gobierno de la Isla dispuso una serie de «medidas de ajuste y ahorro» que impactaron especialmente a los servicios del transporte público.

A las medidas de ahorro de combustible en el transporte estatal se sumaron entonces otras en el sector público como la reducción del diésel asignado a organismos y empresas, y de los horarios de climatización en dependencias adscritas a la administración.

Un mes después, Díaz-Canel dio por superada la fase más crítica de la crisis de abastecimiento de combustible y dijo que la Isla podía cubrir ya el 62% de sus requerimientos, aunque consideró que seguiría habiendo «tensiones» en algunos sectores.

En los últimos meses la administración de Washington ha aplicado nuevas sanciones contra Cuba que han impactado con dureza en su economía, en represalia por la supuesta injerencia cubana en Venezuela y su apoyo incondicional al presidente Nicolás Maduro.

Desde que llegó a la Casa Blanca en enero de 2017, el presidente Donald Trump ha endurecido la política hacia Cuba con reducciones del personal diplomático, el aumento del embargo comercial, restricciones a los cruceros y limites a los viajes de estadounidenses a la Isla, entre otras medidas.

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