El “sí” y la carretilla

A pocas horas del referendo sobre la Carta Magna, La Habana asemeja un enorme mural. Paredes, vidrieras, puertas y hasta ómnibus y bicitaxis, exhiben carteles y pegatinas de diferentes tamaños y diseños, todos con la promoción del voto positivo como denominador común.

Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.

Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.

Esta carretilla va cargada de arena. Está en La Habana, en el reparto Modelo del municipio Regla, usándose para la reconstrucción de una casa que destruyó el tornado del 27 de enero.

Y en un lateral, pegado con recortes irregulares de cinta adhesiva, lleva un cartel que promueve el voto por el “sí” en el referendo referendo constitucional de este 24 de febrero.

En el cartel una bandera cubana se superpone al emblema de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR). Es un recordatorio, un disparo a la retina.

A unos metros, en otra casa que se reconstruye, un segundo cartel acomodado entre varias cabillas invita a votar “sí, por los jóvenes”. Mientras, en una tercera, otro cartel como el de la carretilla acompaña desde una ventana a los constructores que trabajan bajo el sol.

Allí, donde el tornado apenas dejó espacio para pegar o colgar algo, ha florecido la propaganda gubernamental. Llegó junto con las brigadas estatales y los funcionarios que supervisan, para integrarse al paisaje de la reconstrucción. Como al de toda la ciudad.

A pocas horas del referendo sobre la Carta Magna, La Habana asemeja un enorme mural. Paredes, vidrieras, puertas y hasta ómnibus y bicitaxis, exhiben carteles y pegatinas de diferentes tamaños y diseños, todos con la promoción del voto positivo como denominador común.

Desde que la Asamblea Nacional aprobó el proyecto constitucional y fijó al 24 de febrero como fecha para su ratificación o no por parte de los cubanos, el “sí” se ha multiplicado en el entorno urbano, se ha vuelto omnipresente, impulsado por el propio gobierno y sus organizaciones.

Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.

Un turista que camina por la calle Obispo, en el corazón de la Habana Vieja, le pregunta a su guía por los carteles. El cubano arma un discurso en el que mezcla las consignas oficiales con la jerga callejera. El turista, que habla español, parece entender en sentido general, hasta que le pregunta: ¿Y dónde puedo ver un cartel por el “no”?

No será en las calles, ni las tiendas, ni en cualquier otro espacio público.

“¿Pero se puede votar ‘no’?”, pregunta finalmente el turista, y el guía le confirma: “sí, claro; cada cual vota lo que quiere”, para luego señalarle un grupo musical que hace “sopa” en un bar, donde también está el cartel de rigor. Y fin de la conversación.

***

La Ley Electoral cubana limita la propaganda a la divulgación en sitios públicos y en los medios de comunicación masiva –todos estatales– de las biografías y fotos de los candidatos en el caso de las elecciones de los delegados locales y diputados a la Asamblea Nacional, pero que no menciona el tema en el caso de los referendos.

Ante esa omisión, la lógica indicaría que cualquier campaña –por el “sí” o por el “no”– resultaría lícita a menos que infrinja las normas éticas establecidas por la Comisión Electoral Nacional que, según la ley, son ajenas “por principio, a toda forma de oportunismo, demagogia y politiquería”.

Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.
Propaganda a favor del voto por el "sí" en el referendo constitucional cubano del 24 de febrero de 2019. Foto: Otmaro Rodríguez.

Más allá de las calles, la campaña gubernamental se ha extendido a los medios con spots, entrevistas, infografías y video clips, y también a las redes sociales, donde desde el presidente Miguel Díaz-Canel hasta periodistas, funcionarios y tuiteros, no solo han llamado a votar, sino que han mostrado su seguridad en el triunfo del “sí”.

Mientras, los promotores del “no”, imposibilitados de acceder a los mecanismos oficiales y a las instituciones públicas, han concentrado sus esfuerzos en el entorno digital.

En una Cuba cada vez más conectada, internet y las redes sociales en particular son un espacio con creciente influencia, pero el país del día a día, el de las satisfacciones y los entuertos cotidianos, sigue siendo analógico. Y ese está expuesto visualmente al “sí”. De forma apabullante.

“Claro que va a ganar –me asegura uno de los constructores de Regla–. Aquí todos vamos a votar por el ‘sí’ bien temprano”.

“¿Y después –le pregunto–, dejarán puestos los carteles?”

“Ah, no sé –responde–. Los carteles los pusieron los jefes. Serán ellos los que los quiten…”.

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