Descubren corrupción en centro de aislamiento de la Covid-19 en Cuba

Los inspectores del Ministerio del Interior encargados de la pesquisa descubrieron faltantes de alimentos —sobre todo pollo— en el almacén del centro, además de violaciones administrativas constitutivas de delito.

Foto: 5septiembre.cu / Archivo

Foto: 5septiembre.cu / Archivo

Una investigación policial descubrió “desvío” de alimentos y manejos corruptos de la contabilidad en Villa Perlazúcar, primer centro de aislamiento para sospechosos de la Covid-19 en Cienfuegos, ubicado en las afueras de esa ciudad del centro de Cuba.

Los inspectores del Ministerio del Interior cubano (Minint) encargados de la pesquisa descubrieron “faltantes de alimentos” —sobre todo pollo— en el almacén del centro, además de “violaciones administrativas constitutivas de delito”, informó este jueves el periódico 5 de septiembre.

Durante la investigación, las autoridades ocuparon 25.251 pesos cubanos (CUP) y 14 pesos convertibles (CUC) en una mochila perteneciente al administrador de la villa, que trató de justificar el dinero como resultados de ventas realizadas a los trabajadores del centro, pero sin documentación que respaldara tal negocio, según la fuente.

Ante las muestras de “descontrol”, el Órgano de Investigaciones Criminales (OIC) del Minint, a cargo de la investigación, solicitó una acción fiscalizadora a la empresa, en la cual comprobaron una afectación económica preliminar de 45.910.24 CUP.

La documentación revisada demuestra que durante varios días se declararon números de comensales muy por encima de los que realmente tuvo la villa.

El mayor Ángel Lorenzo García, oficial de la OIC que conduce el proceso, afirmó que declaraciones de la pantrista que llevaba el alimento a los enfermos, refieren que nunca repartió las postas enteras, como establecían los documentos de salida del almacén, sino porcionadas en muslos o contra muslos, de acuerdo con el medio local.

Los investigadores revelaron que el director de la villa envió siete cajas de pollo a algunas de sus amistades. También descubrieron vínculos del funcionario con el administrador y el almacenero del restaurante Escambray, en el que pretendían vender las mercancías presuntamente robadas.

“Descontrol y malas prácticas” en Empresa de Astilleros de Cuba

Según el mayor García, citado por la fuente, se demostró que los directivos de la Villa Perlazúcar inflaron los precios del pollo encareciendo el producto que se facturó a Salud Pública.

Como resultado de la investigación —que continúa abierta— se realizó una denuncia por el delito de malversación, contemplado en el Código Penal en el artículo 336.1.

De acuerdo con el medio, la comisión de esos delitos en el contexto de la pandemia de Covid-19 constituye una “agravante de la responsabilidad penal”.

Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, las autoridades cubanas han implementado un grupo de medidas dirigidas no solo a contener la transmisión, sino también a incrementar el control de los recursos estatales, en momentos en que la Isla atraviesa una compleja situación económica.

Por este motivo se han reforzado los operativos policiales y se divulgados los resultados de algunos de los mismos en los medios de comunicación, una práctica inusual en la Isla dirigida ahora a escarmentar públicamente a quienes son atrapados por la comisión de delitos.

Una investigación policial descubrió “desvío” de alimentos y manejos corruptos de la contabilidad en Villa Perlazúcar, primer centro de aislamiento para sospechosos de la Covid-19 en Cienfuegos, ubicado en las afueras de esa ciudad del centro de Cuba.

Los inspectores del Ministerio del Interior cubano (Minint) encargados de la pesquisa descubrieron “faltantes de alimentos” —sobre todo pollo— en el almacén del centro, además de “violaciones administrativas constitutivas de delito”, informó este jueves el periódico 5 de septiembre.

Durante la investigación, las autoridades ocuparon 25.251 pesos cubanos (CUP) y 14 pesos convertibles (CUC) en una mochila perteneciente al administrador de la villa, que trató de justificar el dinero como resultados de ventas realizadas a los trabajadores del centro, pero sin documentación que respaldara tal negocio, según la fuente.

Ante las muestras de “descontrol”, el Órgano de Investigaciones Criminales (OIC) del Minint, a cargo de la investigación, solicitó una acción fiscalizadora a la empresa, en la cual comprobaron una afectación económica preliminar de 45.910.24 CUP.

La documentación revisada demuestra que durante varios días se declararon números de comensales muy por encima de los que realmente tuvo la villa.

El mayor Ángel Lorenzo García, oficial de la OIC que conduce el proceso, afirmó que declaraciones de la pantrista que llevaba el alimento a los enfermos, refieren que nunca repartió las postas enteras, como establecían los documentos de salida del almacén, sino porcionadas en muslos o contra muslos, de acuerdo con el medio local.

Los investigadores revelaron que el director de la villa envió siete cajas de pollo a algunas de sus amistades. También descubrieron vínculos del funcionario con el administrador y el almacenero del restaurante Escambray, en el que pretendían vender las mercancías presuntamente robadas.

“Descontrol y malas prácticas” en Empresa de Astilleros de Cuba

Según el mayor García, citado por la fuente, se demostró que los directivos de la Villa Perlazúcar inflaron los precios del pollo encareciendo el producto que se facturó a Salud Pública.

Como resultado de la investigación —que continúa abierta— se realizó una denuncia por el delito de malversación, contemplado en el Código Penal en el artículo 336.1.

De acuerdo con el medio, la comisión de esos delitos en el contexto de la pandemia de Covid-19 constituye una “agravante de la responsabilidad penal”.

Desde que comenzó la pandemia de coronavirus, las autoridades cubanas han implementado un grupo de medidas dirigidas no solo a contener la transmisión, sino también a incrementar el control de los recursos estatales, en momentos en que la Isla atraviesa una compleja situación económica.

Por este motivo se han reforzado los operativos policiales y se divulgados los resultados de algunos de los mismos en los medios de comunicación, una práctica inusual en la Isla dirigida ahora a escarmentar públicamente a quienes son atrapados por la comisión de delitos.

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