Cuba abre al turismo

La Isla inició ya la desescalada en sus diferentes territorios y sectores, a los que el turismo se sumará a gran escala a partir del 15 de noviembre.

El balneario cubano de Varadero. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

El balneario cubano de Varadero. Foto: Otmaro Rodríguez / Archivo OnCuba.

La pandemia ha sido un golpe demoledor al sector turístico en Cuba. Si antes de la llegada de la COVID-19 la Isla logró recibir más de 4 millones de visitantes por año ―aun con las medidas para restringir los viajes impuestas por el gobierno de Donald Trump―, el año pasado apenas sobrepasó el millón y este año quedará lejos de las previsiones iniciales, que apuntaban a superar los 2 millones al cierre de diciembre.

De hecho, en 2021 el retroceso será todavía más profundo, pues hasta agosto solo habían viajado al país poco más de 160.000 turistas, unos 2.960.000 menos que igual período de 2019 y 824.000 menos que en los primeros ochos meses del pasado año, según datos ofrecidos semanas atrás por el Ministerio de Turismo (Mintur).

Esta pronunciada caída ha tenido como principal causa la fuerte y prolongada oleada de la COVID-19 de los últimos meses ―marcada por la llegada al país de variantes más contagiosas y agresivas del coronavirus, como la Beta y la Delta―, que obligó a restringir los vuelos internacionales y a limitar la actividad turística a polos específicos, como Varadero y Cayo Coco. Y, como es de suponer, semejante desplome ha tenido un impacto funesto en las ya de por sí menguadas arcas del Estado cubano.

Sin embargo, con el avance de la vacunación anticovid ―como resultado de la cual más del 60 % de la población cubana cuenta ya con el esquema completo de inmunización― y una ostensible mejoría del escenario epidemiológico, según lo reflejado por las estadísticas oficiales, Cuba inició ya la desescalada en sus diferentes territorios y sectores, a los que el turismo se sumará a gran escala a partir del 15 de noviembre. Y lo hará ―junto con un cambio en los protocolos para los viajeros y una reapertura “controlada” y “escalonada” de instalaciones y servicios― “con optimismo” de cara a la temporada alta que se inicia, de acuerdo con las autoridades del sector.  

Así lo confirmó este martes Juan Carlos García, ministro de Turismo en la Isla, durante una conferencia de prensa transmitida en vivo por la televisión estatal. En ella, ofreció detalles sobre la desescalada en esta esfera clave para las finanzas del país ―que contempla, por ejemplo, la eliminación de la cuarentena obligatoria desde el 7 de noviembre y la exigencia de un certificado de vacunación o una prueba negativa de PCR, salvo para los menores de 12 años― y sobre las medidas que serán aplicadas con vistas a garantizar la seguridad de trabajadores y clientes, y evitar un rebrote de la COVID-19 que eche por tierra los avances en el enfrentamiento a la enfermedad y la perentoria oxigenación de la economía cubana.

Foto: Otmaro Rodríguez (Archivo)

“Un reto importante”

En su intervención, García enfatizó en que el turismo cubano está enfocado en las próximas operaciones que se abrirán desde mediados de noviembre ―y para la que ya están “listos” los 10 aeropuertos internacionales del país―, y en ofrecer un servicio “seguro y de calidad” que catalice la deseada recuperación, tanto en el sector estatal como en el no estatal. Además, pronosticó la llegada de más de 100 mil visitantes en los dos meses finales del año, una cifra todavía baja, pero, a la vez “un reto importante”, en opinión del ministro, quien más que hablar de las pérdidas provocadas a su sector por la pandemia, dijo preferir “mirar hacia adelante” y “qué hay que prever para que el nivel de satisfacción sea mayor”. 

De acuerdo con lo informado por el titular del Mintur, el anuncio de la reapertura de las fronteras y las operaciones turísticas a mayor escala ha tenido “una reacción muy favorable”, y los turoperadores han solicitado más capacidades de las previstas inicialmente, al tiempo que también hay más solicitudes de vuelos y una reactividad de la conectividad aérea, tanto de aerolíneas regulares como de chárters. Ello, dijo, ha ocurrido tanto en los mercados tradicionales, como Europa y Canadá, como otros emergentes que han ido ganado cada vez más protagonismo, entre los que destacó a Rusia, país que prácticamente capitalizó las limitadas capacidades hoteleras en funcionamiento en la Isla durante 2021.

De igual forma, García aseguró que Cuba “no discrimina a ningún país” y está incluso abierta a los viajes y al turismo desde EE.UU. si el gobierno de esa nación lo permitiese, en un explícito guiño a un mercado que creció exponencialmente para la Isla hasta que la Administración Trump cerró el candado. En esta misma cuerda, comentó que la Isla está en la mejor disposición de realizar más negociaciones con turoperadores, cadenas hoteleras y compañías aéreas y de cruceros, aun cuando estos últimos no pueden llegar ―al menos, por ahora― de puertos norteamericanos.

“Nosotros no pensamos que el día 15 el país se llene, pero progresivamente podemos tener un invierno adelantado. Depende de cómo reaccionen los mercados, pero el escenario es cada vez más favorable y estamos optimistas”, reiteró el ministro, quien señaló que para enfrentar la nueva temporada “no hemos estado con los brazos cruzados” durante el parón provocado por la pandemia. Para ello, dijo, se ha trabajado para “diversificar el producto turístico cubano”, con el diseño de nuevas ofertas más allá de las tradicionales esferas de sol y playa, y de naturaleza, para potenciar también otras como el turismo de salud ―con las vacunas anticovid como un atractivo a aprovechar― y el cultural, en alianza con los ministerios de ambos sectores.

También apuntó que desde el 15 de noviembre se restablecerán los circuitos y la movilidad de los turistas por el país, se incorporarán 4.000 nuevas habitaciones a la planta hotelera ya existente en la Isla, y que se ha laborado en las ya existentes para elevar su confort y adaptarlas las instalaciones a las condiciones de “nueva normalidad” impuestas por la COVID-19, así como para ampliar las posibilidades de conectividad, no solo en los hoteles cinco estrellas sino también en los de menor categoría y otros centros extra hoteleros. Ello, entre otras cosas, permitirá aprovechar las potencialidades de las aplicaciones móviles y los servicios y pagos online.

Y sobre los pagos recordó igualmente la ya puesta en marcha de tarjetas prepagadas en moneda libremente convertible (MLC), que podrán ser compradas por los turistas para adquirir productos y servicios, como alternativa al uso del dólar en efectivo, vetado oficialmente por las autoridades cubanas. Al respecto, aclaró que siguen estado autorizadas, siempre al cambio oficial, otras divisas internacionales como el dólar canadiense, el euro, la libra esterlina, el yen japonés y el peso mexicano.

Malecón de La Habana. Foto: Ernesto Mastrascusa/Efe.

Medidas, protocolos y turismo nacional

El titular del Mintur dedicó buena parte de sus palabras a la prensa a detallar las medidas y protocolos que se implementarán en Cuba en las próximas semanas, con vistas a la reapertura a gran escala de los vuelos y el turismo internacional. Entre ellas, párrafos atrás ya adelantamos la eliminación de la cuarentena obligatoria para los viajeros internacionales que arriben país, lo cual entrará en vigor el próximo 7 de noviembre. Se les exigirá a los viajeros un certificado de vacunación anticovid o un resultado negativo de PCR realizado en las 72 horas previas al viaje. La excepción, en ambos casos, serán los menores de 12 años, los cuales podrán entrar a la Isla sin esos requerimientos.

En el caso de los certificados de vacunación, el ministro señaló que se permitirán los de todas las vacunas que hayan sido certificadas por las agencias reguladoras correspondientes, lo que abre la puerta a fármacos aún no validados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), como la rusa Sputnik V. Y añadió que se ha insistido a las aerolíneas para que verifiquen la evidencia de que los viajeros están inmunizados o, en su defecto, cuentan con un PCR negativo.

García también dijo que en frontera se exigirá a los visitantes la presentación de la Declaración de Sanidad del Viajero y se mantendrá la vigilancia epidemiológica en los aeropuertos y otros puntos de entrada, donde se realizarán pruebas aleatorias de PCR y se vigilará la aparición de síntomas sospechosos de la COVID-19. Lo mismo sucederá en las instalaciones hoteleras, donde, dijo, “se fortalece la atención médica” y se mantienen medidas ya puestas en práctica durante la pandemia, como el uso obligatorio de la mascarilla en los espacios cerrados y áreas comunes, el aforo limitado en restaurantes y otros sitios, desinfección de manos y superficies, y la exigencia de distanciamiento físico, entre otras.

En caso de que algún visitante sea detectado con síntomas, será remitido a un centro de Salud y se le realizará una prueba diagnóstica. Y se mantendrán los hoteles-hospitales para los turistas que resulten positivos. Mientras, serán los titulares de las casas de renta ―que también reabren sus puertas― los responsables de reportar “con inmediatez” si alguno de sus clientes muestra signos de estar enfermo, en tanto, de acuerdo con García, a las áreas de salud de las comunidades en que se hallan estas casas, les corresponde la vigilancia epidemiológica de los turistas hospedados en ellas.

En cuanto a los viajeros cubanos residentes en la Isla, deberán acudir al consultorio médico de su zona en un período no mayor de 48 horas luego de su llegada, y tener “un seguimiento” por su área de salud. Además, a los no vacunados se les realizará un test de antígeno al séptimo día de su arribo a Cuba y “de presentar síntomas se tratará como un caso sospechoso”, de acuerdo con el ministro.

Finalmente, García anunció que el próximo 15 de noviembre también reabren las instalaciones turísticas para el mercado interno, si bien algunos polos y territorios se adelantarán a esa fecha. Así, desde el próximo 25 de octubre el célebre balneario de Varadero abrirá sus puertas a los cubanos de fuera de Matanzas, al tiempo que se iniciará comercialización de “todas las instalaciones abiertas”, incluidas las que operan para el mercado internacional, como las situadas en los cayos del norte cubano.

Esta reapertura, según el titular del Mintur, también se realizará cumpliendo “todos los protocolos establecidos” y aumentará “en la medida que se incremente la movilidad interprovincial e intermunicipal, teniendo en cuenta la situación de cada territorio”. La intención, dijo, es “comenzar a recuperar nuestras costumbres, poder visitar a familiares e ir de vacaciones, así como recuperar la actividad económica del país”, tras el período oscuro que ha significado la pandemia. No obstante, será el tiempo quién dirá finalmente cuán eficaz o no son las estrategias y protocolos previstos, y en qué medida la desescalada del sector turístico justifica el optimismo de las autoridades y, con ellas, de muchos cubanos.

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