¿Quién me quiere a mí?: Sector privado cubano frente a la Covid-19

A partir de que se tomaran en Cuba las primeras medidas para enfrentar la epidemia de la Covid-19, el sector privado ha tenido que transformarse para mantenerse a flote.

Foto: Otmaro Rodríguez

Desde el pasado mes de marzo, el gobierno cubano comenzó a tomar medidas significativas en varios sectores de la economía y la sociedad para enfrentar la creciente expansión de la Covid-19 en la Isla. La crisis de salud ha afectado a todos los sectores, también al sector privado, que no cuenta con los mismos beneficios que el sector estatal cubano.

Entre las acciones emprendidas en aquel entonces, relacionadas con las empresas privadas (sector cuentapropista) se incluyeron: la suspensión de licencias para quienes no pudieran mantener sus actividades, con la consecuente liberación de impuestos; el aplazamiento del pago de la seguridad social sin los intereses especiales; mientras los servicios gastronómicos que vieron reducidas sus actividades en un 50%, pagarían solo la mitad del aporte en las cuentas tributarias y el pago de impuestos correspondientes.

Asimismo, los artistas, creadores y empresas que se vieran afectados, podrían pedir aplazamientos en el pago de los impuestos, entre otros acuerdos para disminuir la carga de impositiva que demanda la Oficina Nacional de Administración Tributaria (ONAT). Estas medidas ayudan a aligerar el peso económico, pero no resultan suficientes para enfrentar la crisis.

El sector privado es uno de los más afectados por la actual circunstancia que vive el país. Las pérdidas ya se calculan en cientos de millones de pesos en cuanto al aporte al presupuesto del estado, sin contar las afectaciones en lo individual para quienes se mantienen vinculados a esta modalidad de empleo; para ellos y sus familias.

El rompecabezas económico cubano frente a la pandemia

Muchos emprendimientos han tenido que reajustarse ante la actual contingencia, incorporando nuevos servicios en el aprovechamiento de sus recursos. Cuber Taxi es una agencia de transportistas privados que consigue mantener activos a sus empleados utilizando un servicio de mensajería de productos del agromercado, una oferta que se ha ido diversificando.

“La idea surge a partir de la necesidad de nuestros clientes de gestionar sus insumos y al nosotros no poder brindar el servicio de taxis regular, decidimos llevarle los productos del agromercado a sus casas, sin variación alguna del precio del producto, solo cobrándole el servicio a domicilio”, explican a OnCuba los responsables de este empredimiento.

Además de los productos que mencionan, incorporan otras variantes como la entrega de cakes, una opción que surgió a propósito del Día de las Madres y que se mantiene de momento.

Si bien en un inicio funcionaban a través de la mensajería por Whatsapp, ahora se diversifican y cuentan con un sitio web donde los clientes pueden escoger las ofertas de sus preferencias, una variante que existirá “mientras nuestros clientes nos soliciten el servicio”, añaden los líderes del proyecto.

La alternativa del servicio a domicilio ha sido una de las más populares por estos días, donde emprendimientos como Mandao Express se sitúan entre los líderes de esta modalidad en el país, estableciendo alianzas entre los propios negocios, otra alternativa viable para subsistir en medio de la crisis.

La cafetería Andando, con sede en la calle J en El Vedado, fue creada para brindar productos saludables a los vecinos de la zona, la cual incluye además centros de interés como La Universidad de La Habana y el Hospital Calixto García. “Sin embargo –nos comenta Javier Rodríguez Agramonte, dueño del negocio- al inicio de la Covid-19 sufrimos una reestructuración, limitando las ofertas a solamente jugos y otros derivados de frutas, cambiando el modelo a alimentos para llevar, o a domicilio”.

El reajuste de servicios es fundamental para que establecimientos de este tipo eviten el cierre de actividades y una posible quiebra económica, sin embargo, este sector se mantiene estrechamente ligado al turismo, una fuente de ingreso a la cual no podrán recurrir en un buen tiempo, según todo parece indicar.

Olivia Valdés, titular de una tienda de artículos religiosos en la zona limítrofe entre Centro Habana y La Habana Vieja, propone como alternativa viable “reubicar y ofrecer algún tipo de empleo en sectores que queden abiertos o brindar en otros algún tipo de apoyo, habrá quien no lo quiera, pero hay quien sí lo necesita porque no tiene otra entrada de dinero”.

“Otra alternativa sería, con lo mismo que hicieron con las tiendas de Tu envío, crear con los cuentapropistas un sitio web donde todos pongamos nuestras mercancías para venderlas, con un sistema de mensajería”.

Los puntos grises

Los titulares de negocios gastronómicos emplean muchos trabajadores subcontratados, quienes cuentan con muy pocas garantías salariales y de seguridad social ante situaciones como la que vive el país en esta etapa.

Debate económico en Cuba ¿Hablamos también de derechos laborales en el sector privado?

Amalia González es una joven dependiente y bartender que se mantiene en estos días aciagos en su casa, a la espera de una vuelta a la “normalidad”.

“Muchos de los trabajadores por cuentapropia de este sector ganamos por las propinas básicamente, además de un salario que se nos paga al mes. En mi caso todo esto nos tomó por sorpresa y todo el dinero que tenía ahorrado, evidentemente se gastó”, nos cuenta.

El caso de ella es el de no pocos trabajadores de esta rama de la economía. “No solo yo, muchas personas no tenemos un beneficio o seguro de desempleo para este tipo de situaciones, ni siquiera por el pago trimestral que se le da a la ONAT recibimos un seguro para poder subsistir en este tiempo.

“Necesitamos opciones y garantías. Por ejemplo, los jefes de esos trabajos, aunque nosotros firmamos un contrato por un año, pueden desemplearte y no contamos con un estipendio o finiquito, no tenemos ningún tipo de beneficio en ese sentido”, señala.

En ese sentido, “en Cuba no existen obligaciones legales para aquellos que emplean trabajo con respecto a los trabajadores subcontratados, ambos son considerados trabajadores por cuenta propia, no existe una división en la nomenclatura en la cual se definen los trabajadores entre quienes contratan y quienes son contratados y eso limita las limitaciones legales entre ellos”, precisa otro trabajador por cuenta propia, con licencia de un taller de artesanía.

Una de las alternativas que nos comparte este emprendedor, sería que los empleadores tuvieran que hacer un registro de lo que pagan como salario y en caso de llegar a una situación como esta, debieran pagar a sus empleados un monto equivalente a un por ciento de ese salario devengado mensualmente, por un período de 3-4 meses, depende de lo que se registre en el contrato.

Centro Habana, uno de los territorios con más licencias de arrendamiento de viviendas en la capital. Foto: Otmaro Rodríguez

Los arrendadores también se han visto afectados debido a la ausencia de turismo, sector clave para la economía del país en general. Varios han tenido que entregar sus licencias ante la duda de cuando se restablecerá el turismo en la Isla.

“Me vi en la obligación de entregar la licencia de arrendadora en divisa desde antes de que se tomaran las medidas por la Covid en Cuba, la eventual disminución de la entrada al país de turistas provocaría el empeoramiento de la situación para mí, pues estoy en la obligación de pagar un impuesto aún sin percibir ganancias, aunque he tenido que manejar estos pagos en los años anteriores en temporadas bajas, o en meses con muy pocas ganancias”, detalla Julia García, arrendadora residente en el municipio de Centro Habana. Este es uno de los territorios con más licencias de este tipo en la capital.  

“Realmente estamos en gran aprieto pues el turismo es nulo en estos momentos . Tenemos un depósito en la Cuenta Fiscal equivalente a dos meses del pago de la tarifa fija que pagamos mensualmente. Si utilizamos ese dinero para ayudarnos en este momento de emergencia entonces, ¿qué pasaría con los otros meses que tenemos por delante? Creo que los cuentapropistas tendremos que seguir con la suspensión temporal de nuestro negocio. No hay otra opción”, nos comenta Lilisbeth Silveira, otra de las afectadas por la actual circunstancia.

Foto: Otmaro Rodríguez

En el caso de Marcos Álvarez, con licencia de reparador de efectos varios, la actividad ha sido casi nula, “sin mucha historia” -nos dice- aunque es la de todos, con una economía de subsistencia a duras penas, pues no se vende ni se repara nada desde el mes de marzo. “Las personas dan prioridad a la compra de productos de primera necesidad, así que si se rompe un equipo eléctrico, pues lo dejan ahí roto de momento, porque necesitan establecer otras prioridades”.

“Debe crearse una ley que nos proteja, como mismo existen para quienes trabajan para el gobierno, como la opción de cobrar una parte del salario cuando no están trabajando por razones justificadas o cuando están enfermos, algo que cubra alguna situación por la cual no podamos trabajar. No tenemos ningún tipo de ‘lujos’ o resguardo”, explica la joven Amalia González, residente en la zona de El Vedado.

Cuba: urgencias económicas actuales para un contexto post Covid-19

Por otra parte, Javier Rodríguez, al frente de Andando, propone que “el gobierno tiene que fomentar mucho más la cooperación entre empresas estatales y los cuentapropistas, ya que las materias primas disponibles mediante producción nacional, tienen limitada su venta y complican innecesariamente las labores más sencillas. Espero que el gobierno se de cuenta de nuestra importancia”.

El sector privado en Cuba se encuentra en franca desventaja para hacer frente a la actual crisis. Vendrán tiempos de readaptaciones que solo serán posibles y sostenibles siempre y cuando el sector público y el privado logren un equilibrio, trabajando juntos para impulsar la economía del país, solo así se podrá salir de esta situación de la mejor manera posible.

Salir de la versión móvil