“Cuba sigue fascinando al pueblo japonés”

Foto: Regino Sosa.

Foto: Regino Sosa.

Masaru Watanabe, embajador de Japón en Cuba, se entusiasmó cuando supo que vendría de misión diplomática porque siempre ha sido un fanático de la música cubana. “Además, a todo el que le contaba que me iba a Cuba, me decía: ¡qué bien, el país de la oportunidad!”, cuenta a OnCuba el embajador durante una conversación sobre las relaciones bilaterales y a propósito de la visita que hiciera hace unas semanas atrás el primer ministro nipón a la Isla.

“Ha sido un logro tremendo la visita del primer ministro Shinzo Abe. Solo tenemos un primer ministro, que salga del país normalmente cuesta bastante trabajo, y que viniera a Cuba es algo que no había pasado en los últimos cuatrocientos años”, comenta Watanabe.

Foto: Regino Sosa.
Sr. Masaru Watanabe en OnCuba. Foto: Regino Sosa.

¿Cuáles son los principales cambios que representó esta visita en lo comercial y lo político?

Fue de gran importancia esta primera visita de un primer ministro japonés a Cuba a lo largo de 400 años de relaciones que tenemos. Los mandatarios de ambos países tuvieron ocasión de sostener una relación de amistad y de confianza.

También pudimos establecer un mecanismo de diálogo entre los dos cancilleres, con vistas a acelerar la cooperación tanto bilateral como multilateral, con terceros países.

Ahora con una Cuba que promueve la actualización política, de economía, sociedad y también una Cuba que está mejorando las relaciones con los Estados Unidos, todo el mundo está mirando a Cuba.

En este contexto los dos mandatarios acordaron que podemos reforzar aún más nuestras relaciones de cooperación económica, con vistas a la gran demanda del progreso de Cuba. Hablaron de apoyar que la inversión extranjera en Cuba se expanda aún más.

Además, nuestro primer ministro tuvo oportunidad de explicar algunos problemas de Asia relacionados, por ejemplo, con secuestros, problemas nucleares, de misiles, así como los problemas alrededor del mar este y sur de China. Pudo explicar las posiciones de Japón acerca de estos problemas, así como respecto al desarme y la no proliferación nuclear, para lo que solicitó comprensión y colaboración de Cuba.

En resumen, se trata de una visita que pudo abrir una nueva página de las relaciones que hemos tenido durante los últimos 400 años, así que ha sido significativa e histórica.

Durante unos quince años Japón fue el segundo socio comercial de Cuba, entre 1970 y 1985. Existe una tradición en este plano entre los dos países, ¿cómo esta podría madurar en el presente?

Económicamente durante los años 70 y hasta mediados de los 80, Japón tuvo una posición muy importante: era segundo socio comercial de Cuba, después de la Unión Soviética. Esa memoria todavía la mantenemos si vemos los productos japoneses, máquinas de construcción o tractores de Komatzu o de Kato, o endoscopios que se encuentran en todos los hospitales de Cuba; y también la técnica que ha aportado Hitachi en los centrales de electricidad.

Después desafortunadamente es verdad que nuestras relaciones económicas sufrieron un descenso, principalmente por la difícil situación económica que tuvo que sufrir Cuba y también por problemas de deuda. Afortunadamente en septiembre pudimos firmar y completar la negociación y el acuerdo sobre las medidas de reestructuración de la deuda cubana con Japón, con lo cual parece que hay muchas expectativas por parte de las empresas japonesas que están creciendo hacia Cuba.

En verdad muchas misiones económicas han venido desde Japón, y van a seguir haciéndolo. Eso es muestra de ese alto interés que tienen las empresas japonesas por esta isla.

Este mes vamos a celebrar un Comité Público-Privado de Economía en Tokio con el objetivo de profundizar más las relaciones económicas y esperamos la presencia del ministro Malmierca. También en el mismo mes vamos a establecer un pabellón de Japón en la Feria Internacional de La Habana.

Estoy convencido de que para la Cuba que está promoviendo la actualización de su modelo económico, las empresas japonesas son un socio de confianza, y nosotros los del gobierno junto con el sector privado estamos convencidos y decididos a cooperar con Cuba.

¿Qué áreas de la economía cubana son las más atractivas para la inversión japonesa?

Donde hay demanda siempre hay esperanza. Hay muchas empresas, empezando por manufactureros y de todos los campos que están visitando Cuba. Hay muchas posibilidades.

Un área que quería destacar es turismo, ya que tenemos cuatro siglos de relaciones y Cuba es un país muy conocido; sobre todo por su mar, la música cubana, el jazz, la historia, las calles, las ciudades llenas de patrimonio de la humanidad.

Cuba sigue fascinando al pueblo japonés. El año pasado el número de turistas japoneses que visitaron Cuba casi se duplicó, hubo un incremento de más del 80 por ciento y ese ritmo de crecimiento se mantiene este año.

También crece el interés en todos los campos del comercio. Cuando llegué, a finales del año pasado, teníamos 14 empresas japonesas en Cuba, ahora tenemos 18. Aún es un número pequeño, pero hubo un crecimiento.

El creciente acercamiento entre Cuba y Estados Unidos define un escenario distinto. ¿Cómo esto favorece a Japón en su relación con Cuba?

Ante todo, hay que decir que es de felicitación. Damos la bienvenida al acercamiento, porque esas relaciones amistosas entre dos países tan importantes en esta región, representa un beneficio no solo para los dos involucrados, sino para las naciones de la región entera, de América Latina y el Caribe, y también para el mundo.

Esperamos que ese proceso de acercamiento se desarrolle aún más. En este contexto Cuba sigue siendo centro de la atención del mundo. Japón también. Las empresas japonesas y todos los relacionados estamos conscientes de esta oportunidad. ¿Por qué no aprovechamos? ¿Por qué no nos acercamos un poco más a Cuba?

Además, acabamos de firmar el acuerdo sobre las medidas de la reestructuración de la deuda, porque este problema era una de las principales causas del estancamiento –si así se puede decir– de nuestras relaciones económicas. Quitando este problema, hay más oportunidades, y es el momento para eso.

Hablando de otros movimientos favorables, por ejemplo, está la profundización de nuestra cooperación económica. Durante la visita del primer ministro se firmó el acuerdo sobre la cooperación económica no reembolsable que es la donación de equipos médicos a Cuba, y como he dicho antes, acordamos en la celebración de varias conferencias o reuniones publico-privadas para el mejoramiento de las relaciones económicas.

Se lanzó también una idea de celebrar una conferencia sobre la infraestructura, con la participación del sector privado y el ejecutivo de Japón, junto con todos los sectores de Cuba. Se va a celebrar el año que viene.

Con estas iniciativas queremos estar alertas y ser de los países que avanzan las relaciones con esta maravillosa isla.

Combinando que Cuba se proclama como país defensor de la paz, ¿existe alguna expectativa de que defina alguna posición contra el uso de armas nucleares por parte de Corea del Norte?

Aprovechando esta reunión, que duró más de tres horas, el primer ministro y el presidente Castro hablaron de muchos temas bilaterales e internacionales también.

El primer ministro explicó la situación asiática, sobre todo los problemas relacionados con Corea del Norte y sus nuevas pruebas nucleares, con las que han entrado aparentemente en una nueva etapa más peligrosa. Explicó que las acciones de la comunidad internacional contra estas amenazas tienen que ser también diferentes.

Es de nuestra intención continuar intercambiando opiniones, comunicarnos con Cuba sobre estos problemas, entre otros temas.

Foto: Regino Sosa.
Foto: Regino Sosa.

¿Cómo influyen las diferencias culturales en de las relaciones entre los dos países?

Tenemos muchas cosas en común, aunque uno está en Océano Pacífico, el otro por aquí, son dos islas, tipo archipiélago; sufrimos terremotos, sufrimos huracanes o ciclones. En prevención de desastres naturales podemos cooperar. Somos amantes de la música y somos los mejores en béisbol –no hay que olvidarlo, porque estamos destinados a enfrentarnos en la final de los Juegos Olímpicos de 2020 en Tokio. Yo pronostico una final entre Cuba y Japón.

Naturalmente tenemos que hacer más esfuerzos para conocernos mejor atendiendo a muchos aspectos dentro de la cultura japonesa y también queremos que Cuba aporte a Japón mucho de sus tradiciones, su cultura, baile, música, cine…

Uno de los acuerdos entre los dos mandatarios es que Japón anunció la invitación de cien jóvenes cubanos a lo largo de los próximos tres años, para un intercambio de todo tipo.

¿Qué obstáculos encuentran las empresas japonesas en Cuba?

Todavía Cuba sigue siendo un mercado no muy conocido. A medida que se conozca más profundamente, habrá más oportunidades.

También hay algunas condiciones o ambiente para la inversión y el negocio sobre los que estamos hablando. Por ejemplo, la tasa de impuestos a la hora de comprar coches y cosas así; pero estamos dialogando entre las empresas japonesas y las autoridades cubanas. Espero que con el mutuo entendimiento y los cambios bilaterales las empresas japonesas conozcan más el mercado cubano y las autoridades cubanas también conozcan las necesidades y preferencias de las empresas japonesas.

¿Habrá más cubanos en la Ligas de Béisbol japonesa?

Sí, hay que estimularlo, ¡pero no sé si eso funciona en beneficio de la victoria japonesa o de la cubana! También es importante que los jugadores se conozcan y así nosotros aprendemos de la técnica cubana y de su disciplina, y viceversa, porque el centro de un intercambio, del tipo que sea, es conocerse mutuamente. Así se profundiza el mutuo entendimiento. Gane quien gane, lo importante se consigue a través del intercambio personal.

Presidente Raúl Castro y el primer ministro japonés Shinzo Abe, en La Habana, 22 de septiembre. Foto: Ismael Francisco / Cubadebate.
El presidente Raúl Castro y el primer ministro japonés Shinzo Abe, en La Habana, el 22 de septiembre. Foto: Ismael Francisco / Cubadebate.
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