“El gobierno de Cuba reitera su voluntad de continuar el diálogo respetuoso y la cooperación en temas de interés mutuo, así como la negociación de los asuntos bilaterales pendientes con el Gobierno de los Estados Unidos”. Así lo ratifica una declaración del gobierno cubano difundida simultáneamente en todos los medios estatales, en respuesta a los anuncios realizados hoy en Miami por el presidente estadounidense, Donald Trump.
Los dos últimos años han demostrado que los dos países “pueden cooperar y convivir civilizadamente” a pesar de “las grandes diferencias”; pero –añade el documento– “no debe esperarse que para ello Cuba realice concesiones inherentes a su soberanía e independencia, ni acepte condicionamientos de ninguna índole”.
El texto resume la reacción oficial al discurso de Trump, al que describe como “cargado de una retórica hostil que rememoró los tiempos de la confrontación abierta con nuestro país” y que “revierte avances alcanzados” desde el 17 de diciembre de 2014.
Critican la firma por Trump de un “Memorando Presidencial de Seguridad Nacional sobre el Fortalecimiento de la Política de los Estados Unidos hacia Cuba”, que dispone la eliminación de los intercambios educacionales “pueblo a pueblo” a título individual y una mayor fiscalización de los viajeros estadounidenses a Cuba, “así como la prohibición de las transacciones económicas, comerciales y financieras de compañías norteamericanas con empresas cubanas vinculadas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias y los servicios de inteligencia y seguridad, todo ello con el pretendido objetivo de privarnos de ingresos”, detalla la declaración.
Trump además derogó la Directiva Presidencial de Política “Normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba”, emitida por Barack Obama el 14 de octubre de 2016, y que en su momento autoridades cubanas consideraron “injerencista”, pero que sentaba bases para continuar una relación de respeto mutuo y progresiva evolución del acercamiento entre los dos países.
Dado que la actual administración estadounidense esgrime como argumento la violación de derechos humanos en Cuba, la respuesta del gobierno cubano se refiere a esto como “supuestas preocupaciones”. “El Gobierno de Cuba rechaza la manipulación con fines políticos y el doble rasero en el tratamiento del tema de los derechos humanos”, denuncia el documento.
Mencionan en cambio violaciones a los derechos humanos que tienen lugar en Estados Unidos. “…asesinatos, brutalidad y abusos policiales, explotación al trabajo infantil y discriminación racial”, enumera. Se refieren también a una reforma sanitaria que dejaría a 23 millones de personas sin seguro médico, desigualdad salarial entre hombres y mujeres; marginación a inmigrantes y refugiados y se desconocen compromisos internacionales para enfrentar el cambio climático. Se denuncian nuevamente las detenciones arbitrarias de decenas de presos en la Base Naval de Guantánamo en Cuba, territorio aún ocupado ilegalmente por Estados Unidos. Mencionan además la incursión en conflictos en Oriente Medio.
Se alude, como se ha hecho en ocasiones anteriores, a que el Presidente estadounidense está “otra vez mal asesorado”.
Esta ha sido la comedida respuesta emitida horas después de las declaraciones del presidente de Estados Unidos, pero se adelanta que “posteriormente” harán “un análisis más profundo del alcance y las implicaciones de este anuncio”.
La declaración finaliza asegurando que los cambios necesarios en Cuba “los seguirá decidiendo soberanamente el pueblo cubano”.