¿Dólares contra euros? Economistas opinan

Sobre la medida anunciada ayer por el gobierno cubano de suspensión temporal de aceptación de dólares estadounidenses en efectivo en el sistema bancario de la Isla.

Foto: Otmaro Rodríguez

Ayer el gobierno cubano decidió suspender “temporalmente” la aceptación de dólares estadounidenses (USD) en efectivo en la Isla, medida que consideró “indispensable” ante las dificultades que provoca la política estadunidense hacia Cuba, y en particular el embargo/bloqueo.

El Banco Central de Cuba (BCC) aseguró que se debía a los obstáculos que enfrenta el sistema bancario nacional a la hora de depositar en el exterior el efectivo en dólares estadounidenses que se recaudan en el país. Asimismo, que la medida “no atañe las operaciones realizadas por transferencias ni los depósitos en efectivo de otras divisas libremente convertibles aceptadas en Cuba, las que podrán continuar realizándose sin ninguna limitación”.

Según se ha anunciado, entrará en vigor a partir del próximo 21 de junio, e implica que “desde esa fecha las personas naturales y jurídicas, tanto cubanas como extranjeras, no podrán realizar en las instituciones bancarias y financieras cubanas depósitos o cualquier otra transacción en dólares estadounidenses en efectivo”.

Pero en cuestión de horas ha desatado un conjunto de preocupaciones y cuestionamientos, tanto en las redes sociales como fuera de ellas. OnCuba ha querido entonces reproducir reacciones inmediatas de economistas de distintos campos y generaciones, en su empeño de contribuir al debate informado y sereno sobre los numerosos temas/problemas de la realidad nacional.

Dólares vs. euros es solo uno de ellos.

Cuba suspende “temporalmente” la aceptación de dólares en efectivo

Pavel Vidal

Creo que las medidas anunciadas tienen dos motivaciones principales. En primer lugar, se explican por la escalada de las sanciones estadounidenses sobre el sistema financiero cubano. Ya esto había sucedido a inicios de los años 2000 cuando comenzaron las multas millonarias a los bancos extranjeros que tenían vínculos con Cuba que violaban las leyes de Estados Unidos, y por eso en 2004 se puso el gravamen.

Ahora no se usa el gravamen para desincentivar la entrada de dólares físicos, sino que se prohíbe a partir del 21 de junio depositarlos en los bancos y se pide a la población que traigan efectivo en otras monedas o usen las vías bancarias para enviar dinero a Cuba.

Una diferencia es que en 2004 justamente la economía se estaba desdolarizando, pero ahora la economía se está redolarizando. Eso implica que a partir del 21 de junio hay mercados estatales (las llamadas tiendas en MLC) que venden en dólares, pero los bancos y las casas de cambio no aceptan dólares en efectivo. Ello generará grandes costos financieros que deberán asumir las familias, especialmente asociados al envío de remesas.

En segundo lugar, los bancos recaudan en el corto plazo un porcentaje de los dólares que hay en la calle, en un momento en el que hay grandes problemas de liquidez en divisas para comprar alimentos, medicinas e insumos. Aun cuando el Banco Central no dice que esta sea la motivación de la medida, obviamente este efecto favorable para la liquidez en divisas de los bancos tiene que haberse considerado.

No creo que la medida sea para influir en la tasa de cambio del peso en el mercado informal. Más bien genera más incertidumbre y la puede depreciar más, sobre todo en relación con el euro.

Pedro Monreal

Los dólares no van a evaporarse y el mercado informal lo sabe.

La suspensión de depósitos de dólares (USD) en efectivo en las cuentas que respaldan las tarjetas en Moneda Libremente Convertible (MLC) pudiera tener tres impactos directos: modificación de precios relativos, mayor pérdida de confianza en el peso cubano y ampliación del mercado informal.

La medida tiende a aumentar el precio relativo del euro frente al USD y el CUP en el mercado informal. Una devaluación del USD equivale a un incremento de precios de los productos en las tiendas en MLC.

Para el poseedor de 1 USD, con el que ahora pueden comprarse 0,83 euros (es un ejemplo), la devaluación relativa del USD significaría que con 1 USD podría comprar 0,80 euros; es decir, se encarece la adquisición de un mismo producto en MLC, aunque este mantuviese su precio nominal.

En una economía donde la tasa oficial no es relevante para los individuos, donde la confianza en la moneda local es baja, y donde el mercado en moneda extranjera sigue creciendo, es muy importante la tenencia de divisas como medio de intercambio y de ahorro.

La medida «destrona a un rey” (USD) para instaurar otro, muy probablemente el euro. Y si el Estado no se ocupa del cambio entre esas monedas y del cambio entre estas y el CUP, el mercado informal se encargaría de hacerlo. Los actuales USD no van a evaporarse.

Adicionalmente, la medida parecería considerar un escenario de depósitos sustanciales de USD antes del 21 de junio, lo cual pudiera devaluar el CUP aún más en el corto plazo en el mercado informal, pero no queda claro si tal escenario se materializaría.

A más largo plazo, pudieran devaluarse el USD y el CUP frente al euro. La medida también dificultaría las condiciones para el financiamiento del sector privado nacional, incluyendo la producción agropecuaria, en medio del delicado proceso de recuperación de la crisis actual.

Tamarys Lien Bahamonde

Cuba anunció anoche, durante la Mesa Redonda, que a partir del 21 de junio, y como medida temporal, las personas naturales no podrían hacer depósitos en dólares estadounidenses (USD). Hasta este momento, el USD ha operado como divisa de cambio en la economía cubana, y desde que se anunciaron las reformas de la unificación monetaria, en 2020, ha incrementado su tipo de cambio en el mercado informal de forma sistemática, ejerciendo una presión inflacionaria sustancial sobre la economía. Es muy poco lo que puedo agregar a lo que mis colegas han dicho ya, así es que solo expondré mis ideas brevemente.

La disparidad del tipo de cambio oficial contra el del mercado informal —mucho más alto este último—, unida al hecho de que el gobierno no vende dólares —medida que fue justificada con la escasez de esa moneda en las arcas nacionales—, provocó el desplazamiento del mercado de dólares hacia el mercado informal, que comenzó a mover entonces una cantidad considerable de esa divisa. Por razones lógicas, una proporción importante de esos USD no ingresaban nunca al Banco Central y se movían constantemente en operaciones de compra-venta en el mercado informal.

Esta medida espera, posiblemente, incrementar la liquidez del BCC en el corto plazo. Anunciar que la fecha tope para depósitos en USD es el 21 de junio fuerza a los poseedores de dólares a depositarlos de manera acelerada. De la misma forma, el efecto sobre la depreciación del peso cubano no se puede predecir en estos momentos. La tendencia natural del mercado a buscar alternativas, así como las opciones limitadas que va dejando la medida, obligará a desplazar las operaciones en MLC hacia otras monedas extranjeras. Algunos hablan del euro, y hay razones para creer que el candidato favorito puede ser la divisa europea.

En cualquier caso, el costo de las remesas se verá afectado por los tipos de cambio del mercado que se sumará a los existentes costos de transferencia, ya de por sí muy altos. La disyuntiva para los que envían USD estará entre enviar dólares en efectivo y que el receptor en Cuba corra con los costos del cambio, o enviar euros y el emisor corre con los costos en su país de origen. La otra opción sería transferir los dólares de forma directa y asumir los altos costos de transferencia. Como ya lo explicó Pavel Vidal, el costo del bloqueo se le está transfiriendo a la familia cubana.

Los dólares podrían seguirse comprando y vendiendo a ese precio que ya supera los 70 pesos cubanos —u otro al que se ajuste de forma natural—, pero esta vez de tarjeta a tarjeta. El mercado encuentra, como la naturaleza, una salida. No siempre es la óptima, pero existirá. Puede ser esta u otra. Lo que pasa es que en este caso los dólares que se estarían moviendo no son físicos —en efectivo— y al final del día el Estado ya los recaudó para realizar operaciones en el mercado internacional, que es lo importante, y ojo, necesario también.

Para aquellos que no reciben divisas y que hoy tienen que adquirirlas en el mercado informal y depositarlas en las tarjetas, esta política, aunque anunciada como transitoria, pudiera tener impactos aún más duros en su economía doméstica. De la misma forma en que existe un mercado paralelo de dólares, habrá un mercado paralelo de otras divisas, por ahora más escasas que el dólar y, por lo tanto, podríamos esperar que tan caras o más que este. En el cambio del euro por dólares el tenedor de euros tiene ventajas. En el cambio del peso cubano por euros, para depositarlos en la tarjeta en MLC, y que sea reevaluados en dólares en esa tarjeta al hacer las compras de los medios esenciales de vida en las tiendas habilitadas, es obvio que el tenedor de pesos pierde, y pierde dos veces. El peso cubano, en resumen, ha perdido funciones del dinero que hasta ahora cumplen otras divisas, y no las recuperará en el corto plazo.

La flexibilidad para adaptarse a los cambios de un país y una sociedad se mide en tiempos de crisis. Las crisis exponen las vulnerabilidades de los sistemas y ponen a prueba su capacidad para superarlas. La Tarea Ordenamiento aún está ajustando las costuras a la delicada situación nacional. Cualquier política pública debe contemplar sus múltiples impactos y sobre quiénes recaerá el costo fundamental de la política. Sobre todo, las políticas deben definir de forma clara quiénes serán sus beneficiarios. Hasta ahora, el ganador de la Tarea Ordenamiento no ha sido el pueblo, ni sus más vulnerables componentes. A riesgo de sonar como disco rayado, me repito: la economía no es un ente abstracto que tiene vida propia en un vacío social. Nos impacta a todos, pero no de la misma forma. Comprender donde el impacto será mayor y aplicar políticas complementarias que ayuden a amortiguar su efecto es imprescindible en una sociedad que apuesta por la justicia social.

El bloqueo es un costo fijo en la economía cubana. Cuando se diseñan políticas, se conoce que está ahí y que su efecto es profundo y difícil de manejar. Por eso las políticas deben pensarse incluyendo al bloqueo como si fuera el huracán que nos devasta cada año. En otras palabras, hablar solo del bloqueo y obviar los elementos de manejo interno en una Mesa Redonda donde se anuncia esta medida es subestimar la capacidad crítica del pueblo cubano.

Eso, junto con los tropiezos visibles de la Tarea Ordenamiento, disminuye la confianza en las políticas públicas y en la gestión del gobierno. Aún esperamos las medidas complementarias más urgentes que pudieran ayudar al ajuste: por ejemplo, el redimensionamiento de la empresa estatal y la ampliación de las micro, pequeñas y medianas empresas. Todas las medidas anunciadas en este sentido son aún tímidas y muy limitadas. El tiempo es esencial en economía y en política, y no es infinito.

Julio Carranza

Recién terminé de ver la Mesa Redonda donde se anunció la nueva medida de suspender a partir del próximo 21 de junio los depósitos en dólares norteamericanos en el sistema bancario cubano. Todavía el tema es confuso, los argumentos fueron incompletos y las interrogantes son varias. Dado el nivel de presión del bloqueo, cuya ruta en los últimos años ha sido afectar y restringir las operaciones financieras y comerciales de Cuba en el mundo (esto es real y notable), es lógico que se busque disminuir las operaciones del país en USD y “migrar” a otras divisas. Esto, por supuesto, genera gran cantidad de dificultades e incertidumbres inmediatas porque hay que pasar a calcular toda la economía en otra moneda y probablemente en varias monedas porque no se habló de una divisa alternativa central.

Hasta lo que yo escuché, aunque no se explicó todo lo que se debe explicar y algunas cosas que se dijeron no son, en mi opinión, exactamente así, sí lo es el argumento central, consistente en las dificultades crecientes para usar el dólar a través de la banca internacional por parte de agentes cubanos, ya no solo por la banca nacional y las empresas, incluso por por ciudadanos nacionales. Han sido flexibles en el sentido de que, según dijeron, dejarán sacar los dólares del país a las personas que los tengan, que viajen al exterior y así lo decidan. Y aceptarán su valor, como hasta ahora, en las tiendas en MLC a través de las famosas tarjetas electrónicas, incluidos los depósitos que se realicen hasta el día 20 de junio.

Lo que no van a hacer (y en esto dieron una explicación en mi opinión muy cuestionable) es permitir recuperar los dólares físicos ya depositados por la población, al menos por el momento. Vendrá un proceso complejo de adaptación de todas las operaciones, las remesas incluidas, a nuevas monedas, seguramente con preminencia del euro (fuera de Cuba las diferentes monedas se pueden comprar y vender con relativa facilidad), pero dentro de Cuba la existencia de euros ahora debe ser muy limitada. Se requiere algún tiempo para que esta situación cambie, razón adicional para el posible incremento del valor del euro (y otras) en los mercados paralelos.

Por otra parte, podría darse una presión contra el valor del dólar en el mercado paralelo debido a su nueva relativa inutilidad en el mercado interno y que el euro suba por la migración hacia esa moneda, pero eso podría contrarrestarse en el corto plazo, en los próximos días, debido a que los compradores de dólares querrán obtenerlos ahora para sacarlos del país, donde obviamente sí valen. O para atesorarlos como forma de ahorro para el futuro debido, entre otros factores, a la falta de confianza en la moneda nacional. Son dos fuerzas contrapuestas que impactarán sobre el mercado paralelo en los días venideros, y habrá que ver cuál es la resultante y la evolución. Pero en términos reales, esto no detiene ni la inflación corriente ni la actual devaluación del peso cubano. Esta se continuará expresando en otras divisas y, sobre todo, en los precios. 

Todavía faltan detalles para tener una visión más completa. Hay que ver la evolución de este asunto y los movimientos en el mercado paralelo; también la redefinición de las tasas de cambio oficiales, etc. Para el sector estatal también es una complicación adicional porque cambia, una vez más, el referente monetario con todas las dificultades contables y operacionales que eso implica.

Una pregunta no respondida es por qué esto no se previó antes: las causas y consecuencias de esta situación no son ni nuevas ni secretas. Un factor positivo es que se aseguró que se trataba de una medida temporal a ser modificada cuando cambien las circunstancias que la motivaron.

De cualquier manera, no se puede olvidar que los márgenes de maniobra de la economía cubana resultan muy limitados, que el bloqueo es férreo y el impacto de la pandemia enorme, pero que precisamente debido a todo eso la reforma económica integral es cada vez más necesaria y urgente. Por ella pasan todas las claves para superar la actual situación, aun en el contexto del bloqueo extremo y de las actuales presiones extraeconómicas.

Seguiremos la reflexión sobre estos puntos. Esta es solo una reacción inicial. Sin dudas la situación es muy compleja y la crisis económica profunda, pero siempre hay alternativas.

 

Nota: Los economistas Pedro Monreal, Tamarys Bahamonde y Julio Carranza publicaron estos comentarios en espacios personales, se reproducen aquí con la autorización expresa de cada autor.

 

 

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