Los niños talentos en Cuba

En el país  existen varias formas de detectar desde las primeras edades al niño talentoso o aventajado, a través del Programa Educa, vía no institucional que atiende a los infantes en edades preescolares, y en la escuela, de conjunto con las familias.

Son niños que marchan mucho más rápido que  el resto del grupo escolar al que pertenecen, y sobresalen por ciertas habilidades y capacidades, según afirma el Máster en Ciencias Jesús Rodríguez, metodólogo de la dirección nacional de la enseñanza primaria en el Ministerio de Educación.

En la génesis de los niños talentosos influyen los factores biológicos y sociales; son importantes también el ambiente social, la familia y la escuela, que es el lugar donde el niño recibe la mayor carga cognoscitiva.

“Como educadores observamos que a veces el alumno aventajado o talentoso lo es en todas las áreas, de manera integral; sin embargo, hay otros que lo son sólo en algunas, como el lenguaje, es decir, aprenden a leer con mucha facilidad, a escribir con trazos muy buenos;  demuestran ese talento a la hora de agrupar conjuntos, de asociar números para resolver igualdades de adición y sustracción, o en las diferentes manifestaciones de las artes plásticas,  las dramatizaciones, el canto, el ajedrez, entre otras”.

El especialista destacó también que las habilidades motrices y de control muscular son generalmente mucho más avanzadas que en el resto del grupo; captan con rapidez las órdenes y los mensajes que se les transmitan, y son muy rápidos a la hora de dar una respuesta.

“Por  todo lo anterior, el maestro tiene que prepararse para asumir en cada momento lo que realmente necesita el estudiante; si esto no sucede, el niño  siente rechazo por la escuela, agobio, y se aburre en clases porque no se le da la atención idónea”.

“Se tiene el criterio de no adelantarlos en relación con los grados, porque puede ocasionar en el estudiante ciertas problemáticas  a la hora de desarrollarse en etapas superiores, como es el inicio de la adolescencia; si trasladamos a un niño de seis años de edad, a un aula  con otros de ocho años,  no son iguales los intereses y las motivaciones;  tratamos que la atención de éste sea en el grupo en el que se le ha detectado, y con el cual transitará durante su educación”.

“En Cuba se atienden esos menores por edades,  a partir de  sus propias particularidades fisiológicas y psicológicas. Así tienen  más posibilidades de avanzar, y de llegar a niveles de desarrollo  altos”.

Dijo que la familia  se mantendrá informada acerca de cómo actuar con el hijo, y  qué esperar en cada oportunidad que interrelacione con él, sin verlo como un reforzamiento constante de la actividad intelectual, ya que estos niños deben de disfrutar de su edad al igual que el resto de sus amigos.

El especialista manifestó también que no es determinante el nivel cultural de los padres. “Nosotros nos hemos encontrado niños muy talentosos,  que proceden de familias con un nivel cultural adecuado, donde no hay analfabetos, pero tampoco profesionales; si empleamos la palabra influencia, desde luego que la familia, la comunidad y toda la interacción del niño con el medio que le rodea es importante, por lo tanto podemos decir que influye pero no decide en todos los casos”.

Indicó que la escuela cubana se califica cada vez más a través de su sistema  de trabajo metodológico para que los docentes asuman una mayor preparación académica que abarque  todas las ramas del saber.

Los niños talentosos necesitan una atención especializada, para que en las  diferentes asignaturas  se determine a partir del diagnóstico que tienen de cada uno, cuáles  son sus potencialidades y necesidades, y desarrollar  un sistema de actividades que les permita transitar de un nivel de aprendizaje a otro superior.

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