En Cuba, además de los perros, también abundan los gatos en las calles. Algunos están enfermos y muchas veces son maltratados, sobre todo si son negros, por aquel viejo mito de la mala suerte.
Venerados hasta la devoción por algunas religiones, estos felinos son animales muy astutos. En Cuba existen nueve razas distintas de gatos: nacionales de pelo corto y semilargo, persas, bengalíes, siameses, balineses, orientales y azul cubana, esta última especie se reconoce por el tono gris plateado del pelaje y fue descubierta en 2011 por la Asociación Cubana de Aficionados a los Gatos (ACAG).
Además de la ACAG, una organización no gubernamental de celosos cuidadores y propietarios de gatos, existe en la Isla –tampoco reconocida legalmente– la Protección de Animales de la Ciudad (PAC), una comunidad de activistas que defienden los derechos de los animales abandonados.