Para los mayas la aparición de un halo solar estaba relacionado con catástrofes. Ahora este fenómeno natural está muy bien explicado, pero que en plena pandemia por covid-19, hayamos podido ver el halo solar en La Habana pareciera un guiño a la ancestral cultura mesoamericana.
El halo es un fenómeno meteorológico. Puede ocurrir alrededor de la luna (halo lunar), o del sol (halo solar). Es un efecto óptico que se produce por reflexión y refracción de la luz. Está causado por partículas de hielo en suspensión en la troposfera que refractan la luz generando un espectro de colores alrededor de la luna o el sol.
En la tropósfera se dan casi todos los fenómenos meteorológicos. En esta capa suceden los cambios climáticos; además, se alojan en esta zona casi todos los tipos de nubes.
La tropósfera se hace cada vez más fría con la altura y en su límite superior, aproximadamente a 10 km, la temperatura es de –65° C. Esta capa contiene partículas de polvo y cristales de sal marina, elementos indispensables para la formación de las nubes.
Usualmente los halos ocurren en zonas polares, pero también donde se estén desarrollando tormentas o haya mal tiempo, o en zonas templadas cuando el aire atmosférico posea nubes tipo cirrus. Estas nubes están compuestas de millones de cristales hexagonales de hielo y se localizan a alturas de 5 a 10 km en la troposfera, cada cristal actúa como un prisma en miniatura, refractando la luz del Sol y enviándola de regreso a la atmósfera en todas direcciones.
Aunque es un fenómeno no tan frecuente en el trópico se ha observado otras veces y en varios países. En Cuba el anterior al visto hoy, pudo observarse en Cárdenas el año pasado.