Estiman reserva de 8200 millones de barriles de petróleo en Cuba

Motembo es un pueblo casi perdido en las grandes extensiones poco habitadas de la zona norte de Villa Clara y Matanzas. Allí los más ancianos insisten en que el verdadero tesoro de la región está bajo tierra, y no en los cañaverales o potreros inundados de marabú.

A finales del siglo XIX, en Motembo se descubrió el primer pozo petrolífero de Cuba, que fue explotado con las tecnologías disponibles hasta que dejó de ser eficiente su extracción poco tiempo después.

Más de un siglo ha transcurrido y la pequeña localidad villareña podría experimentar una transformación de su apacible vida campestre, pues el registro histórico de petróleo en la región es una de las garantías que usa la empresa MEO Australia para apostar por la exploración del llamado “Bloque 9”, una parcela de prospección ubicada entre los municipios de Cárdenas y Corralillo.

Se trata de un área «tierra adentro» de 2 380 kilómetros cuadrados, donde la compañía australiana estima podrían existir 8 mil 200 millones de barriles de petróleo ligero de alta calidad. Y eso solo en las capas más profundas de los yacimientos, entre los 2 000 y 3 500 metros bajo la superficie.

Bloque 9 2

Si próximos estudios sismológicos confirman la evaluación, y suman nuevos estimados de bolsones de crudo en las capas superiores de la corteza terrestre. La explotación de este bloque por MEO Australia podría transformar por completo el panorama de la producción cubana de combustibles fósiles en el futuro cercano.

“La magnitud de este potencial no debe ser subestimada», dijo en declaraciones recientes el director de la empresa, Peter Stickland. «Solo hay un puñado de lugares en el mundo donde las compañías de petróleo y gas pueden encontrar oportunidades de exploración en tierra de este tamaño en zonas petrolíferas probadas, próximas a infraestructura existente”.

“Nuestro objetivo es perforar y probar este potencial en el Bloque 9 en la primera oportunidad –insiste Stickland–. Algunas oportunidades de perforación pueden ser maduradas de forma rápida, en particular aquellos lugares con recuperaciones de petróleo cercanas o de poca profundidad de los pozos viejos”.

Después de firmar un contrato de producción compartida con la estatal Cuba Petróleo, CUPET, desde inicios de 2016, MEO Australia se ha dedicado a compilar y reprocesar los datos de exploraciones existentes en el bloque, lo cual le ha llevado a la conclusión de la primera disponibilidad. Además, y para imprimirle más impulso al proceso, MEO contrató como su director de operaciones en Cuba a Rafael Tenreyro, ex director de Exploración de la Unión CUPET.

Aunque la empresa australiana ha divulgado con mucho entusiasmo su prospección, al proceso todavía le queda un camino largo y permanece en el campo de las probabilidades. Las primeras perforaciones para comprobar si existe el crudo comenzarían en el primer trimestre de 2018.

«Lo que está ocurriendo ahora es un período exploratorio y de prospección”, reitera a OnCuba el experto cubano de la Universidad de Texas, Jorge R. Piñón. “Se trata de un proceso algo tedioso para identificar el potencial de los reservorios antes de comenzar perforaciones para la monetización de las posibles reservas”, agregó.

Sin embargo, el tono de los informes empresariales de MEO Australia rezuma confianza. La cercanía de los yacimientos de la costa norte entre La Habana y Varadero, en los cuales trabaja hace casi dos décadas la compañía canadiense Sherritt International, aumenta las probabilidades de encontrar lo estimado al este de los campos ya en explotación.

Para los inversores australianos generan esperanza también los resultados económicos de la alianza cubano-canadiense, la cual reportó en 2015 costos de operación de 9 USD por cada barril extraído, un valor considerado “modesto” para los estándares de la industria petrolera mundial. Pero otra gran motivación es el deshielo en las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. La compañía de la isla continente se congratula por ser una de las pocas empresas occidentales con presencia en Cuba, antes de que lleguen sus similares norteñas.

El relanzamiento del diálogo entre los dos países vecinos impacta favorablemente en la exploración petrolera de Cuba, pues hasta el momento el archipiélago caribeño ha debido concentrarse en apostar por lo seguro en los hallazgos ya explotados de la costa norte occidental y la central región de Cabaiguán.

El bloqueo norteamericano ha impedido a Cuba por más de cinco décadas emplear tecnología y otros recursos vitales para la prospección petrolera, y eso además encareció las frustradas búsquedas de yacimientos en las aguas profundas de su zona correspondiente en el Golfo de México, las cuales se realizaron con una plataforma (la Scarabeo 9) que contenía menos del 10 por ciento de sus componentes procedentes de Estados Unidos.

La evolución de las búsquedas en el Bloque 9 y el hallazgo efectivo de millones de barriles de petróleo ligero de alta calidad y gas natural acompañante, podría ser de las noticias más esperadas en los próximos años, aunque sobre ello ninguna autoridad en la Isla ni la prensa oficial haya mencionado ningún detalle.

La dependencia energética cubana de combustibles foráneos (la Isla produce unos 80 mil barriles diarios de crudo, la mitad de su demanda) ha vuelto a tensar la economía en este 2016. Con MEO Australia la esperanza podría reactivarse, no solo para Motembo.

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