Envíos a Cuba: el martirio no termina

Paquetería internacional llegada a Cuba. Foto: Correos de Cuba / Archivo.

Paquetería internacional llegada a Cuba. Foto: Correos de Cuba / Archivo.

Cuando parecían dar un respiro las irregularidades de los envíos a Cuba, llegó un golpe demoledor: las nuevas regulaciones de la Aduana. La esencia válida de no permitir importaciones con carácter comercial atrajo, sin embargo, el disgusto de más de un millón de cubanos residentes en el exterior y de los miles de colaboradores que prestan servicio en todo el mundo, así como de los millones de destinatarios de los bultos internacionales en la Isla.

Pero, ¿por qué unas medidas tomadas para combatir ilegalidades despierta tanta polémica? En el caso de los envíos por vía marítima, aérea, postal y de mensajería los cambios fundamentales se resumen a la posibilidad de empaquetar solo 10 kilogramos (kg) por envío, con una reducción desde tres kilos a 1.5 exentos de impuesto para los destinatarios. Los pagos de arancel para los receptores son el equivalente a 20 CUC por kilogramo y luego del primer kilo y medio se deberá pagar el 100 por ciento del valor del paquete, o sea, hasta 170 CUC (150 dólares).

Para los casi 12 mil médicos de misión en Brasil, las nuevas restricciones no resultan alentadoras. La doctora Julia Mizeida Ronda Reyes, desde el Estado de Ceará, escribe que “si tenemos en cuenta el equipaje de 30 kilos al regreso, casi todos de uso personal, es a través de los envíos postales que intentaba resolver las carencias de mi familia, hecho que quedó truncado, pues un kilo y medio son solo un pitusa y unas chancletas”.

Los retrasos e irregularidades de hace unos meses ahora le parecen nimiedades comparadas con el impacto que tendrán las nuevas medidas. “A pesar de las preocupantes demoras y alguna que otra pérdida, era muy bueno poder mandar tres kilos exentos de pago, pues en estos momentos si me paso, mi familia tiene que pagar a 20 CUC el kilogramo, imposible para un obrero cubano”, se lamenta Ronda.

Según la doctora Yanet Miranda, las regulaciones afectan a los colaboradores, no solo en Brasil: “Esos envíos los hacemos por economizar y también porque algunas cosas no es posible adquirirlas en Cuba. En primer lugar, subir el kg a 20 CUC es un abuso y falta de respeto a todos los que nos encontramos trabajando por nuestro bienestar y el de nuestro país y aportamos al mismo más de la mitad de nuestro salario”.

En Brasil ocurre, además, otra situación con los envíos, pues el precio de más de 90 reales por tres kilogramos es el mismo que deberán pagar los cubanos por el encargo mínimo de un kilogramo y medio.

El médico Androvis García Pupo, en Minas Gerais, protagonista de una de las odiseas para enviar paquetes a Cuba, sentencia que “si con la resolución anterior ya los envíos nos salían caros, ahora con la nueva saldrán más caros aún. Yo por lo menos no pienso mandar nada más después de septiembre, cuando entren en vigor las medidas”.

Todavía muchos cubanos se cuestionan si esas determinaciones surgieron desde personas que viven en nuestro país y conocen nuestra realidad. La doctora Nuria Rojas Guerrero opina que “no se pensó claramente en el bienestar del pueblo y la economía, al contrario, parece como si estuviera haciéndolo alguien que quisiese molestarnos, provocar indignación y que nos volviéramos menos revolucionarios”.

Rojas continúa vía e-mail que no comprende cómo tres kilogramos libres de pagos pueden ser considerados de carácter comercial y si su reducción era la única medida posible: “Nos da vergüenza explicarle a los trabajadores de correos de Brasil el por qué debemos hacer más pequeños los paquetes. ¿En qué cabeza cabe que enviemos esa mínima cantidad para que se pase meses dando vueltas, como nos explicaron los responsables de Correos de Cuba, y que se expongan al abandono y al robo antes de llegar a su destino?”.

“Sinceramente, termina Rojas su misiva, esto solo ha traído disgusto y una gran decepción entre nosotros, pues desde que llegamos a Brasil solo hemos recibido noticias desagradables y, sin embargo, seguimos trabajando y dando lo mejor de nosotros, porque es lo que sabemos hacer”.

Ante tal panorama, resulta previsible que en los primeros tiempos las principales fuentes emisoras como Estados Unidos, España y los países que tienen convenio de colaboración con Cuba, como Brasil, reducirán drásticamente sus envíos a la Isla. Pero luego, comenzará a llegar una oleada de pequeños paquetes de poco más de un kilo, ante la mirada incrédula de los funcionarios de envíos postales en todo el mundo y los ojos cansados de los trabajadores de la Aduana y Correos de Cuba, fijos en la complejidad de tramitar tantos “minipaquetes”.

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