La ganadería cubana “está en camino” de sobrecumplir en 7 millones de litros de leche su planificación para 2018, aunque su producción seguirá “muy distante de satisfacer la demanda del país”, según reporta la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
Aunque sin aclarar de cuánto es el monto total de lo planificado, el reporte de ACN agrega que Juan Carlos González, vicepresidente primero del Grupo Empresarial Ganadero (GEGAN), aseguró que se crecerá en 28 millones de litros en relación a 2017, “a pesar de las complejidades de los recursos y de la logística”.
Además, adelantó que para el 2030 el GEGAN –al cual pertenecen 44 empresas y 1,500 bases productivas, como vaquerías y centros de reproducción– se ha propuesto “una estrategia dirigida a continuar creciendo cada año, y que ello se traduzca en mayor satisfacción de la población”.
Comentó que en una reciente reunión nacional con las empresas pecuarias de la Isla, celebrada en Camagüey, “quedaron definidas 17 directivas en las que la ganadería debe concentrar la atención para producir más leche y carne vacuna” y que, a pesar de que “son pocos los recursos”, “hay posibilidades de inversión” y Cuba cuenta “con muchos conocimientos prácticos”.
Según González, las prioridades de la ganadería cubana hoy son la siembra de pastos y forrajes, la reproducción del ganado, fundamentalmente “mediante el trasplante de embriones”, una mayor utilización de las plantas proteicas en la alimentación, y una atención que apele “más que nunca” a la ciencia, la técnica y la innovación, “sin dañar el medio ambiente”.
Como vitrina de esta estrategia, este jueves se inició en La Habana la Primera Feria Nacional de Ganado Mayor, en la que participan una treintena de empresas y unos 80 productores de toda Cuba. El evento pretende “contribuir a elevar la cultura ganadera, exponer los principales avances tecnológicos de la rama, y capacitar a técnicos, productores y especialistas”, de acuerdo con la ACN.
Cuba necesita producir alrededor de 1,000 millones de litros de leche para autoabastecerse, lo que ahorraría anualmente los millones de dólares que se destinan a la importación de leche en polvo. En 2016 la producción superó los 549 millones —según datos disponibles en la ONEI–, como parte de una lenta recuperación tras tocar fondo en 2004 con apenas 340 millones.
El récord histórico data de 1984, cuando se alcanzaron 1,138 millones de litros.