Diputados cubanos aprueban leyes del presupuesto y de órganos nacionales y locales

El presupuesto de 2020 presenta un déficit de -7.095.000.000 de pesos debido a que el total de gastos (73.185.800.000), supera el de ingresos brutos (66.290.800.000).

Foto: @AsambleaCuba / Twitter / Archivo.

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Los diputados cubanos aprobaron este viernes las leyes de Presupuesto para 2020, la de Organización y Funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado, así como la referida a las Asambleas Municipales y los Consejos Populares.

El presupuesto del Estado para el próximo año recibirá el impacto de las «tensiones financieras» previstas en el plan de la economía, debido fundamentalmente al «recrudecimiento del bloque impuesto por el Gobierno de Estados Unidos», afirmó en el Parlamento la ministra de Finanzas y Precios, Meisi Bolaños.

Cuba garantizará la sostenibilidad de servicios básicos a la población, como salud y educación, que recibirán más de la mitad de la partida para gastos del sector presupuestado.

Además, las inversiones en programas sociales y del desarrollo económico — como vivienda, infraestructura y defensa— estarán respaldados, de acuerdo con Bolaños.

El presupuesto presenta un déficit de -7.095.000.000 de pesos, debido a que el total de gastos (73.185.800.000), supera el de ingresos brutos (66.290.800.000).

Cuba priorizará las exportaciones e incrementará el ahorro en 2020

Por otra parte, la ley de Organización y Funcionamiento de la Asamblea Nacional del Poder Popular y el Consejo de Estado cumple con lo establecido por la disposición transitoria séptima de la nueva Carta Magna.

El Consejo de Estado cubano nunca estuvo regido por normas jurídicas, sino un «procedimiento», apuntó el Secretario del Parlamento, Homero Acosta.

El titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales y Jurídicos de la Asamblea, José Luis Toledo, dijo que desde la constitución del Parlamento en 1976, han sido «constantes el perfeccionamiento del poder popular, no exento de errores, pero en permanente lucha por hacer cada día realidad “el funcionamiento de un Estado democrático».

De acuerdo con la nueva legislación, la convocatoria a consultas populares, referendos y plebiscitos por la Asamblea, además de las exigencias constitucionales en tal sentido, «podrán ser interesados por los diputados, las comisiones permanentes y los restantes órganos superiores del Estado y la decisión de efectuarlos se adoptará mediante acuerdo del Parlamento, quien encargará al Consejo de Estado la atención del proceso en coordinación con el Consejo Electoral Nacional», según la Agencia Cubana de Noticias (ANC).

Además, establece como principio que la toma de posesión de los principales cargos del Estado se realizan ante la  Asamblea, y que el Consejo de Estado sesiona cada dos meses con carácter ordinario y extraordinario «cuantas veces lo convoque su Presidente o lo interese el Presidente de la República».

En cuanto a la Ley de Organización y Funcionamiento de las Asambleas Municipales del Poder Popular y de los Consejos Populares, esta «ratifica el principio de que la Asamblea Municipal del Poder Popular es el órgano superior del Estado en los territorios y desarrolla el concepto del Consejo Popular como un órgano local del Poder Popular que representa a la población de la demarcación donde actúa y ejerce el control sobre las entidades de producción y servicios de incidencia local», detalla la ACN.

Como parte de la misma, los diputados aprobaron también la creación de la Comisión de Órganos Locales del Poder Popular.

El presidente del Parlamento, Esteban Lazo, explicó que la nueva comisión surge teniendo en cuenta la «necesidad de fortalecer la labor y autonomía de los municipios, con la elección de gobernadores e intendentes, incluida en la Constitución».

A raíz de esa norma jurídica, desaparecen las Asambleas provinciales, y las 168 Asambleas municipales contarán con la atención directa del mayor órgano del poder legislativo cubano.

La sesión parlamentaria continuarán este sábado, día en el que está prevista la designación del Primer Ministro, una figura que regresa al escenario político de la Isla luego de más de cuatro décadas y que tendrá a su cargo la conducción del gobierno.

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