Esta vez no es chovinismo. Cuba produce el mejor ron ligero del mundo, avalado así por el portal británico especializado en bebidas espirituosas International Wine and Spirits Researches (IWSR), el más importante del planeta y punto de referencia obligado en el tema.
La marca insigne de la industria ronera cubana, el Havana Club, ocupa hoy el puesto 24 entre las 100 bebidas alcohólicas más vendidas en todo el orbe, con ventas en 145 países y ventas que rondan los 3,7 millones de cajas anualmente.
Por si esto no fuese suficiente, el IWSR archivó al producto de la isla en el primer lugar de la lista de Marcas Élites en su última edición, con lo cual el Havana Club desbancó por primera vez a la Bacardí de ese puesto.
La empresa mixta, surgida en 1993 con capital de la francesa Pernod Ricard (encargada de la comercialización) y la cubana Corporación Cuba Ron (producción), tiene potencial para ascender mucho más en la lista de las más solicitadas, sobre todo si se tiene en cuanta que está privada de uno de los más grandes mercados del mundo por las regulaciones de la Oficina de Control de Activos Extranjeros de los Estados Unidos de América.
Sería toda una explosión de ventas para la compañía franco-cubana el acceso a la red de ventas norteamericanas. En territorio estadounidense viven actualmente más de dos millones de emigrados cubanos, cifra que aumenta cada año. Ninguno de ellos puede comprar el Havana Club en cualquiera de sus múltiples variantes.
Aún con tales limitantes, el ron Havana Club está entre los preferidos por los mejores 50 bares del mundo, debido a su versatilidad para la coctelería, un hecho que ejemplifica sin espacio a las dudas la calidad que tradicionalmente ha sido el sello de garantía de este ron.
La Havana Club Internacional S.A. comercializa una amplia gama de rones que van desde el Añejo Blanco —ideal para cocteles— hasta el Añejo Máximo, este último considerado el más exclusivos de los rones y elaborado artesanalmente a partir de rones excepcionales extra añejos, que le otorgan su característico sabor y coloración ambarina.
Havana Club llegó para quedarse, y sus posibilidades de expansión dentro de los mercados internacionales se ven favorecidas por la notoria calidad del producto elaborado por los maestros roneros cubanos, verdaderos gurús en el milenario empeño de elevar el alcohol a la categoría de arte.
