E-Racing Cuba: más que un club, una familia

Diez miradas a una comunidad que cada mes se reúne en la Piragua.

Motos de E Racing en Cuba Club Jorge Ricardo

Motos del Club de E-Racing Cuba. Foto: Jorge Ricardo.

1. Suerte

Era uno de esos días en los que salgo a intentar captar algo insólito, simpático o hermoso. Me gusta transmitir emociones con mis fotos, y en el caso de los medios de transporte, al ser objetos inanimados, suelo encontrarlo un poco difícil; pero siempre aparece algo seductor. Después de hacer la foto, le pregunté al dueño “¿Qué volá con esa moto tan vistosa?” Así me enteré de que El Tiburón pertenece al Club E-Racing. Tiburón es el nombre de la moto cuyo dueño, Carlitos, amablemente me invitó a un encuentro en la Piragua, donde se reúnen una vez al mes todos los miembros del Club.

Pareja en moto e racing Cuba. Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

2. Velocidad

El Club E-Racing se creó hace cuatro años y fue el segundo grupo de motos eléctricas creado en Cuba. Su estructura consiste en un presidente, un vicepresidente, un tesorero y un gestor de actividades. La membresía elige democráticamente a sus líderes y cada integrante nuevo se pone a prueba durante un mes. Si es elegido, por su interés y dedicación, se le otorga al novato un número que lo identifica. Según 03 De La Luz, presidente desde hace tres años, hay tres líneas de acción: una deportiva, una social y otra ecológica. Dentro del Club hay muchos intereses. Unos son corredores, otros participan en las competencias de la moto más vistosa, otros se especializan en las habilidades con bolos. Gracias al Inder, los motoristas pueden correr en Coco Mar y también hacen espectáculos coreográficos. Además del trabajo que tiene cada uno, se reúnen para ensayar y entrenar. Sienten orgullo de su Club. Se escuchan en la reunión ovaciones, aplausos y alguien que dice: “¡E-Racing a la vanguardia!”.

Miembros del club de motos E-Racing Cuba Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

3. Mujeres

Uno de los puntos de la reunión fue agradecer a las mujeres: las novias, las amigas, las esposas y las amantes que acompañan a los motoristas eléctricos a las actividades. Ellas también son Racing. Se propuso, mitad en serio, mitad en chucho, que les hicieras un pulóver identitario a ellas también. Alguien dijo que tenían un chat entre ellas. Desde que se fundó el grupo, ha habido tres motoristas mujeres que, por razones de la vida, ya no viven en Cuba. Dice el 03 que eran “las niñas lindas”, que eran maravillosas. Por suerte, dentro de poco entrará de nuevo una mujer al Club.

Pareja en moto e racing con cocoteros al fondo Habana Cuba. Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

4. Diversidad

Cuando llegué a la reunión me asombró ver tantas personas y, como el mundo es un pañuelo, me encontré a una amiga con su novio. También vi a un socio de Alamar y al colega que me vendía por la izquierda cositas de comer durante la pandemia. En el Club E-Racing hay gente de diferente procedencia. Hay periodistas, médicos, electricistas, técnicos en refrigeración, artistas, maestros, albañiles, músicos, mecánicos, ingenieros… Todos unidos por la camaradería y la pasión por las motos.

Miembros de E Racing Cuba club de motos. Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

5. Familia

Cuando se fundó el Club, el objetivo era unir a los amantes de las motos eléctricas del modelo Racing, para canjear piezas, salir, fiestar y divertirse. Con el tiempo se convirtió en una hermandad. Las actividades se planifican cuidadosamente para incluir a toda la familia, con prioridad para los niños. No es raro ver escenas como esta. Si miras por detrás, verás a una linda mujer de espaldas en una súper moto. Pero cuando te percatas, hay una niña entre ella y el motorista, lo cual hace más relevante y hermosa la imagen. No por gusto el lema de los E-Racing Cuba es: “Más que un Club, una familia”.

Familia en moto racing de noche en Cuba Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

6. Pasión

En el Club existe excepcionalidad para quienes no forman parte de las dinámicas cotidianas, pero son seguidores activos. A ellos se les otorga un número simbólico: el 00. Con esa identidad hay un músico famoso, un payaso, una reportera de TV y un DJ cuya situación de discapacidad le impide manejar. Pero Luis Ernesto no es un 00 como los otros. Él es La Mascota. Se ganó el apodo por su perseverancia y porque lo consideran un integrante especial de la gran familia. Luisito no tiene moto y desde los inicios participa en todas las actividades en patines o en bicicleta, y si se le rompen, va en guagua; pero siempre está. Fue hasta Matanzas en bicicleta como parte de la caravana. Tiene una E-Racing tatuada en el pecho, del lado del corazón. A veces se pone sentimental, porque ellos van en moto y él no, pero el presidente del Club y su hijo le están armando una bella E-Racing para que cumpla el sueño de ir montado sobre ella.

Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

7. Solidaridad

El 81 es nuevo, le acaban de dar su número y está emocionado. Dice que además de las motos se siente bien haciendo algo por la gente. Un día estaba regresando de dejar una entrega a domicilio y se quedó sin carga La Traductora (como se llama su moto). Otro motorista lo vio y lo ayudó a llegar a casa. Así fue como supo del Club y se integró luego de pasar el mes de prueba. Ellos dicen que los problemas de uno son de todos. Cuando un Racing está en apuros, los hermanos se unen para sacarlo del bache. También en sentido literal dado el estado de las calles.

Moto racing por primera y 70, Playa. Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

8. Hermandad

Es común verlos desfilar con sus hermosas motos, pero tal vez pocos saben que vienen de donar sangre, que van a las casas de niños sin amparo filial, que transportan medicamentos y comida para personas vulnerables. En ese afán por ayudarse y ayudar a otros, fueron hasta Pinar del Río después del ciclón Ian y han recorrido las calles de La Habana llevando y trayendo alegrías y alivio a gran velocidad. Cuando se estaba acabando la reunión de La Piragua, aconteció uno de los momentos más emotivos. A unos hermanos se les quemó el taller con sus motos dentro; entre todos se han unido para ayudarlos a recuperarse. Fueron pasando al frente uno por uno con piezas, cajas y cables que no tengo idea de para qué sirven, pero sin duda son importantes. Dicen que el 40 les tiene más cosas en la casa y que aún les queda una sorpresa por darles. Fue un instante conmovedor para los miembros; ojos aguados, abrazos, besos y aplausos.

Dos motos racing del club en La Habana Cuba Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

9. Distancia

Como a tantas familias cubanas, al Club la gente también se le ha ido. De los cincuenta y seis miembros que tiene hoy, dieciséis están fuera de Cuba. Pero los que permanecen decidieron no sacarlos del Club ni privarlos de sus derechos. Son hermanos, aunque estén rodando en otras tierras. El 05, antiguo vicepresidente, dejó el país hace un tiempo; pero vino de visita a Cuba y lo primero que hizo fue reunirse con sus hermanos. Estuvo en La Piragua, conoció a los nuevos integrantes y contó que allá pudo crear el chat E-Racing Miami, para conectar a todos los hermanos que hoy están del otro lado del Estrecho.

Moto Racing en el Vedado, La Habana Foto Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.

10. Alianza

Cuando se incendiaron los supertanqueros en Matanzas, los diferentes Clubes de motos eléctricas se unieron en una gran caravana para llevar insumos médicos y otras ayudas. A pesar de las diferencias, la travesía los unió. Los miembros de ocho clubes durmieron juntos en un campismo, comieron juntos, rodaron al mismo tiempo y llegaron a la Ciudad de los Puentes como una gran familia de motoristas eléctricos que denominaron “La Alianza”. El presidente me cuenta que la idea de fundar la unión nació orgánicamente, con el objetivo de apoyar a los matanceros. La meta común es “que todo el mundo se quiera, porque estamos viviendo momentos difíciles”. Hoy organizan actividades conjuntas, y se fortalece el vínculo de amor y hermandad que los distingue.

Miembros del club E Racing Cuba se saludan en La Habana. Foto: Jorge Ricardo.
Foto: Jorge Ricardo.
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