Las condiciones de la economía cubana para el año 2019, después de Más Médicos

Reportes de prensa aseguran que se ha estado negociando la posibilidad de que México reciba alrededor de 3.000 médicos de la isla, lo cual compensaría, parcialmente, la pérdida de ingresos que supone la salida de Más Médicos.

Foto: Roberto Ruiz.

Foto: Roberto Ruiz.

En días pasados se dio a conocer la decisión del gobierno cubano de retirar el personal de salud que formaba parte del Programa Más Médicos en Brasil al no aceptar las condiciones puestas por el presidente electo, Jair Bolsonaro para proseguir con la participación cubana. De acuerdo con Cubadebate, se trata de más de 8.500 galenos, del total de 18.000 que laboran en otros países. Se ha afirmado que por cada uno de ellos, Cuba recibía un ingreso total de 3.300 dólares estadounidenses mensuales, lo cual significaría entonces una pérdida de 336,6 millones de dólares al año.

Un reporte del diario Estadão de Brasil afirma que desde septiembre se ha estado negociando la posibilidad de que México reciba alrededor de 3.000 médicos de la isla, lo cual compensaría, parcialmente, la pérdida de ingresos que supone la salida de Más Médicos.

Los servicios profesionales constituyen una entrada de divisas muy significativa para la economía cubana. En 2017, el último año del que se disponen estadísticas oficiales, aun incompletas, las exportaciones de bienes y servicios tuvieron un valor a precios corrientes de 14.083 millones de dólares, de los cuales las exportaciones de bienes fueron solo 2.402 millones.

La simple aritmética nos muestra que los ingresos por servicios fueron de 11.681 millones de dólares. Aun no están disponibles las cifras de ingresos producidos por el turismo, sin embargo, si hacemos un ejercicio de estimación gruesa utilizando la media geométrica de los crecimientos anuales de ingresos per capita del turismo en los últimos cinco años, esto significaría que este indicador estaría alrededor de 806 dólares, con lo cual los ingresos totales del turismo serían de alrededor de 3.780 millones, considerando que el total de visitantes fue de 4.689.898 en ese año. Entonces podemos suponer que los ingresos por servicios profesionales más los ingresos por comunicaciones, que son una magnitud pequeña de ese total, fueron de alrededor de 7.901 millones de dólares, lo cual representa el 56,1% del total de ingresos en divisas, si hacemos abstracción de las remesas, de las cuales tampoco existe información actualizada.

Como es sabido, Cuba tiene un alto nivel de dependencia económica externa. Tanto la agricultura como la industria no logran satisfacer las inmensas necesidades de la población. Se produce con bajos niveles de productividad y se padece de una fuerte obsolescencia tecnológica.

Las necesidades de importación abarcan un amplio espectro de bienes tanto industriales como agrícolas, alimentos y combustibles y superan en varias veces capacidad de exportación de bienes del país.

Ante ese panorama, la economía cubana ha conformado un patrón de inserción económica internacional caracterizado por el predominio de las exportaciones de servicios e importadora de un amplio espectro de bienes industriales, materias primas, combustibles y alimentos.

En esta ecuación han resultado sumamente importantes las exportaciones de servicios de médicos, entrenadores deportivos y otros profesionales a varios países en desarrollo, con contratos a través de los cuales los profesionales reciben solo una pequeña parte de lo que pagan los Estados receptores. La mayor parte pasa al Estado cubano.

Los mayores contingentes de médicos cubanos se han destinado a cumplir misiones en Venezuela y en Brasil a partir de las estrechas relaciones políticas del gobierno cubano con los de ambos países. Y en esa fortaleza está, precisamente, su debilidad porque se trata de acuerdos que difícilmente sobrevivan a un cambio del carácter de esas relaciones políticas, como se ha visto en el caso brasileño.

Venezuela representa otro tipo de problemas, y es que debido a su difícil situación económica existen evidencias de que aumenta su deuda con Cuba. Ello compromete la liquidez que necesita la economía cubana en términos de divisas. Eventualmente, en el caso de México el acuerdo también estaría determinado por las cercanías ideológicas entre los dos gobiernos, algo que podría cambiar dentro de seis años.

Por el momento, si Venezuela tiene una inmensa cuenta por pagar pero no paga, y se termina el acuerdo con Brasil, eso significará una fuerte escasez de divisas que limitará la capacidad importadora de Cuba. Se afectaría tanto el sector productivo como el nivel de consumo de la población. Podría ser el detonante de una nueva crisis económica en un país que no ha salido plenamente del llamado Período Especial.

Es sabido que la isla no cuenta con abundante crédito internacional porque requiere de plazos excesivamente largos para pagar a sus proveedores. Por otra parte, pareciera tener escasas posibilidades de aumentar sus ingresos en divisas a partir de otras opciones, como pudieran ser un salto considerable en los ingresos turísticos o mayores ingresos por exportaciones de bienes: níquel, azúcar, tabaco y algunos otros bienes de mucha menor significación.

La opción podría consistir en incrementar inversiones extranjeras que se orienten al sector productivo, tanto con fines exportadores como para abastecer un mercado doméstico ávido de casi todo –pero con escaso poder de compra.

Sin embargo, por varias razones Cuba no es vista por los inversionistas como una posible plataforma exportadora. Tampoco existen las condiciones reales para considerar atractivo el mercado doméstico cubano. En realidad, muchos de los inversionistas extranjeros le han apostado a Cuba porque en el caso de que se flexibilicen los controles y restricciones actuales, existirían oportunidades de negocios en casi todos los sectores de la economía.

Adicionalmente, la adopción de la nueva ley de inversión extranjera directa no ha solucionado muchos de los problemas institucionales que impiden que llegue al país con el flujo y la magnitud que se necesitan.

En conclusión, es de esperar que Cuba enfrente nuevas dificultades económicas en 2019. Llama la atención la lentitud de las autoridades para asumir las reformas necesarias para comenzar a sacar al país del estancamiento. Los medios oficiales siguen responsabilizando principalmente al embargo estadounidense y a la guerra económica que esto implica. Esta circunstancia solo puede modificarla el gobierno norteamericano, y no parece que el actual lo vaya a hacer.

Frente a eso, el gobierno cubano debería avanzar con decisión por la senda de reformas estructurales profundas que pasan, necesariamente, por impulsar el adecuado funcionamiento de los mercados, suprimir la dualidad monetaria y eliminar la actual incertidumbre, creando condiciones institucionales más propicias para promover el emprendimiento dentro del país y un mejor clima para los negocios sin descuidar las necesidades de la población más vulnerable.

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