La Habana en tiempos de COVID, o Siempre hay esperanza

La naturaleza y la ciudad.

Vista del Capitolio de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez

La pandemia ha cambiado nuestras vidas, nuestro entorno, nuestras costumbres y hasta nuestra forma de pensar. Es una enfermedad que ha afectado a toda la humanidad, a algunos nos ha golpeado más fuerte que a otros, pero lo que sí está claro es que a todos nos ha marcado.

La Habana, ciudad maravilla, expresa el dolor de su duelo por la pérdida de sus hijos a través de la naturaleza; la cual no para de florecer. El verdor de los árboles y el canto de las aves, son los protagonistas de un auténtico desfile. La lista de ejemplos es larga, lugares tan concurridos y conocidos como el legendario Prado habanero, se engalanan con un melancólico contraste entre las frondosas copas de sus árboles, la ausencia de las voces infantiles y la majestuosidad de sus bancos de mármol.

Paseo del Prado. Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

La naturaleza es sabia, dicen muchos. Tal vez está tratando de darnos un mensaje en medio de esta crisis, o simplemente está tratando de hacernos menos triste y difícil esta prueba que nos ha tocado vivir. El color verde representa la esperanza, quizás es lo que trata de ofrecernos, ese rasgo tan propio y al cual nos aferramos con todas nuestras fuerzas nosotros los humanos. El refrán todos lo conocemos: “La esperanza es lo último que se pierde, aún cuando parezca que todo está perdido”. 

Vista de La Habana. Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

La esperanza, ese optimista sentimiento basado en la expectativa de resultados favorables que siempre nos acompaña; nos alienta a seguir, pero a veces nos hace esperar confiados, abrigar deseos con anticipación. En ocasiones nos hace inmóviles, olvidándonos de crear nuestra suerte con nuestras propias manos.

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

La naturaleza en la ciudad ha ocupado un espacio, mostrándonos sus más bellos colores. En  los paisajes habaneros, la vida de plantas y animales converge con el ambiente metropolitano. Si nos detenemos un momento y lo contemplamos, tal vez podamos descifrar el mensaje que nos quiere transmitir. Pretende alegrarnos, que apreciemos los pequeños detalles; pero también probarnos que puede recuperar su lugar, coexistir sin invadir los espacios conquistados por el hombre. Nos ha demostrado que hasta en los lugares más insólitos puede brotar la vida, esa a la cual nos aferramos día a día. Esa que hoy libra una dura batalla contra esta mortal pandemia que nos azota.

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Foto: Otmaro Rodríguez

Sin duda alguna, esta situación marcará un antes y un después en nuestras vidas. La prioridad, por supuesto, es ahora frenar la propagación de la Covid-19. La ciencia será nuestra aliada, la unión nuestra fortaleza; pero si tenemos tiempo para la reflexión, pensemos en nuestro impacto sobre la naturaleza y la forma de relacionarnos con ella.

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