Las clarias de las alcantarillas en Cienfuegos

Foto: Heriberto González Brito (Trabajadores)

Foto: Heriberto González Brito (Trabajadores).

El señor F. se perdía hacia el interior de la calle. En plena oscuridad, encendía un farol, colocaba una escalera y bajaba a las alcantarillas. Otra cuidad se le revelaba. Ataba la luz a un peldaño e intentaba no hacer mucho ruido. El agua le llegaba hasta los tobillos. No podía ver más allá de los 3 metros inmediatos a él, pero con eso era suficiente. Al rato de haber comenzado a echar comida a su alrededor llegaban los animales. A eso había ido: a cazar clarias bajo la avenida Dorticós, en Cienfuegos.

El señor F. conseguía buena pesca, pero desde que la policía lo sorprendió, las prácticas se detuvieron en esta avenida. Tiempo después otros individuos la reanudaron por azar.

“Ellos bajaron a hacer una instalación para el desagüe de su casa”, cuentan casi todos los vecinos con los que converso, “ahí fue cuando las vieron”. A plena luz del día, y como se puede ver en un video publicado en las redes sociales, un saco blanco indicaba a los carros que debían desviarse de la senda marcada.

Un grupo compacto de personas, admiradas, participaban de la fiesta de la caza de las clarias. El hombre que estaba debajo, con un machete, les asestaba un corte certero en la cabeza; el hombre de arriba las enganchaba con un alambre, las subía a las superficie y las colocaba en el contén de la acera. Eran bichos con grandes dimensiones.

“Aquel día llenaron como cinco sacos —aseguran los testigos— y fueron dos fines de semana seguidos”.

Nadie conoce el sitio exacto por donde esta especie comenzó a habitar en las alcantarillas de la ciudad de Cienfuegos, aunque se presupone que en una crecida de los arroyos que atraviesan la urbe hayan entrado por algún hueco que desembocara debajo de las calles.

Especialistas del Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente cubano (CITMA), afirman que este pez, a pesar de haberse introducido en Cuba de manera voluntaria, es una especie exótica invasora que destruye toda fauna del entorno donde viva. La crianza de la claria en Cienfuegos y en muchos otros lugares de Cuba ha estado signada por el descontrol de las medidas de seguridad biológicas, aseveran los expertos, y por eso este pez se ha esparcido en toda la geografía.

claria cienfuegos

El hecho de que son animales sumamente adaptables, resistentes y de vida libre les ha permitido acomodarse en cualquier ecosistema; y hasta poner en riesgo algunos como la Ciénaga de Zapata, donde según un reporte de Juventud Rebelde de 2006, las clarias estaban ocasionando daños a especies casi prehistóricas y endémicas como el manjuarí.

En diferentes provincias del país, a través de las delegaciones del CITMA, se desarrollan proyectos para controlar el manejo de especies exóticas invasoras. Pero en el caso específico de Cienfuegos solo se atiende a los perros jíbaros y a la perna viridis (mejillón verde), que campean por los campos de Guamuhaya y la bahía de Jagua, respectivamente.

Sucede, además, que la construcción bajo la calle Dorticós, originalmente, era un desagüe pluvial. Pero numerosos pobladores que hicieron por la zona nuevas casas, baños o simplemente necesitaron desechar los desperdicios de corrales de puercos, por ejemplo, colocaron allí sus tuberías convirtiéndolo en uno de aguas albañales. Así se mezclaron los dos tipos de aguas y, a la vez, surgió un nuevo ecosistema donde la claria encuentra abundante alimento.

Los investigadores del CITMA advierten sobre los riesgos de consumir la carne de una claria que haya sido capturada en alcantarillas, entre tanta mugre y suciedad. Otros testigos de la impresionante “pesquería urbana” contaron sobre la venta, ese propio día, de varios ejemplares enteros.

Técnicos de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de la ciudad centrosureña han declarado a la prensa local (en otros momentos, porque el video lo ha visto casi toda la urbe, menos sus medios oficiales) no poseer equipos con cámaras capaces de visualizar lo que ocurre en el interior de esas redes hidráulicas.

A ciencia cierta hoy día ninguna institución puede realizar un estimado del número de clarias que ahora mismo habitan las alcantarillas de Cienfuegos, pero se supone que sean numerosas. La imagen de los animales siendo extraídos de las alcantarillas es la prueba mejor para figurarse el escenario, y aquellos individuos pescaron apenas las suficientes para dar un espectáculo popular.

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